SEÑOR DIRECTOR:
Nuestro pilar contributivo de pensiones, basado en la capitalización, tiene importantes ventajas: permite a los trabajadores participar de las rentas del mercado financiero y evita traspasar carga fiscal a las futuras generaciones por el envejecimiento de la población.
También tenemos un pilar solidario, la PGU, que en la práctica es un reparto financiado con impuestos generales. Es un gasto que aumentará a medida que el número de adultos mayores crezca más que nuestra economía, lo que está ocurriendo actualmente.
En el debate de pensiones se ve un consenso entre los distintos colores políticos de seguir fortaleciendo el pilar solidario, pero no se ve ni de lejos un acuerdo para fortalecer el pilar de capitalización. De hecho, desde el primer gobierno de Bachelet, solo se ha aumentado el gasto en el pilar solidario, y ninguna reforma relevante se ha realizado para mejorar el pilar contributivo.
Si no rompemos esta inercia, el resultado será que la principal fuente de nuestras pensiones será un sistema de reparto, perdiendo las ventajas de nuestro sistema de capitalización; curioso, justo lo opuesto a lo que están tratando de hacer los países desarrollados.
Elisa Cabezón
Economista de Pivotes
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