Crisis política

Congreso


SEÑOR DIRECTOR:

Iniciado un nuevo año y habiendo concluido un segundo intento por renovar nuestra Constitución, se vuelve inevitable reflexionar sobre la decadencia política que ha experimentado nuestro país.

Con figuras responsables distribuidas en todo el espectro, resulta desmoralizante presenciar la erosión de la confianza en la clase política. Esto no solamente ha mellado nuestra democracia con votos empapados de indiferencia y apatía, sino que también ha entorpecido la capacidad de nuestros dirigentes para hacer frente a las múltiples crisis que acechan el futuro de este país.

La corrupción y la incesante pugna de egos entre líderes políticos solo han contribuido a sepultar las aspiraciones de aquellos ciudadanos que anhelan con ilusión materializar sus proyectos de vida individuales. ¿Cuánto más habrá que esperar para que la ciudadanía vuelva a posicionarse como un fin y no como un mero instrumento al servicio del Estado?

Es tiempo de que nuestras autoridades reflexionen sobre sus intereses y se dediquen a ejercer su potestad pública de forma resolutiva y con el urgente propósito de fortalecer nuestro sistema político, en pos de restablecer la confianza entre los ciudadanos y sus representantes.

Alexander Boutaud

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