SEÑOR DIRECTOR:
Los hechos conocidos recientemente a partir de los “audios” es un caso que no solo ha puesto en tela de juicio la integridad de un individuo, sino que ha revelado las complejas relaciones de corrupción que subsisten en nuestra sociedad. Es innegable que este no es un fenómeno aislado, sino un entramado de intereses y complicidades que afecta tanto al ámbito público como al privado.
En este sentido, resulta imperativo reconocer que detrás de cada acto de corrupción en el sector público existe un privado dispuesto a facilitar y promover tales prácticas. Esta relación simbiótica, donde la corrupción encuentra un terreno fértil para prosperar gracias a la connivencia entre ambos sectores, constituye uno de los mayores obstáculos para el progreso y la equidad en nuestra sociedad.
Por consiguiente, las instituciones privadas deben reconocer su responsabilidad y desempeñar un papel activo en la lucha contra la corrupción. No se limita al mero cumplimiento de las regulaciones, sino que implica la implementación de rigurosos modelos de “compliance” que fomenten una cultura organizacional arraigada en la ética, la transparencia y la integridad. Solo de esta manera podremos desmantelar el tejido de corrupción que mina los fundamentos de nuestra sociedad y socava nuestra democracia.
Pero no podemos limitarnos únicamente al ámbito empresarial y al sector público. La sociedad civil también desempeña un papel fundamental en la lucha contra la corrupción. Es necesario sensibilizar a la ciudadanía en temas de transparencia y buen gobierno, capacitándola para ejercer un control efectivo sobre las instituciones públicas y privadas. Solo mediante una ciudadanía empoderada y educada podremos garantizar una verdadera rendición de cuentas y un gobierno corporativo transparente.
El denominado caso “audios” nos recuerda la urgente necesidad de fortalecer la colaboración entre el sector público, el privado y la sociedad civil en la lucha contra la corrupción. Solo a través de un compromiso conjunto y una acción coordinada podremos construir una sociedad más justa, transparente y libre de corrupción para las futuras generaciones.
Tamara Agnic
Presidenta de Chile Transparente - Capítulo chileno Transparencia Internacional
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