Estrategia nacional del litio



SEÑOR DIRECTOR:

A las puertas de conmemorar el decreto que creó a Codelco y en un momento en el que muchas opiniones cuestionan la participación del Estado en la industria del litio, es crucial recordar algunos aspectos sobre la intervención estatal en la economía. En los últimos 20 años, Codelco ha generado excedentes por 84 mil millones de dólares y ha representado el 11% del total de los ingresos fiscales; esto permitió la creación del Fondo de Reserva de Pensiones y del Fondo de Estabilización Económica y Social, que fomentan la estabilidad macroeconómica del país en períodos de crisis, como ocurrió en 2008.

La participación del Estado en la producción del litio puede ser una oportunidad, como lo ha sido en el cobre, para capturar las rentas de la explotación sustentable de recursos naturales y usarlas para fines públicos. Pero esta participación no solo está acotada a los ingresos, o a la mera corrección de fallas de mercado. Esta puede ser virtuosa, ya que el Estado incorpora elementos como la visión a largo plazo, la capacidad de tomar más y mayores riesgos y la posibilidad de incluir dinámicas más ambiciosas de innovación. Con todos estos factores, se abriría la posibilidad de que el Estado participe en la creación y definición de nuevos mercados.

Transitar de una economía extractivista a una estructura con mayor contenido tecnológico requiere de una política que cambie las señales de mercado; en el caso de la industria del litio, esto significaría pasar desde la exportación del mineral bruto hacia etapas más avanzadas en las cadenas globales de valor de la electromovilidad. Si con el cobre aprendimos que capturar rentas era necesario, pero no suficiente, el litio debería ser la oportunidad para avanzar hacia esta transformación productiva.

Ignacio Silva Neira

Director ejecutivo Observatorio de Políticas Económicas

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