Denuncias de fraude de Milei levantan preocupación en la justicia argentina por la posibilidad de definición al estilo Bush-Al Gore

El candidato presidencial argentino Javier Milei durante el acto de cierre de su campaña electoral, en Córdoba Foto: Reuters

Una denuncia interpuesta por “El Jefe”, Karina Milei, la mano derecha del candidato libertario, clama la existencia de un supuesto “fraude colosal” que afectó a La Libertad Avanza en la primera vuelta. Ahora, las autoridades judiciales temen que Argentina viva lo ocurrido en el 2000, cuando la elección entre George W. Bush y Al Gore se debió resolver en la Corte Suprema.


Cuando quedaban solo tres días del balotaje en Argentina, que tendrá lugar este domingo, La Libertad Avanza (LLA), la coalición del disruptivo candidato libertario Javier Milei, lanzó una bomba que dejó aturdidos incluso a sus propios nuevos aliados del PRO, como la exaspirante Patricia Bullrich. Se trataba de una “presentación” interpuesta por la hermana y mano derecha del abanderado presidencial, Karina “El Jefe” Milei, por un supuesto fraude electoral que habría afectado al bloque político en la primera vuelta, en octubre pasado.

El documento aseguraba la existencia de un “fraude colosal” y acusaba a la Gendarmería Nacional de ser cómplices en la modificación y falsificación de actas, e incluso de intercambiar los votos de las urnas. De momento, la única prueba presentada son supuestos testimonios anónimos, pero la denuncia apunta a un organismo nunca antes cuestionado por su rol en las elecciones, marcando un precedente en la política del país vecino, detalló el medio La Política Online (LPO).

Ante la gravedad del asunto, Ramiro González, fiscal con competencia electoral, citó este viernes al mediodía a Karina Milei y Santiago Viola –el otro auspiciador de la movida judicial– a declarar, precisar y brindar documentación que avale su reclamo presentado ante la jueza federal María Romilda Servini. Sin embargo, la hermana del candidato no apareció y Viola bajó un cambio a la marcha, asegurando que no se trató de una denuncia, sino de una “presentación”. También señaló que nunca denunciaron fraude.

Javier Milei vota durante las primarias en Buenos Aires, en agosto de 2023. Foto: AP

“Fue únicamente a fines de que se extremen los cuidados el domingo para que tengamos la mejor elección, la mayor transparencia y legalidad de los resultados”, dijo, dando marcha atrás, ante la prensa local.

Por otro lado, la judicialización de la elección y lo reñido del recuento, según esperan ambos comandos y confirman numerosas encuestas, ha levantado el temor en el poder judicial de una situación similar a la vivida en Estados Unidos en el año 2000, cuando el republicano George W. Bush se impuso al demócrata Al Gore, donde la Corte Suprema debió definir al vencedor un mes después de la votación en medio de acusaciones de fraude sobre el resultado en Florida. Fueron 537 votos los que le dieron el poder a Bush.

Acusaciones y dudas instaladas

La jugada judicial no es nueva. Corría el año 2020, y Estados Unidos enfrentaba una elección muy reñida. Joe Biden se enfrentaba al entonces presidente, Donald Trump, y cuando el último veía disminuidas sus posibilidades de retener el poder, instaló la idea de que, si perdía, sería por un supuesto fraude electoral judicializado, pero descartado por la inexistencia de pruebas.

Partidarios de Donald Trump se reúnen en el Capitolio de Estados Unidos en Washington, el 6 de enero de 2021. Foto: AP

Luego llegó el fatídico 6 de enero de 2021, fecha en que el mundo vio con asombro a un grupo de partidarios radicales del expresidente estadounidense y actual candidato republicano a la Casa Blanca asaltando al Capitolio, en Washington.

Un aliado, Jair Bolsonaro, se encontraba en la misma posición en 2022. Debía retener el poder en la elección de ese año, y, al igual que Trump, instaló la posibilidad de fraude. Perdió, y sus seguidores copiaron de manera casi calcada el accionar de sus símiles norteamericanos. El 8 de enero de 2023, asaltaron las sedes del Congreso, de la Presidencia y del Tribunal Supremo en Brasilia, donde exigían una intervención militar para frenar al gobierno electo del petista Luiz Inácio Lula da Silva.

Manifestantes, partidarios del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, irrumpen en el edificio del Congreso en Brasilia, el 8 de enero de 2023. Foto: AP

En Argentina, al menos la primera parte de la ecuación se cumplió este jueves, con la denuncia interpuesta por “El Jefe”. Entre sus acusaciones, Karina Milei afirma que “si en la documentación auténtica y original se estableció ‘La Libertad Avanza, 40 votos’ y ‘Unión por la Patria, 10′, consignan falsamente ‘La Libertad Avanza, 10 votos’ y ‘Unión por la Patria, 40′. Es decir, modifican lo debidamente establecido en las actas que hasta ese momento no fueron transmitidas por carecer esas escuelas concretas con centros de transmisión”.

