Imbatible Kipchoge

El mejor maratonista de la historia sumó su noveno 'major' en Londres. Y con el segundo mejor registro de todos los tiempos. El gran Mo Farah no fue rival.


Sonriente y con los brazos abiertos llegaba Eliud Kipchoge (34) al frontis del Palacio de Buckingham, no mostrando indicios de que acababa de correr uno de los maratones más rápidos de la historia. El récord mundial de los 42,195km arrasó de nuevo y completó el circuito en 2.02'37", su segunda mejor marca y de paso la segunda de todos los tiempos. Lo del keniata es inédito, nadie había logrado cuatro triunfos en el maratón de Londres, uno de los más codiciados en conjunto con Berlín. Con el de ayer, el campeón olímpico llega a nueve majors ganados.

En la calle, Kipchoge es prácticamente imbatible, pues de 13 carreras disputadas, ha vencido en 12. La última vez que fue batido en asfalto fue en los 42k de Berlín, en 2013, cuando Wilson Kipsang Kiprotich se llevó la corona. Era su primer año concentrado en el asfalto después de fallar el equipo olímpico de su país en la pista. No ha vuelto a perder.

El trote del Filósofo contagió a los otros competidores. Quien le sucedió en la meta, el etíope Mosinet Geremew, con su mejor marca, se convirtió en el segundo mejor maratonista de la historia, con un crono de 2.02'55". Dennis Kimetto, ganador de Berlín en 2017, bajó al tercer lugar (ver tabla).

Gran expectación había generado la presencia de Mo Farah (35) en la competencia y sus capacidades para llevarse la carrera. Pues el fondista, dueño de casa, es doble campeón olímpico en 5.000 m y 10.000 m y hace cerca de un año que prepara los 42k. Pero el duelo de Sir Mo con los otros corredores no existió. A la mitad de la carrera ya les había perdido el paso a los líderes, quedando sin oportunidades de pelear por el podio y finalmente relegado al quinto lugar, a 38 segundos del cuarto. Fracasando así en mejorar su registro, que también es récord europeo (2.05'11"). Si bien está dedicado a la calle, Mo no descarta volver a la pista para pelear un cupo en el Mundial 2019 en su prueba favorita, los 10.000m.

La competencia femenina la dominó la joven keniata Brigid Kosgeim (25), que cruzó la meta en 2.18'20, desplazando al segundo lugar a la campeona de la edición pasada, su compatriota Vivian Cheruiyot (2.20'14"). Ambas lejos del récord del mundo, que sigue vigente desde 2003, precisamente en Londres: 2.15'25", de la inglesa Paula Radcliffe.

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