La gloriosa media hora de Bale

Bale

La chilena del galés ya se alza como uno de los goles más bellos en la historia de la competición. Inolvidable.



La acrobacia más hermosa apareció en Kiev. Acontece cada cuanto, muchos la intentan y pocos la dominan. ¿Las finales? Su escenario menos pensado, aunque allí es donde más brilla. Donde alcanza el estado de inolvidable.

Gareth Bale fue el artista. Excluido del 11 inicial pese a sus buenas actuaciones en los últimos partidos del Real Madrid, el galés vio desde la banca los primeros 60 minutos. Al igual que el año pasado en Cardiff, Zidane prescindía de la BBC.

Así que esperó su oportunidad. Sus 30 minutos de gloria. Para borrar de la memoria temporadas irregulares y los rumores de una posible salida. Entró y sólo 240 segundos después llevó al fútbol a un estado superior, casi metafísico. Con la primera pelota que tocó.

Su técnico gesticulaba con una sonrisa incrédula. Él mismo convirtió uno de los goles más bellos en la historia de la competición. CR7, más atrás, reía con un dejo de incomodidad: ahora su chilena ante la Juventus sería opacada.

Y Bale corría. Gritaba. Interceptó un centro cualquiera, casi desde el borde del área, y lo transformó en una imagen imperecedera. Como si nada.

A los 83' volvió a repetir. Con su tiro de distancia que tantos réditos le ha dado a través de su carrera. Le pegó desde lejos y Karius permitió el gol.

Es un hombre de finales. Lo sufrió el Barcelona, lo lloró el Atlético y ahora lo lamental el Liverpool.

No obstante, y al igual que CR7, la estrella de la noche puso en duda su continuidad en el club español. Su poca titularidad es la principal razón para que el Expreso de Gales esté pensando en marcharse de un club con el que ha ganado 13 títulos: "Me tengo que sentar este verano a pensar con mi agente a ver mi futuro", señaló tras el partido.

Y fue más allá: "Quiero jugar todas las semanas, tener más minutos y sí no los puedo conseguir en el Real Madrid, tendré que buscarlos fuera. Tengo mucho tiempo por delante y lo pensaré. Ahora quiero tener tranquilidad, pero la verdad es que necesito jugar muchos más minutos. De eso no tengo ninguna duda. Quizás me quede y quizás no ".

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