El horrendo caso de Michael Zack III, el hombre ejecutado por asesinar a mujeres que conoció en bares

El horrendo caso de Michael Zack III, el reo ejecutado por asesinar a mujeres que conoció en bares. Foto: Michael Duane Zack III.

El estadounidense de 54 años cumplió su condena de muerte por los crímenes que cometió en Florida. La ejecución fue con una inyección letal.


Durante la tarde de este martes, Michael Duane Zack III (54) fue ejecutado con una inyección letal en la Prisión Estatal de Florida en Starke, Estados Unidos.

El hombre había sido condenado a muerte en 1997, por dos asesinatos que cometió con apenas un día de diferencia el año anterior.

Conoció a las víctimas de tales crímenes en distintos bares del norte de Florida, mientras que la ejecución se concretó más de 25 años después de que fuese arrestado por la policía y se escuchara el veredicto del jurado.

El horrendo caso de Michael Zack III, el reo ejecutado por asesinar a mujeres que conoció en bares. Foto: Michael Duane Zack III.

Michael Zack III, el reo ejecutado por asesinar a mujeres que conoció en bares

Zack III fue declarado culpable de asesinar a Ravonne Smith, una empleada de un bar de Pensacola de la que se hizo amigo y que posteriormente golpeó y apuñaló con un cuchillo, en junio de 1996.

Junto con ello, fue condenado en paralelo a cadena perpetua por asesinar a Laura Rosillo, una mujer que conoció en otro establecimiento.

Días antes, Zack III también había cometido otros crímenes.

Uno de ellos fue cuando se encontraba en un bar de Tallahassee y su novia de aquel entonces lo llamó para decirle que lo iban a desahuciar de su vivienda.

Como era un cliente habitual, el camarero se ofreció a prestarle su camioneta para que fuese al lugar. Él la tomó. Sin embargo, se marchó y nunca regresó, según rescató AP News.

De esa manera, condujo hasta un bar de Niceville y ahí entabló una amistad con el propietario de una empresa de construcción.

Le dijo que vivía en una camioneta, por lo que el hombre se compadeció y le ofreció que se hospedara en su casa.

Más tarde, Zack III robó 42 dólares en efectivo y dos pistolas, las cuales luego empeñó.

Posteriormente, fue a otro bar en el que conoció a Rosillo. Y tras una conversación aparentemente amigable, la invitó a la playa a consumir drogas.

Después la golpeó, la arrastró parcialmente vestida hacia las dunas, la estranguló y le tiró arena en la cara.

Al día siguiente, fue a un bar de Pensacola y entabló comunicación con Smith, una camarera del local.

El horrendo caso de Michael Zack III, el reo ejecutado por asesinar a mujeres que conoció en bares. Foto: Michael Duane Zack III.

Así, la invitó a la playa para que fumaran marihuana y más tarde ella lo llevó a la casa en la que vivía con su novio.

Todo parecía normal hasta ese minuto, pero cuando llegaron, él la golpeó en la cabeza con una botella, abusó de ella y la apuñaló cuatro veces en el pecho con un cuchillo de cocina.

Ya con Smith inmovilizada, le robó objetos electrónicos como un televisor y un reproductor de videos, los cuales trató de empeñar.

No obstante, la casa de empeño comenzó a sospechar que los artículos que traía Zack III eran robados. Y él, al percatarse de esto, escapó inmediatamente y se escondió en una casa vacía.

Pasó dos días ahí, hasta que finalmente fue detenido por los agentes policiales.

En su declaración, el estadounidense admitió haber matado a Smith y dijo que se enojó y la atacó después de un comentario que ella hizo sobre el asesinato de su madre, el cual efectuó su hermana con un hacha.

Asimismo, aseguró que la apuñaló en supuesta defensa propia, debido a que pensaba que la mujer iba a otra habitación a buscar una pistola.

Su versión fue rechazada en el tribunal. Y aunque sus abogados intentaron detener la ejecución —bajo el argumento de que enfrentaba un síndrome alcohólico fetal y un trastorno de estrés postraumático— la Corte Suprema denegó la apelación.

Cuando las autoridades le preguntaron si tenía unas últimas palabras antes de que le suministraran la inyección letal, él respondió: “Sí, señor”.

Luego, levantó su rostro para mirar a los testigos y dijo: “Los quiero a todos”.

Antes había rechazado su última comida.

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