Perros que enseñan a leer: ¿De qué trata esta fascinante terapia para niños?

Perros que enseñan a leer: ¿De qué trata esta fascinante terapia para niños?

La terapia, protagonizada por perros profesores, logró increíbles resultados en el aprendizaje y motivación de la lectura de niños y niñas y ya está presente en 27 países.


No solo son buenos compañeros, ¡ahora también son profesores! Se trata de una terapia estadounidense llamada Reading Education Assistance Dogs (READ), donde los perros, entrenados para escuchar y corregir amablemente, enseñan a mejorar la lectura de niños y niñas en módulos de 10 sesiones.

Esta terapia está presente en 27 países, entre ellos, Estados Unidos, Canadá y México, y ha logrado excelentes resultados en poco tiempo, pues además de enseñar a leer, se comprobó que potencian el autoestima y la motivación por la lectura, sobre todo en los niños más pequeños.

Perros que enseñan a leer: ¿De qué trata esta fascinante terapia para niños?

Un suave, entretenido y productivo momento

El perro profesor se echa con el niño sobre una alfombra y le regala toda su atención. Se elige el cuento favorito del pequeño y este comienza a leerlo en voz alta. Si es que, en la lectura, el pequeño se equivoca en la pronunciación o va a un ritmo muy rápido, el perro hará una señal con la cola, pata, ojos o con cualquier otra parte del cuerpo para hacerle notar que se equivocó.

Cuando sucede esto, el niño debe repetir lo que acaba de decir para enmendar el error. En lugar de sentir frustración, los niños suelen motivarse más, además de salir fascinados de cada sesión porque piensan que realmente un animal los escuchó y apoyó en su lectura.

Y es que un perro, en comparación a un humano, no va a verbalizar si el niño lo hizo bien o mal y mucho menos va a retarlo. El perro solo corrige el error moviendo, por ejemplo, una pata, por lo que se ve como una gracia y el estudiante no se sentirá juzgado, al contrario, esta acción crea un vínculo tierno y estrecho, por lo que el niño se esforzará por hacerlo bien la próxima vez.

De hecho, habían niños que sentían vergüenza al leer en voz alta y, gracias al método, pudieron hacerlo sin problemas, al no sentirse juzgados por un peludo animal.

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