Felipe Alessandri, alcalde de Santiago: "Hay una xenofobia en ciernes que le hace muy mal al alma colectiva del país"

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Foto: Vicente López

En una comuna con más de 100 mil inmigrantes, el edil valora la decisión del gobierno en materia de regularización y toma distancia de las declaraciones del ministro de Salud, que atribuyó a este sector el aumento en los casos de VIH.


Hay cerca de 30 grados en la capital y la Plaza Bogotá, ubicada en las esquinas de Ñuble y Sierra Bella, en la comuna de Santiago, congrega a varios vecinos capeando el calor.

Hasta allí llega el alcalde Felipe Alessandri y, orgulloso, comenta el abandono en que se encontraba el lugar, mientras hoy cuenta con juegos infantiles, una caseta de seguridad y cámaras, nuevos arcos de básquetbol y un odeón en que cada domingo van distintas bandas a tocar.

El edil se entusiasma al comentar sus proyectos y también al analizar los desafíos políticos que se aproximan, además de algunas de las controversias de las últimas semanas. Como alcalde de una comuna con más de 112 mil inmigrantes, Alessandri aborda también la polémica surgida luego que el ministro Emilio Santelices vinculara el aumento de las cifras de VIH a la llegada de extranjeros al país. "Hay que ser muy cauteloso cuando uno está en un cargo de alta visibilidad", sentencia.

¿Cuál es la evaluación del primer año de gobierno?

Ha sido una muy buena instalación, aprendimos mucho del primer gobierno. En general, están todas las autoridades, de la más alta hasta la más baja, en la calle y eso es fundamental. Yo tengo un dicho: "La cabeza piensa donde están los pies". Eso lo que he visto en este segundo gobierno del Presidente Piñera.

Para este año, el gobierno se ha propuesto llevar adelante reformas, como la de pensiones, tributaria o laboral. A propósito de eso, la diputada Paulina Núñez (RN) planteó que "no basta con hacer una lista de reformas, sino que impacten en la vida de los chilenos". ¿Lo comparte?

Lo comparto 100%. El ciudadano de a pie tiene que sentir el cambio y en eso es fundamental también la comunicación. Todos tenemos que salir a comunicar lo que estamos haciendo.

¿Cómo cree que se puede llegar con ese mensaje considerando que el 2018 le fue más bien esquivo el manejo de la agenda al gobierno?

Siempre es complejo, pero ahí la buena relación que hay entre el ministro Blumel, el ministro Chadwick y el Presidente Piñera es fundamental para que la agenda no pierda el rumbo. Siempre vamos a estar expuestos a distintas externalidades, pero tenemos que enfocarnos en lo que le preocupa a la ciudadanía. Y el trabajo que hagamos con las distintas alcaldías es fundamental, porque nosotros estamos en el día a día, podemos actuar llevando el mensaje al gobierno a los distintos barrios.

Un tema que va a significar el primer choque entre oficialismo y oposición este año es Admisión Justa. Ya ha habido cuestionamientos a la gira que hizo la ministra Marcela Cubillos promoviendo este proyecto. ¿Cuál es su opinión de esta iniciativa?

Que critiquen a la ministra Cubillos porque está en terreno, escuchando a la gente, trabajando de lunes a domingo, me parece sorprendente. Deberían estar aplaudiendo que se dedique a recorrer el país y a escuchar, eso es lo que quiere la gente, que los políticos salgan de su lugar de confort y que estén en la calle. Yo celebro lo de la ministra que, además, tiene muy buen olfato político. Nosotros le llevamos la ley de Aula Segura, la tomó inmediatamente, la perfeccionó, la llevó al Congreso y hoy día es ley de la República. Me parece muy bien que esté escuchando a los distintos padres y apoderados. En Santiago tenemos una visión muy clara, somos la única comuna en Chile que tiene 44 colegios, gran parte de los emblemáticos, y 33 mil alumnos, o sea, yo hablo con propiedad, no soy experto en educación ni pretendo serlo, pero sí me reúno constantemente con los padres y apoderados, y ellos sí han han visto un cambio negativo en cuanto a la admisión de los colegios, sobre todo los emblemáticos.

En 2018, hubo polémicas en RN por las distintas visiones que hay, por ejemplo por la cercanía de algunos diputados con José Antonio Kast. ¿Cómo mira lo ocurrido?

