Rosario Navarro: "Lo femenino estuvo ausente en las empresas y eso nos hizo perder grandes oportunidades"

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Foto: Marcelo Segura

¿Cuál es tu definición de "lo femenino"?

-Lo femenino constituye un aspecto del ser Homo Sapiens históricamente vinculado a la vida privada, la procreación, la maternidad y a lo íntimo al interior de la vida familiar y de la tribu. Tiene que ver con una perspectiva complementaria a lo masculino, y viceversa. Creo que los talentos se distribuyen de manera homogénea en los seres humanos, pero históricamente ha sido sobrerrepresentada la perspectiva masculina, haciéndonos creer que la fortaleza, genialidad, el talento y la sensibilidad artística incluso eran atributos más propios de lo masculino. No es necesariamente así.

-¿Qué elementos constituyen lo femenino?

-Establecer puentes, vincular ideas y la mirada más sistémica. La sororidad, respeto, empatía, rigurosidad, excelencia en el hacer, la sensibilidad e intuición y observar el mundo desde una perspectiva distinta, no tan apegada al poder y la dominación. Desde mi visión femenina, el poder es un medio para lograr fines superiores y no un objetivo en sí mismo.

-¿Qué es lo fundamental de lo femenino que la lucha feminista nunca debería olvidar?

-La lucha feminista tiene que ver con nivelar la cancha, dar las mismas oportunidades y derechos a hombres y mujeres. Objetivo que está todavía lejos a pesar de los enormes avances del último tiempo. Y lo femenino se expresa rescatando nuestras diferencias y cómo nos complementamos, y entendiendo que lo femenino no es mejor que lo masculino, ni viene a reemplazarlo, pero que tampoco es peor o menos que lo masculino.

-¿Evoluciona la concepción de lo femenino en el tiempo?

-Hay aspectos de lo femenino que son inmutables, pero van cambiando algunos parámetros y preconcepciones. Por ejemplo, estándares de belleza o la definición de los roles dentro de la familia, que han ido mutando afortunadamente, pero aún queda mucho por superar. Hay muchas mujeres que se sienten excluidas y no son valoradas, especialmente en entornos vulnerables; también muchas mujeres se desenvuelven cargadas de miedos en sus trabajos, en las calles y en sus relaciones, por temas de acoso sexual y abusos de poder.

-¿Cuáles son las preguntas que lo femenino impone hoy?

-Es importante preguntarnos qué es ser mujer hoy y las limitaciones que tenemos para desarrollar nuestro potencial y talento. Y en base a las conclusiones que saquemos, ir avanzando en una agenda que derribe las barreras que impiden nuestro desarrollo en plenitud. Por ejemplo, hoy las mujeres somos mejores pagadoras que los hombres, pero todavía nos cobran mayores intereses y nos prestan menores cantidades de dinero. Lo mismo con nuestros sueldos y remuneraciones: en un mismo cargo ganamos muchas veces menos.

-Lo femenino y lo masculino: ¿antagónicos, complementarios?

-Totalmente complementarios. El desafío es muy bonito y lo debemos enfrentar hombres y mujeres en conjunto, porque se está redefiniendo no sólo lo femenino, sino que también lo masculino, donde estamos desechando esa imagen del hombre proveedor, dominador y hegemónico, reemplazándola por una masculinidad más comprometida con el rol de ser padres y compañeros de la mujer.

-¿Qué mujer concreta encarna hoy lo femenino?

-Todas, desde las que luchan como madres solteras en una población por sacar a sus hijos adelante hasta un grupo de mujeres maravilla, en el cual participo, donde hay mujeres admirables y generosas de todas las edades. Hay mujeres que admiro, claro, con nombre y apellido: Mónica Retamal, fundadora de Kodea, creo es un gran ejemplo, la Carola Torrealba en el mundo de la ciencia, Morgana Rodríguez en la cultura; y mis partners en Sofofa, Carmen Román y Janet Awad.

-¿Cómo se entiende lo femenino en el mundo en el que trabajas?

-Por mucho tiempo, lo femenino estuvo ausente en el mundo de la empresa, lo que nos hizo perder grandes oportunidades. A pesar de los avances, todavía hay brechas importantes de diversidad dentro de las empresas, no sólo de género, sino de origen social, especialidades y profesiones, nacionalidades, etc. Somos muy endogámicos en Chile, y eso nos quita competitividad.

-Mirando el futuro, ¿hacia dónde va o debe enfocarse lo femenino?

-Todavía falta mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad de oportunidades y derechos, pero reconozco la capacidad enorme de las mujeres para armar coaliciones virtuosas, enclaves de apoyo y contención, que me dan grandes esperanzas de que vamos a lograr seguir avanzando para que el mundo sea un lugar mejor para hombres y mujeres.

*Rosario Navarro es vicepresidenta de Sonda y consejera de la Sofofa.

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