La banca de Universidad de Chile se convierte en la silla eléctrica

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Desde que Jorge Sampaoli dejó el club, solo Martín Lasarte pudo cumplir íntegramente su contrato, aunque su salida también estuvo salpicada de polémica.



La banca de Universidad de Chile se convierte en la silla eléctrica. Hernán Caputto, quien ayer inició su labor como técnico interino de los azules, llega, literalmente, a relevar a una víctima del cargo. Alfredo Arias dejó su puesto en la escuadra laica en el peor escenario posible: con los azules en zona de descenso y con un registro que lo convierte en el peor entrenador del equipo estudiantil desde la partida de Sebastián Beccacece.

El uruguayo viene a confirmar una constante desde que Jorge Sampaoli dejó la banca estudiantil. Salvo Martín Lasarte, todos los entrenadores azules tuvieron que dejar el cargo antes de lo que estaba establecido en su contrato. Ya va diez. De distintos estilos y personalidades. Y, por cierto, con distintos niveles de éxito. En algunos casos, incluso nulo.

Ni siquiera el adiós de Machete escapa a la controversia que ha envuelto a todas las partidas de los estrategas: mientras la dirigencia encabezada por Carlos Heller resolvía el fin del ciclo del charrúa, también avanzaba en reuniones secretas con Beccacece.

La experiencia terminó mal por todos lados. El transandino, quien aparecía como el heredero ideal para el estilo que había impuesto Sampaoli, de quien había sido ayudante en el período más exitoso del equipo en la década, también terminó yéndose por la ventana, con escándalos como el de la heladera que volteó a patadas en un clásico universitario incluidos.

Millonario costo

La lista, por cierto, es más amplia. Darío Franco, Marco Antonio Figueroa, Cristián Romero, Víctor Hugo Castañeda, Guillermo Hoyos, Esteban Valencia y Frank Kudelka engrosan una nómina que combina errores directivos en la elección, la falta de convicción para respaldar los procesos y la necesidad de recurrir a técnicos del club, que estaban a la mano para paliar las crisis.

Lasarte y Hoyos fueron los únicos que lograron quedarse con el Campeonato Nacional, la exigencia mínima que se le plantea a cualquier entrenador que dirija a los laicos. El argentino tuvo que partir después de la derrota en el Superclásico ante Colo Colo y la aplastante goleada por 7-0 frente a Cruzeiro, por la Copa Libertadores. Franco, otro que llegó por la cercanía conceptual con Sampaoli, algo que rara vez se vio reflejado en el campo de juego, obtuvo la Copa Chile de 2012-13. Tampoco le alcanzó para seguir en el puesto.

Cualquiera sea la interpretación, lo concreto es que la U ha gastado US$ 3 millones de dólares entre contratos e indemnizaciones por términos anticipados de contratos. Hoyos, por ejemplo, se llevó US$ 300 mil, sin considerar sus salarios. El caso de Beccacece fue similar y la compensación para Kudelka bordeó los US$ 250 mil. Franco, Figueroa y Castañeda se llevaron US$ 150 mil cada uno como finiquito.

Romero y Valencia, dos hombres de la casa, no cobraron. Valencia continuó en el club y Romero partió a desarrollar labores gerenciales en Iberia, club afín al expresidente azul, Carlos Heller.

Finiquitos millonarios

Guillermo Hoyos US$ 300 mil

Sebastián Beccacece US$ 300 mil

Frank Kudelka US$ 250 mil

Alfredo Arias US$ 150 mil

Darío Franco US$ 150 mil

Marco Antonio Figueroa US$ 150 mil

Víctor Hugo Castañeda US$ 150 mil

Martín Lasarte US$ 0

Cristián Romero US$ 0

Esteban Valencia US$ 0

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