Columna de Gabriela Clivio: No hay segunda sin tercera



Nos guste o no, nuestro “país esquina con vista al mar” adolece de bajo crecimiento en la actualidad y para el mediano plazo, una productividad estancada y un problema de seguridad no menor y creciente. La falta de seguridad, a su vez, genera no solo cambios en las rutinas de las personas, sino postergación de las decisiones de inversión, lo que perpetúa el círculo vicioso de bajo crecimiento, dado que sin inversión el crecimiento económico no se manifiesta.

Estamos de acuerdo en que la seguridad es esencial tanto para retomar la inversión y el crecimiento como para poder vivir todos más tranquilos. Si además estamos de acuerdo en que el país debe retomar el control sobre las fronteras y combatir el narcotráfico; si por último a nadie dejó indiferente la semana pasada el secuestro de un refugiado político venezolano que fue sacado de su casa a altas horas de la madrugada; entonces nadie puede ser indiferente a la decisión del gobierno de excluir a Israel de la Feria Internacional del Aire y del Espacio (Fidae). La decisión fue dada a conocer a través de un comunicado del Ministerio de Defensa, que no incluía ninguna justificación a la medida. Pero lo cierto es que esta decisión, además de dañar una relación estratégica de muchos años, tendrá grandes consecuencias para el país en materia de seguridad.

Ambos Estados mantienen décadas de cooperación en el área de defensa. Solo a modo de ejemplo, Israel tiene agregados militares en Chile desde hace más de 50 años mientras que Chile tiene tres agregados militares en Israel. Podría pensarse que Israel es solo un tradicional proveedor de armamentos para Chile, pero lo cierto es que Chile tiene una dependencia con el sistema de armas de Israel y la relación en este tema es consecuencia del reconocimiento que tiene en el mundo la industria aeroespacial y de defensa de Israel como una de las mejores del mundo. Solo a modo de ejemplo, recientemente Israel firmó un acuerdo con Alemania por 4.000 millones de dólares para la defensa de dicho país y de Europa.

Si bien es cierto que Chile no es un país que compre muchas armas, la importancia de la tecnología israelí es esencial. Solo a modo de ejemplo, los misiles de los F16 son israelitas. Asimismo, la adquisición de un sistema de armas, implica el establecimiento de una relación estratégica, ya que le sigue un tema de mantenimiento y repuestos. ¿Que va a pasar con esos componentes sin repuestos, sin entrenamiento y sin modernizaciones? ¿Qué va a pasar en Chile en otros ámbitos, como por ejemplo en materia de agua en que el país pasó de tener una mejor gestión del recurso gracias a la tecnología israelí?

El conocimiento especifico es el primer requisito para el desarrollo de tecnologías y las ferias son la instancia para apreciar el nivel de tecnología. Dado que en la actualidad la tecnología es el factor más relevante en materia de defensa, me parece que la decisión anunciada constituye un gran error.

Por Gabriela Clivio, economista y académica

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