Bermúdez, el solitario, juega sus cartas ante la Corte Suprema: La última batalla del Contralor y Dorothy Pérez

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El análisis sobre la situación de Bermúdez está cruzado no sólo por alcances jurídicos. Fuentes cercanas al personero apuntan a su soledad política como uno de los factores que le juegan en contra y que podrían sellar su suerte. Esta tesis es ratificada por un relevante abogado de la plaza, que apunta a que hoy "nadie ha movido un dedo a favor del contralor".


Durante esta tarde, la presidenta del Consejo de Defensa del Estado, María Eugenia Manaud, en representación del contralor Jorge Bermúdez, presentará ante la Corte Suprema la apelación al fallo de primera instancia que estableció que la subcontralora Dorothy Pérez debía ser reintegrada a la institución luego de que en agosto pasado se negara a renunciar y Bermúdez declarara su cargo vacante, nominando como sucesora a María Soledad Frindt .

Según quienes han tenido acceso al texto legal, en él Manaud ratificará, entre otros argumentos, que la modificación legal que estableció un plazo de ocho años para el cargo de la máxima autoridad institucional, necesariamente repercute en la interpretación acerca de la inamovilidad de la subcontralora y que el Estatuto Administrativo avala la existencia de puestos de exclusiva confianza, ello pese a que la sentencia unánime de la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones, que se conoció la semana pasada, acogió la tesis de Pérez respecto de que no se le puede solicitar su dimisión.

En el círculo del Bermúdez el temor es que el máximo tribunal ratifique esta última visión y deje en jaque al contralor que podría incluso renunciar antes de finalizar su periodo si es obligado a reintegrar como segunda a bordo a alguien que ya no es de su confianza. De concretarse este escenario, es el Presidente Sebastián Piñera quien debe proponer un nombre que debe ser ratificado por el Senado con quórum calificado, algo que en la oposición ven con desconfianza.

Pero el análisis sobre la situación de Bermúdez está cruzado no sólo por alcances jurídicos. Fuentes cercanas al personero apuntan a su soledad política como uno de los factores que le juegan en contra y que podrían sellar su suerte. Esta tesis es ratificada por un relevante abogado de la plaza que apunta a que hoy "nadie ha movido un dedo a favor del contralor y, al revés, sí se ve interés en La Moneda en que triunfe la tesis de Dorothy".

En esta línea apunta a que Bermúdez se ha enfrentado a todos los poderes del Estado, incluyendo el judicial, cuando llevó al Tribunal Constitucional la disputa sobre el régimen previsional de los funcionarios de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) que a su juicio debían ser traspasados al sistema de AFPs. Allí confrontó al ministro Sergio Muñoz, quien preside la Tercera Sala de la Suprema que ahora debe zanjar la suerte del Contralor. También ha molestado al Ejecutivo en temas como el protocolo de la ley de aborto y la nominación del hermano del jefe de Estado, Pablo Piñera, como embajador. Y a la anterior administración, al clarificar que el rechaza la plan de descontaminación para Concón, Quintero y Puchuncaví de Bachelet se rechazó en su momento porque era ineficiente.

"Ha sido técnicamente muy bueno, pero también voluntarioso y ha cometido desinteligencias. No es táctico pelearse con todo el mundo", sentencia otro profesional que ha interactuado con él.

Pero ¿qué tan incómodo y solitario es Bermúdez?

Según William García, quien fue jefe de la División Jurídico Legislativa del gobierno de Michelle Bachelet, Bermúdez "ha transitado un camino propio, sin fidelidades hacia los partidos, muy distinto de Ramiro Mendoza que salió de la Contraloría al comando de Sebastián Piñera. Él está interesado en dar su cariz a la institución y eso le significa ser duro con quien está siendo controlado, en este caso el Ejecutivo". En esta línea apunta que, "la tarea de él es decir qué está mal y en eso él ha hecho un gran esfuerzo en acrecentar ese poder. Eso para los gobiernos es incómodo, porque todo gobierno quiere desplegar cuanto antes sus políticas y tener a la Contraloría poniendo límites es molesto".

Sobre la posibilidad de que frente a una derrota en la Suprema, Bermúdez dimita, asegura que eso "es una exageración brutal".

"Este caso es inédito porque nunca se había tenido que interpretar la norma, esencialmente porque nunca un subcontralor había resistido renunciar. Pero si el contralor pierde un juicio, uno, es una dramatización exagerada dar un paso al costado".

En tanto, Luis Cordero abogado experto en derecho administrativo y director del centro de estudios Espacio Público asegura que Bermúdez padece el aislamiento del puesto que desempeña pues "en general es un cargo que históricamente ha tenido soledad política y eso es un activo. Es el estándar con que los actores se han movido es de mantenerse equidistante de los partidos".

En cuanto al conflicto con Pérez apunta a que lamenta "que un conflicto de esta característica escalara a este nivel y termine afectando a una de las principales organizaciones de la República". Y sobre una eventual renuncia de Bermúdez de sufrir un revés, recalca que "no sería primera vez que existen estos desencuentros, pero la ley garantiza una función específica al subcontralor que son los juicios de cuenta, las otras atribuciones son derivadas por el Contralor. Salvo el incordio judicial, que expone innecesariamente a la Contraloría, las desavenencias personales podrían superarse en la convivencia institucional. Pero se ha dañado a la institución".

Cordera recalca que en cualquier caso se va abrir la discusión sobre una reforma a la ley orgánica de la Contraloría: "Ha estado pendiente desde que (Patricio) Aylwin envió un proyecto que no prosperó.Luego (Eduardo) Frei Ruiz-Tagle hizo una reforma al juicio de cuentas y posteriormente ha habido iniciativas. Ahora, con este enfrentamiento, se va a retomar a todo evento esa discusión".

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