Esta conmemoración del Golpe de Estado no es una conmemoración más. El sistema político chileno se encuentra en un proceso de rearticulación. Atrás quedan los gobiernos de la Concertación. La centroizquierda está transitando a un nuevo esquema. El gobierno del Presidente Boric es el comienzo de esta nueva etapa.
Por otro lado, enfrentamos un segundo intento para construir una nueva Constitución. Liderada mayoritariamente por la derecha. Y no cualquier derecha. El Partido Republicano de Kast muestra las primeras señales de su proyecto político, a nivel programático y en su capacidad de construir gobernabilidad. Las últimas semanas, con sus paquetes de enmiendas, han dejado mucho que desear.
La conmemoración del Golpe y la construcción de una nueva Constitución son momentos que desafían a los partidos políticos. Uno es de reconocimiento y aprendizaje del pasado y el otro es delinear un futuro. Hasta hoy, Republicanos no es capaz de aportar positivamente en ninguno de estos dos desafíos. Su proyecto político es una versión mutilada de la teoría y filosofía que sostiene el republicanismo. Desconocen elementos como participación o inclusión, es más, carece totalmente de un proyecto de comunidad política, económica o social. Una similitud con el proyecto liberal de Chile Vamos. Desprecian la dimensión política y social de sus idearios, y solo los remiten al individuo y a la defensa de su libertad negativa. Están al margen de la política, en un espacio donde vivir en sociedad no afecte su vida patrimonial, tal como lo muestra la aprobación sobre el pago de contribuciones.
Conmemorar el Golpe y liderar el proceso constitucional conviven en un mismo desafío. Cada sociedad, según como se piensa a sí misma, tiene un pasado diferente. El pasado es una interpretación entre varias posibles. La forma en cómo interpretemos nuestro pasado variará el cómo nos concebimos como sociedad y nuestro futuro, ya sea constitucional o cultural. Desde la centroizquierda y el gobierno, tal como muestra el reciente video de los balcones de La Moneda, somos el Chile del Golpe, de la renovación socialista, del No, de la recuperación democrática. Una comunidad política con memoria que sigue aspirando con construir un país con menor desigualdad, con más crecimiento y mayor desarrollo. Profundizando la convivencia cívica.
Los compromisos democráticos de los presidentes Boric y Piñera deben ser secundados por todas las fuerzas políticas. Debemos transitar juntos la conmemoración del Golpe y el proceso constituyente a través de la política. Dejar atrás la política del show y el enfrentamiento, reivindicar una política republicana, que aprende de su historia, que abraza la democracia liberal como un sistema de convivencia, que reconoce las mayorías respetando las minorías, que ve en la libertad y la igualdad un complemento y no una suma cero. Que permite un país de menos desigualdad, mayor crecimiento y donde la cooperación posibilita que nadie se quede atrás.
Por Patricio Morales, cientista político y ex presidente del Partido Liberal
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