Columna de Issa Kort: Desafíos actuales y reales para la OEA



La Organización de Estados Americanos (OEA) es el organismo multilateral más antiguo del mundo. Surgió al finalizar el siglo XIX como una propuesta visionaria y comprometida, con valores compartidos, como la unidad entre estados y el respeto por el derecho internacional. Durante el siglo XX se fue actualizando hasta llegar a ser una organización regional con mirada estratégica y preocupación concreta en la promoción y defensa de la democracia, los derechos humanos, el desarrollo integral y la seguridad interdimensional.

Hoy tenemos complejidades comunes que deben ser resueltas con esfuerzo y convicción: las terribles e inaceptables crisis democráticas son verdaderas heridas abiertas y sangrantes; el acceso a vacunas para enfrentar la pandemia del Covid-19 sigue estando dentro de la lista de primeras necesidades de varios países americanos que han logrado avanzar gracias a gestiones de la OPS y de países donantes; la crisis migratoria, sin precedentes en nuestra historia, pone de manifiesto que los ciudadanos anónimos ven muy alejados el respeto y cumplimiento de derechos esenciales y abandonan sus naciones para tratar de conseguir y ofrecer a sus familias dignidad y libertad; las minorías sexuales y raciales también tienen esperanzas puestas en acciones y decisiones que surjan desde las OEA y que influyan en políticas públicas de cada país; la lucha feminista por la igualdad de trato y oportunidades ya no es solo de un grupo de lideresas valientes, sino que ha convertido al feminismo como una decisión de lucha levantada sin temor por las autoridades y representantes de la organización; los derechos humanos han sido, son y serán una obligación prioritaria bajo la promoción de la CIDH, de la mano de sus comisionados y la Secretaría Ejecutiva.

El secretario general de la OEA, el diplomático uruguayo Luis Almagro, ha enfrentado desafíos personales frente a su rol como máxima autoridad de la organización. El pasado viernes 11 de noviembre se aprobó, por amplia mayoría (30 votos a favor y 2 abstenciones), que un órgano externo realice una investigación sobre una denuncia que cae sobre el actuar del secretario general. Esta decisión tomada por el Consejo Permanente reafirma la necesidad de que haya transparencia y coherencia. La misma transparencia y coherencia con la que ha actuado, desde el primer momento, el propio Luis Almagro, al ser él quien realizó la solicitud de investigación (autodenuncia) para cerrar un cuadro que solo genera especulaciones morbosas e imprudentes para la vida privada de él y de su expareja. Las palabras del secretario general al concluirse la votación, agradecieron la determinación del Consejo Permanente, y puso a disposición toda la ayuda para que exista total transparencia.

La actitud de Almagro es la correcta al pedir él mismo que se investigue, con términos de referencia claros y precisos, ciertas denuncias, consolidando un actuar consecuente, valiente, responsable y respetuoso con su persona, su expareja y la propia organización.

Por Issa Kort, ex embajador de Chile ante la OEA

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.