Fallas geológicas

La cotidianeidad de la política, suele ocultarnos sus "fallas geológicas". Hasta que se desencadena un sismo. Oposición y gobierno, están dando señas de mayor actividad sísmica. El gobierno claramente muestra propósitos de disputar el centro hoy abandonado.

Su sello no es el de la derecha clásica. En temas sociales y "valóricos" estrena nuevas posturas. Evópoli gana fuerza en generaciones más jóvenes de la derecha y es mirada con interés por sectores de oposición. Piñera consulta a su coalición sobre la posibilidad de incorporar a Ciudadanos y se anticipa una discusión difícil en el seno de éstos. La UDI levanta banderas valóricas más tradicionales, desafiada por José Antonio Kast y su partido en formación. En RN, el respaldo apenas disimulado a los exabruptos del senador Chahuán, las amenazas de renuncia "con ruido" de Carlos Larraín y las molestias de la diputada Ossandón, hablan de incomodidades y descontento. En la UDI y RN, además, la discusión va por dentro; con figuras claras que la encarnan. Centroderecha ya no es como antes, una mera denominación de la derecha tradicional. Han pasado a ser opciones diferenciadas y con señas de actividad sísmica.

En la oposición, la situación es más difícil. En la DC son desgranes, "pérdida de fraternidad interna", hesitaciones entre oposición unida a la izquierda o "constructiva de centro". La alianza parlamentaria DC-PR insinúa la gestación de una oposición moderada autónoma con perfiles de centroizquierda. El PPD no está mejor. Votó poca gente. Las declaraciones de Heraldo Muñoz anunciaban renovación de alianzas y moderación, pero de inmediato, su vicepresidente Francisco Vidal salió a "rayarle la pintura" proclamando que el PPD era un partido de "izquierda". El expresidente Lagos recibe cálidamente a la candidata que obtuvo la segunda mayoría, apoyada por los senadores Lagos Weber y Harboe. El PS en tanto da muestras de haber abandonado su rol articulador jugado desde 1990, atraído por la reconstitución de una izquierda "pura". El PC vive una cierta soledad y el FA procesa disputas internas. En la oposición la "falla" no es entre dos opciones, sino entre tres: el desgrane hacia Chile Vamos, la reconstitución de esa unidad del tercio de izquierda del pasado que alivia culpas pero aleja del poder; y la aspiración a reconstruir una alternativa de centroizquierda moderada con retazos de distintos partidos.

La gestión de la actividad sísmica que experimenta la derecha es compleja, pero más fácil de gestionar. Tienen el gobierno y el liderazgo del Presidente. La oposición no tiene liderazgo alguno y con su derrota categórica perdió los consuelos del gobierno. El sismo se anuncia más fuerte.