Los guardias piden socorro

Guardia

"Si la policía no ha sido capaz de controlar los desmanes, menos podremos nosotros", dicen los encargados del orden en los estadios, que sufren económicamente la inactividad.



Los guardias piden socorro. Como pocas veces, los encargados de mantener el orden en los estadios piden ayuda. La suspensión del fútbol por casi 30 días dejó sin trabajo a cientos de personas que viven del día a día de la actividad. Y los encargados de la seguridad, los mismos que cobran por duelo realizado, sufren las consecuencias del estallido social. Si no hay fútbol, no hay dinero.

Williams Peralta, dueño de una empresa de seguridad que presta servicios a la ANFP, ha debido calmar a las casi mil personas que rotan cada fin de semana para cubrir los eventos deportivos programados. Entre sus carteras destaca la U, Palestino y Audax. Azu Azul le exige 215 validadores, mientras que para los enfrentamientos de Audax y Palestino se les requiere la presencia de 120 guardias: "Me llaman harto los trabajadores y me preguntan cuándo vuelve el fútbol. Es bien complicado porque la mayoría vive de estos ingresos. Hay matrimonios que se dedican a esto, familias que necesitan de estos ingresos", dice Peralta, a La Tercera.

El pago que realiza la empresa es diferenciado. Los duelos clase A, que involucran a Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica aseguran un pago de $25 mil por duelo. Los partidos clase B, que agrupa al resto de los equipos, según esta empresa, implica un desembolso de $20 mil a cada trabajador. En otros clubes, por ejemplo, el pago es mucho más elevado. En Iquique se le cancela $40 mil a cada guardia que cuida la seguridad en los partidos de los Dragones Celestes.

Peralta no esconde su preocupación por la urgencia del retorno a la actividad. Dice que sus trabajadores necesitan volver a la normalidad: "Hay guardias que hacen de esto un oficio, una pega. Ellos se programan trabajando en diferentes eventos, no solo el fútbol. Y si está suspendido ellos no tienen ingresos. Hay familias que hacen un sueldo para cubrir sus gastos", dice el empresario.

Barras bravas

Hoy, en la mira de la seguridad también está la amenaza de las barras bravas. Los sectores más radicales de los fanáticos del fútbol ya avisaron que no dejarán que la actividad vuelva a su normalidad. "Estamos bien pendientes de ese tema. Si es así se complicará todo. Si la policía no ha sido capaz de controlar los desmanes, menos lo podremos hacer nosotros", cierra Peralta.

Johnny Herrera, capitán de Universidad de Chile, asumía la urgencia de retomar la actividad: "No es fácil parar, porque además de los compañeros hay mucha gente que trabaja con nosotros, los guardias, y dejar a toda esa gente sin plata, no es fácil", cierra.

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