China le declara la guerra a los rascacielos: limita la construcción de “proyectos de vanidad”

Un hombre trabaja en una plataforma elevada en el sitio de construcción de un edificio de gran altura en Beijing. Foto: Reuters

Los funcionarios que aprueben la edificación de este tipo de estructuras infringiendo la nueva norma "tendrán que rendir cuentas de por vida", según el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural de China.


China ya se aburrió de los rascacielos, o al menos eso indica la nueva política anunciada por Beijing, que, entre otras cosas, prohibirá los edificios de más de 250 metros en las ciudades con menos de tres millones de habitantes.

La medida forma parte de una ofensiva contra los “proyectos vanidosos”, y se suma a anteriores políticas urbanísticas como la prohibición de la arquitectura “fea” y “rara”. Una queja que el Presidente chino Xi Jinping ya venía indicando en 2014, y que a partir de mayo pasado se formalizó en una restricción oficial.

Gente caminando en el distrito financiero de Lujiazui, en Shanghai. Foto: Reuters

La nueva legislación parte separando entre ciudades de más de tres millones de habitantes, y el resto. En China, 38 áreas metropolitanas superan este número, y seis ciudades cuentan con más de 10 millones de habitantes: Shanghai, Beijing, Chongqing, Tianjin, Cantón y Shenzhen.

Para las ciudades con menos de tres millones de habitantes, la aprobación de proyectos de edificios que superen los 150 metros va a ser más limitada, mientras que los rascacielos de más de 250 metros van a estar del todo prohibidos. En tanto, para las ciudades con más de tres millones, se restringirán las aprobaciones de proyectos por sobre 250 metros. Esto se agrega a una regulación anterior que salió este año, y que de una vez por todas prohíbe la construcción de edificios de más de 500 metros.

La nueva regulación también introduce nuevas condiciones para la construcción de edificios de más de 100 metros, incluyendo acondicionamiento antisísmico y facilidades contra los incendios. En tanto, se ha dicho que aquellos funcionarios que aprueben la edificación de este tipo de estructuras infringiendo la nueva norma “tendrán que rendir cuentas de por vida”, según el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural de China.

Vista aérea de un recinto residencial en construcción en la provincia de Jiangsu. Foto: Reuters

En mayo de este año, China empezó estas limitaciones a los rascacielos, a través de su plan de desarrollo e integración urbano-rural, liderado por la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma. En esa ocasión, se prohibió la construcción de edificios “feos” o “raros”, sin especificar mucho al respecto. Sobre lo que sí se detalló fue en la prohibición estricta contra los edificios de más de 500 metros. El plan incentiva la implementación de una nueva era en edificios, privilegiando que sean “económicos, verdes y bellos”.

En años recientes, reguladores chinos ya habían criticado algunos de los diseños que venían haciéndose en el país, señalándolos como “proyectos de vanidad” que solo motivaban a una insana competencia entre ciudades. Según indicó el diario oficial Global Times, los reguladores concluyeron que los edificios grandes con estilos “extraños” eran un “gasto innecesario de recursos”.

Ahora, además de eso, las autoridades han notado una creciente dificultad a la hora de mantener estos rascacielos. A menudo en los medios estatales aparecen reportes de potenciales amenazas a la salud y seguridad en estos edificios. En marzo, por ejemplo, un incendio tuvo lugar en un edificio residencial de gran altura en Shijiazhuang, al norte de China, y en agosto otro incidente ocurrió en la ciudad de Dalian, en la provincia de Liaoning.

Un edificio de más de 300 metros al sur de Shenzen, en mayo de este año, comenzó a agitarse misteriosamente, obligando a una evacuación de todos sus ocupantes. Con el tiempo se descubrió que el pequeño temblor respondía a una combinación del viento, el metro bajo la tierra y los cambios de temperatura que azotaban al rascacielos.

Vista aérea de The Crystal, el "rascacielos horizontal", en la ciudad de Chongqing. Foto: AP

De los 11 rascacielos mayores a 500 metros en el mundo, seis están en China, incluyendo la Torre de Shanghai, que con sus 632 metros y 128 pisos es el segundo edificio más alto del planeta. En la actualidad, el único edificio más grande es el Burj Khalifa en Dubai, con 828 metros de altura.

El gigante asiático se ha destacado por la proliferación de megaestructuras en las últimas décadas, llegando a contar al día de hoy con 62 edificios que superan los 300 metros, la altura del Costanera Center en Chile. En la última década, se construyeron en China más de 100 rascacielos al año, contando en esta categoría los edificios mayores de 150 metros.

Por esto último, China se ha vuelto uno de los más grandes mercados para diseñadores y arquitectos, como el grupo londinense Arup. Además, debido al rápido desarrollo que ha vivido el país, ambiciosos arquitectos de distintas partes del mundo han experimentado con sus proyectos. Con todo, el sitio de arquitectura Archcy.com animó a los ciudadanos a detectar diseños curiosos en todo el país y votaron por un “salón de la vergüenza” con los 10 edificios “más feos” del gigante asiático.

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