Centro Pompidou de París realiza la mayor retrospectiva del documental chileno

El cineasta Ignacio Agüero y la maestra de cine Alicia Vega, director y protagonista respectivamente, del documental Cien Niños Esperando un Tren (1988), presente en la muestra

El principal recinto cultural de arte moderno de Francia ofrecerá desde el 11 de septiembre, 40 películas de no ficción nacionales realizadas entre 1958 y 2020.


Los lazos del Centro Pompidou con el cine están en sus cimientos y, si se estiran las alusiones, Chile también tiene algo que decir con esos inicios. O, al menos, Gordon Matta Clark, el hijo de un chileno. El artista, hijo del pintor Roberto Matta, realizó en 1975 la intervención urbana Conical intersect, que registraba cómo se barría con el vecindario donde se instaló dos años después el imponente centro cultural. En ese mismo 1977 de su inauguración, el cineasta Roberto Rossellini dedicó su último aliento vital antes de morir a su documental Beaubourg, que mostró justamente el primer día de actividades del Pompidou.

Más de cuatro décadas después, el recinto multicutural parisino luce como uno de los faros ineludibles de la actividad artística de ese país, un modelo imitado en muchas partes y también como un albergue de lo que se hace a 12 mil kilómetros de distancia. Es decir, de lo que se hace en un país como Chile. Específicamente de lo que se ha realizado entre 1958 y 2020 en el terreno del documental.

Los 62 años de no ficción nacional fueron recopilados en un gigantesco ciclo de 40 películas que parte este viernes 11 de septiembre y se extiende hasta el 18 de diciembre en dos salas de cine del Centro Pompidou pertenecientes a su Biblioteca Pública y a su Cinemateca Documental. La muestra, en realidad, es una actividad rezagada. Una más de las tantas que la pandemia corrió de fechas: iba a realizarse en abril, con presencia chilena incluida, pero finalmente todo se desplazó a septiembre. Es, después de todo, el mes chileno por excelencia.

La Batalla de Chile, de Patricio Guzmán, es el documental chileno más reconocido en el mundo y será parte de la muestra del Centro Pompidou.

El nombre del ciclo es Chili, Cinéma Obstiné (Chile, Cine Obstinado) y alude a uno de los documentales de Patricio Guzmán (La memoria obstinada, de 1997, presente en la muestra), pero también a la recurrente recuperación de la historia reciente en la no ficción nacional.

Paraderos, barrios y barricadas

La película que inaugura la muestra del Centro Pompidou el viernes 11 es El viaje espacial (2020), un estreno en manos del realizador Carlos Araya Díaz, quien realiza un retrato del Chile actual a través de los registros de transeúntes, vendedores, inmigrantes y turistas en los paraderos del transporte público. La cinta ganó el año pasado el Festival de Documentales de Santiago (Fidocs) y hay que consignar que su exhibición en Francia coincide con su estreno local: desde el 10 de septiembre se puede ver en la plataforma de Miradoc.cl

La película de Carlos Araya Díaz se dará precedida del cortometraje Algo está quemando, registro de Victoria Maréchal, Macarena Astete y Nicolás Tabilo sobre las experiencias de un niño durante los días del estallido social.

Los tres grandes focos del ciclo Chile, Cine Obstinado se centrarán en los documentalistas Patricio Guzmán, Ignacio Agüero y Carmen Castillo. De hecho, la muestra regresa rápidamente en la historia al día siguiente (12 de septiembre) con la exhibición de las tres partes de La batalla de Chile, cuatro horas y media de un referente en la historia del documental universal.

Los Niños, de la directora Maite Alberdi, estará presente en la selección.

Aunque la carga contingente de la no ficción chilena en el ciclo es parte de su sistema nervioso, también hay espacio para otro tipo de documentales: obras costumbristas, antropológicas o simplemente muy personales y fuera de toda taxonomía clasificatoria. Están los trabajos de Ignacio Agüero (desde Cien niños esperando un tren a Nunca subí el Provincia), Maite Alberdi (Los niños), Betina Perut e Iván Osnovikoff (Surire), José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola (Harley Queen) o Cristián Leighton (Ultraman, la historia solitaria de Erwin Valdebenito).

Tres meses en el Pompidou puede parecer demasiado, pero el propio curador de la muestra Harry Bos cree que el documental chileno está para esto y para mucho más. “No serán demasiado para tratar de comprender mejor la complejidad y la dimensión histórica y social de un país donde la persistencia de las luchas solo se corresponde con la tenacidad de cineastas que los filman. Con una ambición quizás quimérica: llevar un poco del espíritu de Santiago a los cines parisinos”, dice el programador de la Biblioteca Pública del Centro Pompidou.

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