Necesaria cautela periodística



La certeza es el conocimiento seguro y claro que se tiene de algo, y que no deja espacio para dudas. Los periodistas que trabajan en medios están conscientes de que las fuentes informativas no son plenamente confiables, en la medida que son parte interesada en los hechos y que pueden equivocarse o no conocer toda la verdad. Así, el tratamiento periodístico riguroso demanda una necesaria cautela.

La observación anterior ofrece contexto a una carta de la lectora Sofía Fernández de Val, referida a una información publicada en La Tercera el 12 de marzo sobre la designación de Guillermo Arthur como nuevo director del Servicio Nacional del Consumidor, Sernac. Dice que en el texto "se utilizan tiempos verbales que no dan lugar a duda: el presidente de la República 'designará' a dicho abogado, (…) que fue 'el escogido'. Luego, profundiza en los desafíos que deberá asumir, sus características profesionales y comentarios que ratifican 'su designación'. Pero, la realidad, sin embargo, dice otra cosa. El 18 de abril fue nombrado don Lucas del Villar como director del Sernac. De la designación cierta e indubitada del señor Arthur, ni luces. ¿Para qué entregar certezas sobre situaciones que no se han materializado y que, finalmente, solo son especulaciones?".

El diario, en su manual de estándares editoriales, indica que los periodistas se comprometen a difundir información veraz, rigurosa y fundamentada, obtenida mediante métodos legítimos, que utilicen -hasta el límite de lo posible- el acceso a todas las fuentes disponibles. Esto significa que deben efectuar el mayor esfuerzo por verificar la información obtenida para asegurar su fiabilidad y certeza. En el texto aludido por la lectora, el autor dio por veraces y fundamentados contenidos que no lo eran, lo que, desde luego, no contribuye a generar confianza en los lectores.

Falta de coherencia

El lector Samuel Barros, un corresponsal frecuente, señala que el artículo "Codelco actualiza plan de inversión y reformula sus dos mayores proyectos estructurales", publicado en las páginas de Pulso, de La Tercera, presenta problemas de coherencia: "lo que dice el entrevistado Nelson Pizarro, presidente ejecutivo de Codelco, no concuerda con lo indicado en 'las claves' del mismo artículo. El entrevistado dice: 'El proyecto (…) está atrasado en muchos años, como seis o siete años por (…)' y en las 'claves' figura 'El proyecto (…) atraviesa un retraso de entre seis y cinco años (…)'. Y, cuando el presidente ejecutivo señala que si existe atraso en Chuqui Subterránea, éste podría ser de dos o tres meses, en las 'claves' figura '(…) podría atravesar un retraso de hasta cuatro meses'. Además, hay un error: en las "claves" se emplea el verbo 'atravesar'... ¿como sinónimo de tener?".

Se trata de una construcción desprolija porque las "claves" sirven precisamente para reproducir de manera destacada lo que el redactor considera más importante. Y, en este caso, lo que se destaca no coincide con lo que dijo el entrevistado. Y, desde luego, el verbo "atravesar" está mal aplicado. "Atravesar" significa pasar algo de un lado a otro. Como sugiere el lector, "tener un retraso de hasta (tres o cuatro) meses" habría quedado mejor.

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