Patricio Cueto Román, ex militante: “El PC no ha renunciado a la violencia, acomoda su discurso para no causar rechazo”

Patricio Cueto, autor de Memorias de un Militante. FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Durante la Unidad Popular tuvo la tarea de infiltrar las Fuerzas Armadas. Exiliado en la RDA, se opuso a la llamada rebelión popular en los 80 y acabó alejándose del partido. En sus memorias recrea su paso por el socialismo alemán y llama a Guillermo Teillier a asumir el error de abrazar la vía armada contra Pinochet. Y cree que ante el 50 aniversario del Golpe, la izquierda debe asumir sus errores.


La misión era extraña y la situación, surrealista. A poco de llegar a la ex RDA, Patricio Cueto Román fue enviado a “reeducación proletaria”, es decir, a trabajar a una fábrica como mano de obra no calificada. Eso no era lo extraño, la mayoría de los chilenos exiliados en ese país recibió un proceso de “proletarización” para superar sus “debilidades pequeñoburguesas”. Pero Cueto, entonces militante PC, recibió una tarea especial: debía desarticular la primera huelga que enfrentaba la RDA, protagonizada -nada menos- por miembros del PC chileno.

-Era absurdo: una huelga de obreros en la RDA, el paraíso socialista, donde la clase obrera estaba en el poder -recuerda.

Los trabajadores chilenos reclamaban por malas condiciones laborales, falta de medidas de seguridad en una industria química y por la desigualdad de trato: mientras dirigentes como Carlos Altamirano vivían en condiciones de privilegio, la mayoría cumplía tareas básicas, trabajaba turnos extenuantes y no podía salir del país.

Militante del PC desde los 13 años, Cueto cumplió una tarea delicada durante la UP: el partido le encargó infiltrar las Fuerzas Armadas. Una operación de inteligencia mal preparada que quedó interrumpida cuando fue descubierto. Vivió momentos de angustia tras el 11 de septiembre. El partido le ordenó refugiarse en la embajada de Honduras y allí se enteró que viajaría a la RDA.

-Es como si a un creyente le aseguraran que se va a ir al paraíso. O sea, me mandaban al socialismo real, a uno de los países más fuertes del área soviética, donde se había terminado la lucha de clases. Todos hablaban maravillas de la RDA. Pero todo se rompió rápido, muy rápido.

De este modo, fue descubriendo las grietas del sistema, la falta de libertades, la vida vigilada y el doble estándar de un régimen donde los líderes gozaban de privilegios a los que no tenía acceso la clase trabajadora.

-Cuando tú vas conociendo todo eso, te das cuenta de cuán grande era la mentira.

En la RDA, Patricio Cueto se opuso a la militarización del partido y, tras perder la fe en el comunismo, salió del país rumbo a España y luego a Chile. A inicios de los 90 trabajó por la campaña a diputada de la actriz María Maluenda. De todo ello habla en Memorias de un militante, su autobiografía publicada con Trayecto Editorial.

Patricio Cueto Román se exilió en la RDA.

Autor también de la crónica Atrapado en su red, sobre la estrategia política para derrotar a Pinochet, Cueto escribió estas memorias para su familia, a la que postergó durante años por la militancia. También para las nuevas generaciones, dice.

-Ojalá que los jóvenes de hoy no caigan en sueños utópicos.

“Estamos en deuda como generación. Nos hicieron a un lado y dejamos que lo hicieran”, escribe. “No nos dieron tribuna para contarles a nuestros compatriotas que no existía ningún paraíso en la tierra, que no había ninguna ideología ni idea religiosa que mereciera entregar la vida o tomar la vida de otra persona, y lo dejamos”.

Ahora, sentado ante un café, dice que encontró otra razón para escribir:

-El Partido Comunista no asumió la responsabilidad que tiene en lo que pasó en Chile. Se ha escudado en haber sido el partido más cercano al Presidente Allende, el partido que hizo los mejores planteamientos durante el gobierno de la UP. Y con eso piensa que es suficiente para expurgar las culpas que tiene de lo que pasó en Chile.

