La Casa de Cemento

La canción Bella Ciao, que caracteriza a la exitosa serie española La Casa de Papel, levanta al plantel calerano. El profesor Víctor Rivero entrega detalles del manejo de grupo.


Las trompetas y los bombos no paran de guiar a los cerca de 500 hinchas caleranos que se hicieron presente en el estadio de Pueblo Nuevo. La canción Bella Ciao, creada por la resistencia italiana en la Segunda Guerra Mundial, que caracteriza a la exitosa serie española La Casa de Papel, les pide a los jugadores que dejen la vida hoy ante San Luis, en el clásico que se disputará en el Lucio Fariña.

Si lo llevamos a la serie de Netflix, el plan del profesor, Víctor Rivero, parece estar resultando prácticamente a la perfección. Un modesto equipo, recién ascendido, parece contar con el apoyo de todo una ciudad que parecía haberse olvidado del fútbol, tal como ocurre en la producción. Más aún cuando hacía menos de dos semanas golearon por 6-1 a uno de los poderosos: Universidad de Chile.

Bryan Fernández, quien asumiría el rol de Berlín, volverá a tomar el liderazgo luego de los problemas familiares que lo marginaron del duelo ante Audax.

Es que el equipo que conduce Víctor Rivero tiene revolucionada a la ciudad de la Quinta interior.

En conversación con La Tercera, el profesor Rivero pide calma a la ciudad. No quiere perder el foco: "Tenemos que mantener los pies sobre la tierra, con harta humildad. Entre menos llamenos la atención, entre menos se hable de nosotros, es mejor, porque podemos seguir trabajando más tranquilos. No hemos logrado nada", comienza diciendo.

"Tenemos las metas claras, más allá de lo que se hable. Lo primordial es no descender, mantener la categoría. Aparte de eso, hay que ser un equipo competitivo, todos los fines de semana. Si eso nos permite meternos en un torneo internacional, bienvenido sea", agrega el nacido en Santa Cruz.

Es que adaptar a cerca de 10 refuerzos no ha sido fácil. El método para unir al plantel es llamativo. "Tenemos una metodología que consiste en tomar desayuno juntos a diario, pero con condiciones. Cada día un jugador distinto se hace cargo de alimentar al plantel, y tiene que comprar y servir todo el desayuno. Eso ha generado algo súper especial. Obviamente que es todo comida sana. Después de cada entrenamiento, los muchachos se toman batidos y comparten mates. Es todo bien familiar", sostiene el técnico. "Somos un equipo bastante corto, pero bien competitivo. Sabemos que necesitamos de todos. Unión La Calera no tiene la infraestructura y los recursos de los grandes, pero tenemos un plantel y cuerpo directivo que tiene muchas ganas de llevar al club a lo más alto", complementa.

La presión parece no preocuparle al DT, que se molesta cuando es ensalzado. "No me siento el técnico del momento, ni del futuro. Los resultados son del equipo". Eso sí, sabe que las miradas estarán puestas en si son capaces de doblegar a su clásico rival. "Les hago ver día a día que no podemos perder la humildad. Jugamos en conjunto, en equipo. Somos un equipo que corre y mete, no nos sobra nada. Los refuerzos se han adaptado bien a los que estaban en el club. Acá todos remamos para el mismo lado", cierra.

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