SEÑOR DIRECTOR:
Al menos 15 miembros de la CAM se encuentran en huelga de hambre en diversas cárceles de la Macrozona Sur. Se autodenominan “presos políticos”, exigiendo, entre otros, nulidad de los diversos juicios, beneficios carcelarios y, por supuesto, libertad. Junto con ello, la orgánica radicalizada y terrorista más antigua de la zona rodea esta realidad con diversos atentados, incrementando la presión.
Lamentablemente, esta situación forma parte de la estrategia de la CAM desde su origen. En el contexto de su primer atentado en La Araucanía (Lumaco, 1997), hubo una cantidad importante de detenidos que, aduciendo el carácter de “preso político”, utilizó el recurso de la huelga de hambre como modo de presión. Desde esa fecha, el Estado ha dado señales equívocas, lo que ha sido comprendido por esta y otras orgánicas.
De cara a los juicios que vienen, especialmente el de su cabecilla, Héctor Llaitul, estas formas de presiones ilegítimas se incrementarán sustantivamente. Y si bien la vida de todas las personas es una preocupación primordial, es una oportunidad para la coherencia, dando las señales claras y haciendo lo que corresponde en un Estado democrático de derecho.
Pablo Urquízar M.
Excoordinador nacional de seguridad de la Macrozona Sur
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.