Los Prisioneros desempolvan sus "sierras eléctricas" y anuncian nueva vida digital

El regreso de Los Prisioneros era el secreto mejor guardado de la república. Tras meses de tratativas entre Jorge González, Miguel Tapia, Claudio Narea y el histórico manager Carlos Fonseca, el añorado reencuentro era una realidad. Pero no se lo dijeron a nadie.

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La idea original de Los Cuatro Luchos, la sociedad que creó el cuarteto para administrar el regreso prisionero, era una multitudinaria fecha en el Estadio Nacional a tablero vuelto en diciembre. Para evitar filtraciones Fonseca registró el recinto bajo el nombre de Inti Illimani.

Aunque en la prensa ya circulaban rumores de ciertos "ensayos" del trío, el hermetismo solo se vio interrumpido por un disco repartido a primera hora en las principales radios del país.

Era el miércoles 5 de septiembre de 2001 y la programación habitual de las FM se vio interrumpida por un estreno inesperado. "Las sierras eléctricas" se convirtió en la primera canción original de Los Prisioneros en una década y el primer registro de Claudio Narea como guitarrista de la banda desde 1989.

Aunque, en esencia, la canción ya existía. Como parte de los demos que el grupo preparaba para lo que sería su cuarto disco, el trío registró una versión prematura del tema junto a otros cortes como "Ella espera", "Danza porque sí" y "El cobarde".

Las maquetas, ensayadas en la residencia que González tenía en calle Beaucheff y que se transformaría en ícono tras servir como locación para el video de "Sexo", aparecerían siete años más tarde como parte de la recopilación Ni por la razón ni por la fuerza que juntó al trío en 1996 en torno a un generoso contrato discográfico. Pero para volver al estudio y a la "amistad" tenía que terminar la década de los noventas.

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Tras un par de semanas de ensayos para lo que sería un único concierto de regreso -terminarían siendo dos fechas en el estadio y una gira de dos años hasta la nueva salida de Narea-, Carlos Fonseca puso una idea sobre la mesa. Había que grabar una canción para preparar terreno y así promocionar el evento.

La primera quincena de agosto Jorge González había vuelto a Santiago tras finalizar la última parte de su tratamiento de adicción a las drogas en Cuba y estaba más convencido que nunca de retomar su rol como prisionero.

En las sesiones de "entrenamiento" en la casa que alquilaron en Gaspar Carrales, un pasaje cerca de San Ignacio y Santa Isabel, apareció sobre la mesa el nombre de la canción que dejaron inconclusa justo antes del primer gran quiebre. Durante varios días se dedicaron casi exclusivamente a ensayar el tema escrito por Jorge González.

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El single de "Las sierras eléctricas" se materializó en los antiguos Estudios del Sur, cerca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, entre el 16 de agosto y el 3 de septiembre bajo la dirección de Gonzalo González.

La nueva versión duraba algunos segundos más del demo registrado doce años antes y mantuvo el guiño a "Day Tripper" de The Beatles en uno de sus solos. Aunque la canción generó impacto inmediato, su existencia se fue disipando con los días y no llegaría a formar parte de ningún disco oficial relegando su existencia a un corte meramente promocional.

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Casi un mes después, cuando Los Prisioneros anunciaron oficialmente el concierto de reunión con una multitudinaria conferencia en la extinta Feria del Disco de Paseo Ahumada, los primeros 100 compradores de tickets recibieron de regalo -y de mano de la misma banda- un disco con el single diseñado por Marco González. El precio de las entradas iba desde los $6.000 (galería) a los $8.000 (tribuna y cancha).

Coincidiendo con el estallido social y la revitalización de las canciones compuestas por Jorge González en los ochentas, la banda en conjunto con sus representes históricos lograron un acuerdo para la distribución digital y reedición de el material que el trío lanzó tras su reencuentro en 2001.

La canción, que estará  disponible en plataformas como Spotify, servirá como punta de lanza para la aparición paulatina de discos como Estadio Nacional (2002), hasta ahora descatalogados y una página web llamada Planeta Prisionero que reunirá el legado de los sanmiguelinos.

La reaparición de aquel material cuenta con la aprobación de dos integrantes de la banda y marca un primer acercamiento -aunque siempre a distancia- con el legado  histórica de la banda .

Desde esa fecha el recorrido ha sido sinuoso. Tapia y González continuaron con la banda hasta el verano de 2006, cuando el compositor decidió poner punto final a la historia para radicarse en México y luego pasar por España y Alemania.

En 2009, Narea se reencontró con el baterista y desde entonces giran en nombre de la banda bajo el nombre de "Los Prisioneros, Narea y Tapia". Además el guitarrista editó dos libros con la historia de su paso por la banda.

González, tras sufrir un infarto isquémico cerebeloso en 2015, se alejó de la música y la vida pública aunque su catálogo ha seguido activo con la edición de canciones inéditas, música experimental y la publicación de su autobiografía.

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