Más de la mitad del PIB global en reactivación sostenible

La actividad de las fábricas asiáticas toca mínimos de la crisis financiera por la pandemia

Gonzalo Muñoz Abogabir, High Level Champion COP 25 y presidente de TriCiclos.



Es realmente sorprendente todo lo que se ha cambiado a nivel global en los últimos 12 meses. Mucho de lo que hace un año parecía improbable, incluso temerario, hoy se suele llamar “nueva normalidad”. Me refiero a los terribles impactos y aprendizajes que está generando la crisis sanitaria y económica, y a cómo hemos aprendido a abrazar la incertidumbre y a asignarle seriedad a la necesidad de operar en un sistema resiliente, justo, saludable, que genere bienestar y ofrezca oportunidades de desarrollo respetando los equilibrios de los ecosistemas.

Hace menos de un año, en septiembre de 2019, en el equipo de la presidencia de la COP25, decidimos poner el foco en la carbono neutralidad al 2050, como una señal de atención a las indicaciones de la ciencia. Fue así como nació la Alianza de Ambición Climática que invita a naciones, regiones subnacionales, ciudades, sociedad civil, empresas e inversionistas a comprometerse con ese objetivo específico. Hace unos días y con pandemia de por medio, anunciamos a través de la campaña global “Race to Zero”, cuánto ha crecido esa alianza, la cual ya agrupa compromisos que representan al 53% del PIB global. A empresas como Amazon, H&M, Zara, Colgate y Nestlé, se suman 54 chilenas, como Aguas Andinas, Concha y Toro, PacificNut (del grupo Sutil) y TriCiclos.

En esa misma semana, el World Economic Forum, lanzó su iniciativa llamada “el gran Reset”, que busca apoyar la creación de un nuevo contrato social, que honre la dignidad de cada ser humano. Esto sucedió mientras cientos de miles de personas en todo el mundo se manifestaban contra el racismo; China anunciaba que dejaría de lado el objetivo de crecimiento del PIB; otros gobiernos del mundo discutían el potencial funcionamiento de un ingreso global básico; y millones de personas disfrutaban el aire puro de sus ciudades por primera vez en muchos años.

Hoy sabemos que las soluciones no pueden ser secuenciales y, por lo tanto, debemos ser capaces de abordar los problemas en forma simultánea.

Chile puede y debe aprovechar los recursos de los necesarios paquetes de estímulo, para evolucionar hacia una nación mejor. Por ejemplo, podemos acelerar el paso para convertirnos en el mayor exportador del mundo de hidrógeno verde, el mismo que van a necesitar Rolls Royce (fabricantes de turbinas) y Kuehne+Nagel (compañía de logística marítima), dos de las cientos de empresas que se sumaron a la mencionada “Race to Zero”.

Si a usted lo que lo mueve es hacer mejores negocios perdurables en el tiempo, aproveche el momento y pásese al equipo de los que entienden la magnitud del desafío y escuchan a la ciencia.

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