En un país donde la mayoría le ha dado la espalda a la presidenta Dilma Rousseff, los pocos que la apoyan tienen sus esperanzas puestas en el efecto virtuoso de los Juegos Olímpicos de Rio. Pero ¿Serán una fiesta o un funeral?
Emilio Maldonado, desde Río de Janeiro
22 abr 2016 02:50 AM