Incongruente subsidio a los combustibles fósiles

Los cambios que se le han introducido al Mecanismo de Estabilización del Precio de los Combustibles están socavando la credibilidad del mecanismo.



Desde su creación, en 2014, el Mecanismo de Estabilización del Precio de los Combustibles (Mepco) permitió entregar un subsidio a los usuarios cuando el precio de estos subía, pero también recaudaba recursos cuando los precios disminuían. Así, se mantenía un equilibrio, neutralizando el impacto fiscal y la distorsión de precio de mercado de los combustibles en el largo plazo.

Sin embargo, el histórico techo de recursos a comprometer por el Mepco -que alcanzaba los US$ 500 millones- se incrementó tres veces durante 2022, llegando hasta US$ 3 mil millones en diciembre. El aumento del precio internacional del combustible, sumado a la devaluación del peso chileno respecto del dólar americano, llevó a entregar subsidios a los combustibles por cerca de US$ 2.800 millones, según lo señaló el Ministerio de Hacienda.

Estos cuantiosos recursos eran prácticamente seis veces superiores al techo histórico del Mepco. Pero además de ello, el Ministerio de Hacienda, a través de un artículo contenido en la Ley de Presupuestos 2023, lo “reseteó” por primera vez desde su creación. En términos simples, esto significa que los US$ 2.800 millones que tenían una expectativa de recuperación futura, en el mes de diciembre se transformaron en una suerte de regalo para los beneficiarios del sistema, monto que será muy difícil de recuperar de acuerdo con las nuevas reglas del Mepco.

Con este inmenso monto de recursos, equivalente al 1% del PIB, el gobierno podría haber construido 75 mil viviendas sociales, 380 centros de salud familiar o 49 hospitales de mediana complejidad, pero en cambio fue destinado a un grupo ya privilegiado, como los transportistas. Un gasto que, además, no es reconocido en las cuentas fiscales, y que, de haberse materializado así, el aplaudido cierre de superávit fiscal del balance estructural de 2022 se hubiera transformado en un déficit.

El Presidente Gabriel Boric tiene una genuina y creíble preocupación por el medioambiente y los efectos del cambio climático. Al volver el Mepco a cero, y de acuerdo con cálculos de Clapes UC, en el caso de los combustibles fósiles se estaría entregando un subsidio de US$ 33 por tonelada de CO2, en circunstancias que hoy se cobra un impuesto de US$ 5 por tonelada. Por ello, preocupa que, ante las presiones permanentes de un grupo de interés, los ministros planteen soluciones que van en la dirección contraria al cuidado del entorno.

Lo anterior, sumado al cambio de las reglas del juego del Mepco, puede terminar socavando la credibilidad del mecanismo. Así, no es de extrañar que el “reseteo” se sume de forma permanente a la larga lista del pliego de peticiones de los privilegiados transportistas. El congelamiento de las tarifas de transporte público es un ejemplo concreto de los riesgos que conlleva el cambio de las reglas del juego.

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