¿De lo que pasó tras el Golpe?

Yo entré a un Partido Comunista amplio, que hizo todo lo posible por atraer a los radicales y por entenderse con la Democracia Cristina. Pero después muta violentamente por la influencia de los soviéticos y de Fidel Castro a un partido que busca la violencia, que se arma para llenar eso que llamaron “el vacío histórico”, que era que nunca había tenido una política militar de verdad. Entonces se empiezan a tomar medidas, que las conozco, no me las contaron, las conozco y las viví, de mandar a los jóvenes a formarse como militares en Cuba, principalmente.

¿El futuro ejército revolucionario?

Sí, el partido los forma y los manda a combatir a Nicaragua, a El Salvador, a Colombia. Y los jóvenes disciplinadamente fueron y murieron en Nicaragua, El Salvador, Colombia. Entonces a mí me empezó a violentar que no se reconociera abiertamente el gran error que cometió el Partido Comunista de tratar de militarizar el enfrentamiento con la dictadura.

Usted tenía instrucción militar, ¿se opuso a la militarización desde un inicio?

Una cosa es preparar a algunas personas para proteger la actividad de los dirigentes. Y otra cosa es formar una organización militar para enfrentar al Ejército. Son dos cosas distintas. La organización tenía el derecho de lo primero, proteger a los dirigentes, cosa que, por lo demás, hicieron muy mal: tres direcciones completas del partido desaparecidas. Otra cosa es que yo conocía a las Fuerzas Armadas y sabía que no podíamos desarrollar una capacidad militar para enfrentar eso. Era un suicidio mandar a los jóvenes a la muerte, como sucedió. Además, al pueblo chileno no le gusta la violencia. Lo ha demostrado toda la historia y lo demostró el 4 de septiembre pasado.

16.12.1019 ENTREVISTA A GUILLERMO TEILLIER PRESIDENTE DEL PARTIDO COMUNISTA FOTO: JUAN FARIAS LA TERCERA

En esa época, cuando se discutió “la sublevación popular”, le dicen que ya había comenzado el derramamiento de sangre.

Eso fue un golpe muy fuerte para el grupo que formamos la disidencia. Confiábamos en Luis Corvalán, le mandamos decir que esto era una locura y su respuesta fue que ya se había derramado sangre. Y el responsable de llevar al partido a los fracasos de ese invento que fue el FPMR, los fracasos de Carrizal y el atentado a Pinochet, hoy es el presidente del Partido Comunista. Teillier es el responsable, y tuvo la suerte de no estar al lado de Fidel o del Che Guevara, porque lo habrían llevado al paredón. Hay muchas cosas que se han publicado, pero lamentablemente hay temor a hablar del Partido Comunista.

Teillier dijo que el atentado había sido un “acto de justicia”.

Un acto de justicia que llevó a la muerte a jóvenes del Frente y que en represalia le costó la vida a Pepe Carrasco, a Mao Rivera, a Gastón Vidaurrázaga y Abraham Muskatblit. Y lo que no dice él, lo dice Pedro, que era el encargado de logística del Frente, es que no entiende hasta el día de hoy por qué le cambiaron las armas del atentado, por qué en lugar de utilizar las armas soviéticas con las cuales se habían formado los fusileros, les pasan armas norteamericanas que no habían manejado. Los cohetes norteamericanos rebotaron porque se forman en el aire y necesitan cierta distancia. Los cohetes soviéticos salían armados.

Ahora, si hubiera funcionado, ¿a qué nos habría conducido?

A un desastre. Pero esas cosas no se han aclarado. Por qué Teillier se aparece en Carrizal Bajo un par de días antes de que se descubra el arsenal. Los mismos personajes que estaban ahí, Bunster, Buschman, dicen que podían haberlo matado. Si era el jefe militar del partido se suponía que lo podían estar siguiendo. ¿A qué fue?

¿Cómo entiende ese temor que dice de hablar del PC?

El Partido Comunista fue uno de los partidos más heridos después del Golpe. Entonces, sus muertos los salvan de tener que hacer un análisis más profundo de lo que fue su rol durante la dictadura.

