Columna de Iris Boeninger: Chile: una tierra de promesas, hoy detenida



Sin la intención de que creamos que todo pasado fue mejor, reconozcamos que en Chile se ha ido perdiendo la capacidad de llegar a grandes acuerdos debido a la polarización que vivimos, en donde priman fuerzas políticas pertenecientes a polos extremos. En una sociedad polarizada, el ciudadano no atiende a los diálogos, sino que se suma a una de las opciones opuestas.

El riesgo de vivir en una sociedad que se divide entre amigos y enemigos va en contra de cualquier posibilidad de obtener logros compartidos y avanzar como país. La confrontación de ideas y argumentos, en las sociedades modernas y plurales, no es un fin en sí mismo, sino la herramienta para buscar el acuerdo y progresar. No se trata de abandonar las propias ideas; la clave es comprender que los oponentes políticos también tienen las suyas, y que el acuerdo entre diferentes en democracia es lo único que puede mejorarnos, si operan dentro de un marco democrático y los límites de la razón.

La polarización y falta de acuerdos nos tiene en un estado de suspensión o detenimiento, lo que deriva en el estancamiento de la sociedad. Como consecuencia de esto se ha generado una grieta entre la sociedad y las instituciones, tal como surge en las encuestas últimamente, explicando la distancia de las personas con la conmemoración del 11 de septiembre o el actual proceso constituyente.

Justamente por lo antedicho es de gran importancia lograr un acuerdo por la nueva Constitución, tal de no marcar a Chile con otro fracaso y generar una mayor distancia entre ciudadanos y políticos. Hoy, la gente siente que ni quienes gobiernan ni los partidos políticos responden a sus dificultades ni a sus mínimas expectativas. Cerrar este proceso exitosamente marcará un antes y un después.

Hemos perdido mucho tiempo. Si no abordamos ya mismo las urgentes reformas y leyes necesarias -con vocación de acuerdo- en materia de seguridad, pensiones, salud, educación y vivienda, nos transformaremos en una sociedad incapaz, donde quien quedará relegado será el ciudadano.

¿Cómo construir futuro si no somos capaces de gobernar el presente o de acordar las reglas que nos ordenen como país? Una democracia requiere de un gran y permanente compromiso cívico. Es necesario alimentar las instituciones continuamente, ya que estamos hoy ante una severa crisis de representación.

El menú político actual está vacío de un centro fuerte, lo que demuestra que la política no ha mejorado, presentando un riesgo para la calidad y eficacia de la democracia. Esto se resuelve de una manera que requiere no solo de generosidad política, sino también de grandes liderazgos. Hacer carrera política hoy tiene un costo personal de gran envergadura, debido a las funas, agresiones permanentes o pérdida de trabajos por opiniones no compartidas hacia los actores políticos, de manera que mucha gente decide no participar.

Esta total falta de tolerancia deteriora la convivencia democrática, la misma que supone el ejercicio de aceptar y escuchar a quienes piensan distinto; y esto hoy está roto.

¿Se tratará de un individualismo exacerbado por la satisfacción de intereses personales? Esta es una tesis que se sostiene hace muchos años, donde el político toma decisiones en función de sus propios intereses electorales por encima de los problemas colectivos de la gente. Se sabe y se nota. Producto de aquello es que se han generado malas políticas públicas, como ocurrió con los retiros.

Entra acá la relación entre la política y la verdad. En la academia se busca la verdad; en política no se busca tanto como los acuerdos, es decir, como convencer y persuadir.

Nuestra convivencia se configura en base a un orden lógico y sólido de las cosas. La discusión constante y continua de los temas importantes que no llegan a acuerdos genera inestabilidad e incertidumbre. Se requiere un ejercicio permanente y cotidiano de búsqueda de acuerdos, que será lo que permita que la política recupere el respeto de la ciudadanía.

Por Iris Boeninger, economista y ex embajadora de Chile en Uruguay

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