Más allá del joven delincuente



SEÑOR DIRECTOR:

Un artista urbano cuyas letras suscitan intenso debate. Una ciudadanía con la necesidad urgente de sentirse más segura. La reaparición del debate sobre el tiempo que los noticiarios dedican a temas policiales. ¿Qué tiene esto en común? La figura omnipresente del joven delincuente, o en ruta a convertirse en uno. Sin embargo, en medio de tanta discusión, poco hablamos de quién es ese “joven delincuente”. ¿Qué cosas le importan?, ¿qué miedos tiene?, ¿cuánta racionalidad hay en sus decisiones?, ¿qué exclusiones enfrenta?, ¿dónde están sus afectos?, ¿qué ve cuando mira la sociedad y el futuro?, ¿mira el futuro?

Estas preguntas apuntan a entender qué factores explican que se involucre en el delito y, más importante aún, qué factores podrían llevar a que lo abandone.

El 13 de enero comenzó a funcionar el nuevo Servicio de Reinserción Social Juvenil, institución que pondrá fin al Sename, tras cinco años de tramitación legislativa. Han sido tres los gobiernos que empujaron esta reforma, que se votó por unanimidad en el Senado. Es, verdaderamente, una política de Estado.

Este servicio intervendrá a cada joven que cumple una sanción de forma personalizada, considerando sus condiciones particulares. ¿Por qué? Porque las acciones que han demostrado ser más eficaces para la reinserción son las enfocadas en el individuo.

Es ineludible abordar las preguntas que antes presentamos. Más aún, es necesario romper con la idea de un único “joven delincuente”: son muchos los jóvenes que tienen historias de infracción a la ley, de distinto género, escolaridad, familia de origen, motivaciones y aspiraciones. Mientras antes nos hagamos cargo de esas particularidades, más opciones tendremos de romper con esas historias de criminalidad y de movernos hacia una sociedad más segura.

Rocío Faúndez

Directora Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil

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