Regulación de Uber y Cabify



SEÑOR DIRECTOR

En la carta de Cristóbal Edwards publicada en la edición del domingo, se llama a la autoridad a legislar sobre Uber y Cabify teniendo en cuenta que es una importante fuente de trabajo.

Efectivamente hoy existen casi 100.000 personas inscritas entre ambas plataformas, por lo que el tema resulta crucial; sin embargo, están lejos de ser fuentes de trabajo deseables, como la carta citada parece sugerir.

Por el contrario, en un contexto en que los trabajos en general se han vuelto más precarios e inestables, estos empleos asoman como ejemplos extremos.

El caso de Uber es emblemático: una empresa sin rostro, con miles de empleados a los que dan el eufemismo de socios, que trabajan sin contrato, sin capacidad de organización sindical y al arbitrio de las decisiones sobre tarifa y comisiones que la empresa imponga.

De este modo, urge que una nueva legislación considere como punto central la regulación del trabajo en estas plataformas, con énfasis en la defensa de los derechos básicos de los conductores y que los reconozca como trabajadores con todas las de la ley. Y por qué no, incorporarlos dentro de una planificación general del sistema de transportes, desarrollando una plataforma propia de los conductores que no dependa de un empleador externo.

Esto sí que podría ser un "ejemplo de fuente de trabajo contemporánea".

Andrés Fielbaum

Magíster en Ingeniería de Transportes

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