También plantea que “en algunos casos modifican los números asentados en las actas y en otros cambiarían directamente el acta en cuestión por otras con firmas imitadas de aquellas que estaban en el acta original, modificando el resultado de la elección”.

Pero luego, ataca a Gendarmería. “Y aquí aparece la Gendarmería Nacional Argentina. En ese momento durante un tiempo, el necesario, cambian el contenido de las urnas y la documentación por otras que modifican en favor del partido gobernante y de Sergio Massa, lo cual altera considerablemente el resultado electoral”, declaran en el documento judicial.

La inclusión de este órgano tomó por sorpresa a sus recientemente incorporados aliados del PRO, e incluso no cayó bien entre algunos. Según pudo recabar La Nación, ni el expresidente Mauricio Macri ni la excandidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, los dos primeros representantes de alto calibre en confirmar su apoyo al libertario tras la primera vuelta, estaban al tanto de lo que Karina Milei hizo el jueves.

El candidato presidencial argentino Javier Milei y la excandidata Patricia Bullrich durante el acto de cierre de su campaña electoral en Córdoba. Foto: Reuters

Bullrich y el candidato se reunieron en el hotel Libertador, lugar que se transformó en el búnker de campaña del economista. Fue allí donde la exministra de Seguridad de Macri le dio “información” de que Horacio Rodríguez Larreta habría orquestado una supuesta campaña sucia para atacarlo previo a las primarias, agregó el mismo medio. Sin embargo, Milei nunca le mencionó que el espacio buscaba plantear una denuncia por un “fraude colosal”. Pero, peor, atacaban a Gendarmería.

Según el documento presentado por LLA, reclaman para que se les dé mayor protagonismo en el transporte de los documentos eleccionarios a la Fuerza Aérea Argentina y a la Armada, descritas como “fuerzas honorables que deben controlar a los jefes regionales”.

Sin embargo, desde el PRO aseguran que “no tenemos ninguna información. Nunca vi semejante cosa”, consignó La Nación. “Son nuestros votantes. Es una locura”, dijo otro miembro de la cúpula del partido macrista en referencia a las acusaciones contra Gendarmería.

La propia Bullrich tomó distancia de la denuncia durante la mañana del viernes, en entrevista con radio Mitre. “La palabra fraude es que te roban una elección, que te cambian las urnas. Sí, creo que hay prácticas poco democráticas, como que te dejen sin boletas”, aseveró. Pero también pidió cuidado con las palabras utilizadas: “Hay que cuidar el uso de la palabra fraude, pero también las prácticas políticas antes de una elección”.

Temor judicial

En el poder judicial también existe el temor de que Javier Milei no reconozca una eventual derrota, detalló La Política Online. De ahí surge que fuentes en aquel poder del Estado recordaron la elección Bush-Al Gore, explicó el mismo medio.

Al límite de la veda electoral, que ya empezó a regir, y posterior a su cierre de campaña en Córdoba, el candidato libertario puso en duda el resultado de la elección durante una entrevista con radio Mitre.

“El oficialismo está dando muestras de desesperación muy groseras y son capaces de apelar a cualquier artilugio con tal de retener el poder”, lanzó. Ante la pregunta sobre si eso se traducía en la posibilidad de fraude, respondió: “Exactamente”.

El candidato presidencial argentino Javier Milei sostiene un cartel, simulando un billete de 100 dólares con su cara. Foto: Reuters

En su opinión, “hubo muchas irregularidades en las dos elecciones anteriores”, y por eso es que están trabajando “en tener los fiscales necesarios”. En ese apartado, el músculo macrista y del PRO juegan un rol clave, según han explicado numerosos medios a lo largo de la semana. El propio Milei agradeció el rol de Macri y Bullrich, a quienes calificó como “fundamentales para cuidar los votos”.

Con ese escenario de fondo, fuentes de la Corte afirmaron a LPO que una judicialización de la elección al estilo Bush-Al Gore sería problemática, porque generaría un conflicto político importante al interior del ente.

Esto se daría porque, especialmente entre los tribunales porteños y en la Corte Suprema, existe una especial animadversión al kirchnerismo luego de numerosos encontrones entre ambas fuerzas. Muchos guardan rencor al movimiento político por obligar a la Corte a desfilar por el Congreso, dijeron al mismo medio. Sin embargo, entre Massa y miembros del máximo órgano judicial hay buenas relaciones, detallaron.

De momento, al menos 13 encuestadoras siguen recolectando datos de cara al balotaje, informó Clarín. Y si bien dos tercios posicionan a Milei arriba, lo hacen por poco. En el caso contrario, las que dan a Massa como vencedor también lo hacen por una diferencia minúscula. La incertidumbre se toma la elección presidencial argentina.

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