¿Qué cree que llevó al PC a la vía violenta?

La influencia de Fidel y la presión de los soviéticos. Ellos decidieron que el año 86 era el año decisivo, porque se había ido acumulando la fuerza social. Construyeron una realidad y creyeron que se iban a tomar el poder, pero eso no tenía nada que ver con la realidad. Y el 2019, el 18 de octubre, volvieron a construir una realidad y creyeron que iban a asaltar el Palacio de Invierno. Ellos estaban convencidos de que iban a hacer caer a Piñera y se iban a tomar el Palacio.

¿Cómo vio a la dirigencia PC en ese momento?

Yo los vi embarcados desde el primer día en la consigna ‘fuera Piñera’, apoyando la violencia públicamente.

¿Usted cree que el PC no ha renunciado a la violencia como herramienta política?

Yo creo que se mantiene…

Hoy es gobierno.

Sí, pero sigue con un pie afuera. Llamaron a rodear la Convención y ahora llaman a potenciar las movilizaciones para lograr las transformaciones sociales. ¿Cómo se puede gobernar así?

En todo caso, con la conducción de Teillier el partido regresó a la institucionalidad: llegó al gobierno, volvió al Congreso.

El Partido Comunista, si no se metía al sistema, desaparecía. Todos los partidos comunistas serios, el italiano, el francés, el alemán, desaparecieron. Entonces, sí, Teillier logra con mucha habilidad y acomodo participar en los gobiernos. Pero ellos no han renunciado a la violencia. Ellos acomodan su discurso para no provocar rechazo. Pero a mí, ¿sabes lo que me preocupa? Esta exacerbación que se está haciendo con respecto al 50 aniversario. Yo creo que viene un tiempo malo.

¿Por qué?

Porque se va a tensionar al país en forma violenta. Todo ahora se está refiriendo al 50 aniversario. Todo lo que hace el gobierno tiene que ver con el 50 aniversario. Ahora todos son allendistas, cuando del 70 al 73 los únicos allendistas éramos los comunistas. Ahora los socialistas son todos allendistas, el Frente Amplio, y ¿qué tienen que ver con Salvador Allende?

¿El Frente Amplio no tiene nada que ver con Allende?

Nada, no son los herederos. Ellos y los socialistas están haciendo una utilización de la figura de Salvador Allende. Los socialistas están apostando a la mala memoria del pueblo chileno, a esa mala memoria que nos hace olvidar que los socialistas, junto con un sector del MAPU, fueron los responsables de que el gobierno de la Unidad Popular fracasara. Porque impidieron el diálogo con la Democracia Cristiana. Porque hicieron cosas que no estaban en el programa de la UP, porque se empezaron a tomar hasta los restaurantes en Viña… Y después dicen que son allendistas, cuando lo único que hicieron fue llevar a que el gobierno tuviera todas las dificultades que tuvo.

En todo caso, usted rescata a Allende.

Yo tengo profundo respeto por el Presidente Allende, sé que él se jugó lealmente por hacer un proceso de cambio en Chile, cambios paulatinos, respetando la democracia, y con una oposición que era durísima.

¿Los desbordes justifican el Golpe?

No lo justifican, pero pucha que ayudaron. Eso hizo que gran parte de las capas medias de la sociedad se distanciaran del proyecto de Salvador Allende por temor.

¿La conmemoración de los 50 años pasa por ver también los errores de la izquierda?

Para que sea un ejercicio verdadero. O sea, nosotros le estamos exigiendo a la derecha todo, ¿no? Que se desnude entera. ¿Y la izquierda qué? ¿No tiene nada que reconocer? Yo veo que se está tratando de forzar una especie de reconciliación, y eso no me parece sano, no se puede imponer por decreto. El 12 de septiembre Chile va a seguir en la misma, pero peor. Porque va a estar más confrontado. Si la votación en el Congreso (el rechazo a la reforma tributaria) no les demuestra algo, no sé qué más puede pasar para que se den cuenta de que ese no es el camino. El camino es el diálogo.

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