Covid-19: La “receta” de Finlandia para tener la tasa de contagios más baja de Europa

Finlandeses utilizan mascarillas en un mercado en Helsinki.

Una cultura que cumple un distanciamiento social, altos niveles de digitalización y una clara estrategia del gobierno ante la pandemia fueron clave en que ahora el país sea uno de los menos afectados por la segunda ola. Una encuesta sostiene que el 73% de los finlandeses estuvo de acuerdo con el confinamiento.


Finlandia, de 5,5 millones de habitantes, logró algo que ninguno de sus vecinos europeos hasta ahora pudo en medio de la segunda ola del Covid-19: una incidencia acumulada de cerca de 50 nuevos contagios por cada 100 mil habitantes. Según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, se trata de la cifra más baja del continente. A la fecha, esta nación nórdica alcanza un total de 21.936 casos positivos y 384 fallecidos.

Los expertos intentan descifrar los ingredientes para la “receta” exitosa de Finlandia, que sería una mezcla entre un distanciamiento social cultural innato, una alta digitalización para el teletrabajo y una rápida respuesta consensuada del gobierno de Sanna Marin.

Un hombre con lentes ópticos empañados y una mascarilla en Helsinki.

A medida que Europa y Estados Unidos resienten el golpe de los rebrotes, los finlandeses han seguido al pie de la letra las restricciones impuestas para frenar la pandemia. Para entender la ruta sanitaria hay que retroceder a marzo, cuando la nación nórdica registraba tan solo dos casos confirmados y el Ejecutivo intentó calmar a la población asegurando que “no había mucho por hacer”.

Dos semanas después, superaron los 400 contagios y el 16 de marzo decretaron estado de emergencia, lo que incluyó una cuarentena de dos meses, el cierre de todos los establecimientos educacionales, estrictos controles fronterizos, cierre del comercio y prohibición de reuniones de más de 10 personas.

Desde ahí, la curva de contagios tuvo una gradual y sostenida caída. Un sondeo del Eurobarómetro reveló que un 73% de los finlandeses aseguró que estaban de acuerdo con las restricciones iniciales, que fueron descritas como “fáciles” o “bastante fáciles” de cumplir, y un 23% de los encuestados consideró que su vida “mejoró” con el confinamiento.

Según el diario La Vanguardia, esto se podría explicar porque la sociedad finlandesa no tiene dificultades en cumplir con las reglas impuestas por sus autoridades y aunque no todos son “introvertidos o antisociales”, comúnmente mantienen una distancia de un metro o más antes de sentirse incómodos y una gran parte de la población prefiere quedarse en casa por aspectos ambientales.

La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin con mascarilla ante una cumbre de la Unión Europea (UE).

La cultura finlandesa a diferencia, por ejemplo de la italiana, no incluye grandes y multitudinarias reuniones familiares o acercamientos sociales, sino que son reservados en cuanto al contacto físico.

Ante la orden de mantenerse en casa, los ciudadanos en su mayoría contaban con las condiciones para seguir con un teletrabajo o clases virtuales. La alta digitalización en el país sumado a la facilidad de realizar trámites de manera online generaron que la movilidad cayó a sus niveles más bajos.

Según el diario Helsinki Times, el 60% de los trabajadores estuvo con teletrabajo desde casa, lo que generó que muchos tuvieran tiempo para realizar otras actividades de esparcimiento.

Tras el fin de la cuarentena, el gobierno impulsó la aplicación Corona Flash, un sistema de trazabilidad que ha sido descargada por 2,5 millones de habitantes. Uno de los estrategas en el control de la pandemia y director del Departamento de Seguridad Sanitaria de Finlandia, Mika Salminen señaló que un punto principal para el control del virus fue instar a la población a no viajar al extranjero.

Según el diario The Wall Street Journal, los viajes aéreos disminuyeron en un 95% y más del 94% de los finlandeses vacacionaron dentro de su país de mayo a agosto, el resto viajó principalmente a Noruega.

Además, las medidas sanitarias desde marzo no han sufrido mayores cambios en el tiempo, lo que evitó la confusión en las restricciones como ocurrió en varios países europeos. En tanto, la portavoz del ministerio de Salud finlandés, Vivikka Richt sostuvo que el cumplimiento de las restricciones sanitarias supera el 80% en el país.

“Cuando el gobierno establece reglas para protegernos de una pandemia, no salimos a las calles a protestar contra ellos como lo hicieron en otros países”.

Vivikka Richt, portavoz del ministerio de Salud

La confianza en la dirección del gobierno de la primera ministra Marin ha sido otro de los puntos fuertes. El ministro de Salud, Bent Høie a inicios de la pandemia realizó una conferencia en cadena en el que hizo un llamado a los finlandeses a cumplir las medidas invocando la tradición nórdica dugnad, trabajo comunitario no remunerado que se realiza en solidaridad con los vecinos.

Ciudadanos finlandeses transitan por un mercado en Helsinki.

“Es muy importante que las personas confíen no solo en el gobierno, sino también entre sí: sabe que cuando siguen las reglas, su vecino hará lo mismo”.

Bent Høie, ministro de Salud finlandés.

A pesar de esto, el Ejecutivo finlandés no considera un triunfo la caída en los contagios. Por el contrario, en el último informe semanal, el Instituto Nacional de Salud alertó que había una tendencia al alza de casos que afecta principalmente al área capitalina de Helsinki, donde alcanzan 113 nuevos casos por 100 mil habitantes.

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