Cuantioso no es sinónimo de óptimo

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SEÑOR DIRECTOR:

Chile se ganó la lotería geológica con el Salar de Atacama. Mientras en Argentina descorchan champaña ante salmueras de 450 partes por millón de litio, allí llega hasta 2.000. La tasa de evaporación es altísima, y la altitud baja para estándar altiplánico.

¿Qué tan bien aprovechamos ese boleto premiado?

Si el litio no padeciera de la absurda inconcesibilidad y fuese tratado como cualquier otro mineral, el aumento de producción contenido en el acuerdo entre Codelco y SQM no sería una promesa, sino un hecho consumado. Durante años ya el Fisco hubiese aprovechado esa recaudación, y miles de empleos adicionales, muy bien pagados, estarían funcionando.

“Lo pasado, pisado”, dirán algunos, “dado el bozal que aún nos constriñe es un buen deal”. El acuerdo redistribuyó los frutos de la lotería y naturalmente resulta conveniente para los involucrados (por algo firmaron), pero ¿es conveniente para el país? Si abandonáramos la costumbre de asignar los asuntos litíferos a dedo y optáramos por fórmulas de verdad competitivas, con capacidad de atraer a los mejores de todo el mundo, perfectamente la recaudación fiscal pudo ser aún mayor. Dadas la joya que es el Salar de Atacama, cuantioso no es sinónimo de óptimo.

Por último, que el cierre de este primer capítulo del culebrón litífero no le baje el rating al segundo: todavía no vemos operaciones en ninguno de los otros salares, y es mucho el potencial despilfarrado. Es el espacio para mecanismos que convoquen a los mejores, sin restricciones arcaicas. La versión preliminar del “pacto fiscal” señalaba que el 2023 se conocerían las condiciones para proyectos calificados de estratégicos. No vaya ser un mal indicio que no llegó al documento final.

Joaquín Barañao

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