Mario Desbordes ha hecho una tremenda pega. En RN la gracia es que cabemos todos: gente más liberal, como sería el caso mío, de centro, más conservadora, y tiene que haber un entendimiento para que el partido siga sosteniendo al gobierno, apoyando las iniciativas y también representando la voz de los ciudadanos cuando algo no nos parece. En RN hay un hilo conductor fuerte y, todas esas diferencias, tenemos que ponerlas arriba de la mesa, conversarlas a puertas cerradas y llegar a consenso. El rayado de cancha es común y esos entendimientos, que son mucho mayores que las diferencias, nos pueden potenciar mucho más.

El debate por el pinochetismo significó que el presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte, planteara que la diversidad en Chile Vamos tiene límites. ¿Comparte esa postura?

El debate sobre el pinochetismo es justamente lo que la izquierda quiere: poner sobre la mesa los temas que nos dividen. Salgamos a caminar por las calles a ver a cuánta gente le interesa eso. No juguemos el juego de la izquierda. La bancada que se identifica con la dictadura está en su justo derecho, pero miremos el futuro aprendiendo del pasado y son muchos más los puntos que nos unen.

Usted lidera el estamento de RN "Nuevos chilenos", para convocar a migrantes que puedan participar en procesos electorales. ¿Cómo ha sido ese trabajo?

En RN tenemos una mirada clara: son nuevos chilenos, son un aporte a la sociedad. Lo que estamos haciendo es apoyándolos a que se puedan insertar, que conozcan nuestra idiosincrasia, más que pensar en ellos como un eventual futuro votante.

Al revelar las cifras del VIH, el ministro Emilio Santelices, indicó como una de las causas del aumento de pacientes la llegada de inmigrantes. ¿Qué le pareció esa declaración?

Hay que ser muy cauteloso con ese tipo de declaraciones que estigmatizan, igual como cuando se habla de que una nacionalidad X ha traído microtráfico o prostitución. Cuando vemos las cifras oficiales, vemos que los números no acompañan esos dichos. El aumento del VIH, que es una realidad, se da por una multiplicidad de factores, como campañas que no han sido efectivas. No podemos estigmatizar a un grupo ni a otro.

Más allá del tema puntual del VIH, usted plantea que ese tipo de frases estigmatiza. ¿Complica también al gobierno y lo que ha tratado de hacer en materia de migración?

El gobierno se hizo cargo de un problema. Todos se tapaban los ojos y llegaban charters con inmigrantes que pasaban como turistas y, finalmente, las comunas pericentrales son las que tenemos el problema: hacinamiento, subarriendos abusivos, problemas de xenofobia en los barrios. Hay una xenofobia en ciernes que le hace muy mal al alma colectiva del país, que no es generada por el inmigrante que llegó, que no tiene dónde estar, sino por las autoridades de la época que no tuvieron ningún control.

¿Las declaraciones del ministro contribuyen a esa xenofobia?

Por eso hay que ser muy cauteloso cuando uno está en un cargo de alta visibilidad, como podría ser un ministerio o una alcaldía.

¿Se equivocó el ministro?

Apuntó a un solo factor cuando hay muchos más.

¿Este tipo de polémica debiera tomarse en consideración por parte del Presidente Piñera a la hora de hacer un ajuste ministerial?

Todos los cargos de exclusiva confianza están a disposición del Presidente en todo momento.

¿Sería positivo hacer un ajuste?

No me gusta pautear, menos a este Presidente, que está encima de cada uno de los temas. Siempre todo es perfectible, pero el equipo que tiene es un muy buen equipo y así lo hemos visto en terreno; me ha tocado presenciarlo con el propio ministro de Salud -y ahí darle un espaldarazo también- en todo el apoyo que hemos tenido en nuestros centros de salud.

¿A usted le gustaría ser ministro?

No, estoy feliz de alcalde.

¿Va a la reelección o será candidato a gobernador? ¿Se lo han propuesto?

Siempre hay conversaciones, pero tengo una candidata que es clara: Karla Rubilar. A mí me encantaría reelegirme una vez para seguir con los vecinos de Santiago cuatro años más, si ellos lo quieren. No es tarea fácil, si uno mira para atrás, en los últimos 20 años ningún alcalde se ha logrado reelegir, porque Santiago es complejo, es una moledora de carne, pero hay que saber enfrentar los problemas de cara a los vecinos.

Si la UDI, Evópoli o el PRI quisieran competirle. ¿Cuál debiera ser el mecanismo, primarias, encuestas o "el que tiene mantiene"?

Jamás "el que tiene, mantiene", aquí no hay cargos perennes o designados. Así como yo peleé y dejé a varios en el camino, incluso algunos que hoy son presidenciables, me gustaría que si alguien tiene un candidato que crea que pueda desempeñarse bien en Santiago, hagamos primarias.

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