Álvaro Escobar: "El protocolo de Rojo ante el acoso es algo que no había visto en TV"

Álvaro Escobar
Álvaro Escobar es el conductor de Rojo, el color del talento.

El actor debuta al mando de Rojo este lunes a las 18.00 horas. Acá, habla de rating y de las denuncias de acoso y abuso en su gremio.


Llegó el momento. Llegó el momento del debut de Álvaro Escobar como el "Tío conductor" de Rojo, el color del talento, y eso será este lunes 14 a las 18.00 horas, en medio del competitivo bloque vespertino que protagonizan Caso cerrado (Canal 13), Si yo fuera rico (Mega) y Casado con hijos (CHV).

Es un momento que el animador y actor viene esperando hace meses, y que luego de muchísimos ensayos por fin se concretará en vivo y en directo. Sabe que todos los ojos de los ejecutivos de TVN estarán puestos sobre él, y que el espacio de canto y baile, que vuelve a la pantalla después de una década, es la gran apuesta del canal para volver a ser competitivo en el bloque de la tarde y así comenzar a subir el piso de rating que recibe el noticiero central, que no despega del cuarto lugar.

Por lo mismo, estos meses previos, caminando por los pasillos de Bellavista 0990, le hacen sentir a Escobar que "Rojo le está devolviendo mucha mística al canal, incluso antes de salir al aire". Y asegura que no siente ninguna presión por ser el animador de esta gran apuesta.

¿Está seguro de no sentir un peso extra por el rating y por los resultados del programa?

Sí, pero ese peso funciona en una sola dirección. Es bien raro. No sé si es justo decirlo, pero yo sé que si efectivamente Rojo consigue buenos resultados nos llenamos de gloria. Y si el programa no es capaz de levantar al canal completo, tampoco es de extrañar. No se puede llevar toda la responsabilidad y por eso no funciona como peso. TVN no depende solamente de Rojo. Levantar TVN, o cualquier canal, no depende de un programa en particular, depende todo un tren programático exitoso.

¿Pero sí estará pendiente de la sintonía que consiga?

Yo no he tenido otra experiencia profesional que no esté evaluada inmediatamente por el público. Mi primera teleserie la hice en Televisión Nacional de Chile, y también fue medida por el rating. Tengo conciencia de que en cada segundo que salgo al aire, ya sea en radio o televisión, estoy siendo evaluado. Entonces, esa tensión que da el rating, está incorporada en nuestro oficio. Ahora, si usted me pregunta si yo concibo que Rojo tenga otro camino que no sea el éxito, no, no lo concibo. Es inconcebible que Rojo conozca otra cosa que no sea el éxito.

Este es un regreso a TVN, pero es una vuelta a un canal que hoy está en una crisis de audiencia. ¿Cómo vive eso?

Creo que acá hay una necesidad de empezar a ver éxitos en pantalla. Eso, de todas maneras. Hay muchas ganas y necesidad de estar al servicio de un tren programático que le dé audiencia a TVN. La necesidad de la que hablo se respira y se expresa. Eso está muy ligado a la función que Rojo puede tener en esa dirección. Vamos a entregarle la sintonía al noticiero, y creo que en 26 años es primera vez que Televisión Nacional no tendrá teleseries a las ocho de la noche. Ahí está la gran diferencia entre el canal que yo conocí y este. Yo trabajé en ese mismo horario para teleseries y ahora estaré en un programa al cual quieren mucho y en el que están depositando mucha fe, mucha esperanza.

¿Le teme a las comparaciones que puedan surgir con Rafael Araneda?

Debería decir que sí, pero yo estoy confiando en el criterio del canal y en el de las personas que están haciendo este programa. Ellos tienen muy buenas razones y muy buenos fundamentos para tomar las decisiones que toman, y que tal vez yo no veo. Entonces, yo solo recibo del canal la confianza que se me asigna. Si me están diciendo que yo puedo hacerlo, confío en ellos.

Usted trabajó como actor durante un tiempo y es ese gremio el que hoy está en la palestra por denuncias de abuso y acoso sexual. ¿Sabía algo de esto?

No viví nada parecido. Era bastante más inocente todo y no soy un buen referente. En la década del noventa todo era mucho más inocente. Además, todas las directoras por sobre mí eran mujeres. A mí me tocó al revés, y de eso me estoy dando cuenta ahora que me lo preguntas. Mi directora fue la Quena Rencoret, y mi productora, la Vero Saquel. Eso puede explicar que las cosas hayan sido distintas, con otro tono, más inocente, más cariñoso.

¿Y qué opina de las denuncias que se han hecho públicas?

Me parece bien, me parece necesario, y así tiene que ser. Público ojalá sea sinónimo de denuncia. Cualquier persona que sea víctima, o se sienta víctima de un acoso o un abuso sexual o laboral, tiene que hacer la denuncia. Y creo que las compañeras y compañeros debemos ser sensibles y solidarios con eso. Yo creo que esto está recién empezando y Chile tiene que ponerse a la altura de otros países. Porque hay cosas que acá naturalizamos y son muy aberrantes.

¿Sabe del manual de comportamiento que hay en Rojo sobre este mismo tema?

Tenemos un protocolo, que consiste en cuidar el más mínimo detalle, y yo no había visto nada semejante en los años que llevo trabajando en televisión. Es estricto, muy estricto, pero no exagerado. Aunque nada en este tema es exageración y me causa una muy buena impresión. Hay una preocupación y una conciencia de autocuidado porque son otros tiempos. Es bueno que estemos a tono con estos tiempos.

¿Ha visto el regreso de Más vale tarde (Mega), que usted condujo?

No lo vi. Espero que le vaya bien a la Sole (Onetto). Yo quería harto ese programa.

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