SEÑOR DIRECTOR:
A propósito de los eventos que hemos vivido en nuestro país, surge la pregunta de dónde está la raíz de los problemas que aquejan a nuestra sociedad.
Los costos sociales los pagan los grupos con menores oportunidades. Incendios como los que vemos en la Región de Valparaíso azotan poblados sin redes húmedas y con zonas de acumulación de basura que favorecen estos sucesos; el micro y narcotráfico afecta a comunidades que ven cómo sus hijos son tentados a ser parte a muy temprana edad de redes de trabajo ilegal, en un escenario donde la inasistencia en el sistema educativo promueve tiempo excesivo de ocio que es ocupado en prácticas que pueden tender a la delincuencia y que impiden que esos niños desarrollen sus talentos que les permitirán ser personas íntegras. Todos, aspectos que nos interpelan.
La ciencia es clara. Al nacer, todos traemos potencialidades por desarrollar, independiente de nuestra procedencia. Los talentos están distribuidos en toda la población. Y es en los primeros años de vida donde podemos generar una gran diferencia. Chile debe caminar hacia un sistema donde la infancia y la educación temprana sea una sólida política de Estado, mejorar su calidad y fortalecer el financiamiento que logre una mayor justicia educativa y social.
Sin importar el ciclo político o económico que estemos viviendo, la prioridad en infancia y educación inicial debe ser lo fundamental. No nos podemos demorar más.
José Manuel Jaramillo V.
Fundación Choshuenco
Ernesto Treviño V.
Facultad de Educación UC
Ignacio Sánchez D.
Rector P. Universidad Católica de Chile
Educación Inicial 2030
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