Otra foto para Cristiano

Cristiano

El portugués vuelve a erigirse como salvador. Y lo celebra con su vanidad característica. En su eterno duelo con Messi, lo arrolla en números en las tres últimas ediciones.



La clasificación del Real Madrid quedó inundada en la polémica, en la discusión, en el debate airado luego del cobro postrero del árbitro Michael Oliver, que le permitió a los merengues evitar el alargue y avanzar a las semifinales, frenando la épica de la Juventus. Esa oportunidad no la desaprovechó Cristiano Ronaldo, quien tuvo un partido opaco, lejos de todas las luces que alcanzó en la ida de la semana pasada (con un gol de chilena que no se escapa de la memoria), pero que en definitiva se llevó, como sucede generalmente, la foto que pasará al recuerdo. En los descuentos, le convirtió a Szczesny, sacudiendo la tensión del Bernabéu, para sacarse la camiseta y enarbolar el orgullo de decir "aquí estoy yo".

Pese a los aplausos que le concedió el público de Turín en la ida, el luso celebró su tanto con su característica vanidad exagerada y provocadora, luciendo músculos. Al final, se lo recriminaron los futbolistas juventinos, algo así como que no supo ganar.

Ayer, el portugués cumplió 150 partidos en la Champions y convirtió ahí por undécimo partido consecutivo. Llegó a 120 anotaciones (121 si se cuenta la fase previa) en la Liga de Campeones, siendo el máximo artillero histórico.

"No entiendo por qué protestan el penal. Si no hacen penal, Lucas hacía el gol. Le da por atrás. Durante el partido Benatia y el resto ya habían dado patadas por detrás", justificó CR7. Además, agregó: "Fue un partido muy sufrido y que sirve de lección para aprender que en el fútbol no hay nada regalado y que hay que pelear hasta el final". Ya con la cabeza más fría, durante las declaraciones de Buffon en la zona mixta, Cristiano pasó junto a él y lo saludó y abrazó, diciéndole "perdón".

Más allá de la polémica, la Casa Blanca salió airosa y festejó, mientras que en Barcelona aún permanece el lamento y la rabia por la eliminación azulgrana en el Olímpico de Roma. Precisamente, los dos emblemas de cada institución transitan por caminos opuestos en la Liga de Campeones. Si Cristiano ríe, Lionel Messi llora. Así es la cruda comparación entre las estrellas.

La Champions es el torneo que siempre anhela el Madrid. En esa búsqueda, CR7 es una piedra angular. Un Cristiano que ha mutado en su forma de juego, pasando desde la filigrana y la velocidad hacia jugar más de centrodelantero, se erige en las instancias definitorias. Por su parte, el 10 culé tiene que masticar la frustración desde hace tres temporadas, las cuales su elenco no cruza la barrera de los cuartos.

Revisando precisamente las últimas tres ediciones de la Champions (contando la actual), desde que el Barcelona ganó en Berlín en 2015, la estadística es brutal a favor del portugués si de goles se trata: entre cuartos, semifinales y final (cuando los cracks deben aparecer), Cristiano acumula 16 goles, mientras que Messi suma cero. Si se amplía el espectro de análisis, desde la campaña 2011-2012, sólo entre cuartos y semifinales, la Pulga ha convertido siete anotaciones contra las 26 del luso.

En este sentido, Cristiano saca ventaja pensando en el Balón de Oro. A Messi sólo le queda el Mundial para pelear por el cetro. Porque ya saben que sólo se mira a dos.

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