SEÑOR DIRECTOR:
Recientemente, el Papa Francisco actualizó el mensaje de Laudato Si’ (2015) con la exhortación Laudate Deum, en ella hace un grito duro y crítico por la insuficiente reacción ante el cambio climático que desmorona la Casa Común (LD, 2). Acusa la responsabilidad en la falta de avances, acuerdos multilaterales y la poca capacidad de implementación de las acciones en materia ecológica.
El Papa insiste en que el origen es humano y que el problema es social, producido, entre otros factores, por “la lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias” (LD, 31). Reniega a los negacionistas del calentamiento global, sobre todo a los que se encuentran al interior de la Iglesia, con “ciertas opiniones despectivas y pocos racionales” (LD, 14), no siendo capaces de ver los signos del cambio climático.
Para avanzar, llama a la corresponsabilidad de toda persona de buena voluntad en el momento en que “nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma” (LD, 23). El desafío es desde lo personal, familiar y comunitario, con pequeños pasos que contribuyan a grandes esfuerzos multilaterales como la futura COP 28 en Dubai, a la cual llama a lograr “acuerdos efectivos”.
Ricardo Ramírez Basualdo
Profesor de Filosofía PUCV
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