Don Francisco habla de Piñera y de contingencia en su nuevo libro: “Chile se ha transformado en un país rabioso y enfrentado”

Desde hoy está disponible en librerías la autobiografía "Con ganas de vivir", donde revela una reunión con el Mandatario justo el día 18 de octubre de 2019 y su mirada en torno al estallido social.


Gran parte del país recuerda hasta hoy -y quizás recordará por décadas- cómo se enteró y cómo fue testigo de la jornada del 18 de octubre de 2019. En el caso de Don Francisco, no sólo observó como cualquiera los acontecimientos que hasta hoy resuenan en la sociedad chilena: ese día estuvo con el Presidente Sebastián Piñera en La Moneda cuando las manifestaciones en el Metro y en distintas partes de Santiago escalaban hasta puntos de máxima tensión.

“Mientras desayunaba, recibí un mensaje en mi WhatsApp de Magdalena Díaz, jefa de gabinete del Presidente Sebastián Piñera: ‘Don Mario, buenos días. Al Presidente le gustaría tomarse un café con usted. ¿Podría como a las diez y media de la mañana?”. Esa es una de las revelaciones que aparece en la autobiografía Mario Kreutzberger: con ganas de vivir, aparecida hoy en tiendas y donde el conductor repasa sus dos últimas décadas de vida, ya con 80 años recién cumplidos en diciembre.

Don Francisco le respondió a la asesora presidencial si era posible cambiar la reunión para las 14.30 horas, ya que tenía agendada una hora médica con mucha anterioridad, a lo que accedieron sin problemas desde La Moneda. “Lo primero que pensé es: ‘¿Qué será lo que quiere el Presidente con tanta urgencia? ¿Quizás no le gustó algo que dijimos en las últimas semanas?”, rememora una y otra vez la figura de Canal 13 en el texto, como natural cuestionamiento a un llamado de última hora de la autoridad máxima del país.

Y no en cualquier contexto. Kreutzberger relata que, tras su visita al doctor, se trasladó hasta el Teatro Teletón para quedar más cerca de La Moneda, pero que ya existía cierta agitación en el ambiente, con mayores nudos de tráfico, más vigilancia policial -las protestas en el Metro acumulaban varios días- y un GPS que le indicaba que no sería tan fácil moverse entre dos puntos separados por apenas cuatro kilómetros.

También él vivía su propio nerviosismo interno: “(...) Preferí dedicar esas dos horas que me quedaban para preparar lo mejor posible la reunión con el Presidente Piñera. He aprendido que cuando él enfrenta un tema, lo hace con pleno conocimiento, y es necesario estar muy claro para responder cada una de sus preguntas con certeza y sin titubear”, reflexiona.

Uno de los asuntos que más le preocupaban era el proyecto de construir un nuevo Teatro Teletón, más grande y moderno, que había presentado durante el primer gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010), quien le entregó los primeros recursos para la iniciativa y se comprometió con futuros aportes. Pero el terremoto de 2010 lo cambió todo. Un año después, ya con Piñera como Mandatario, los dineros se congelaron y, con ellos, las obras del futuro recinto. Los montos que se habían alcanzado a recibir fueron ocupados en remodelar algunos puntos del teatro actual.

Cuando Don Francisco llegó a La Moneda a la hora estipulada -”al entrar vi que había una numerosa delegación de China haciendo un tour por la Casa de Gobierno”-, entró a la oficina de Piñera y partieron precisamente hablando del teatro, cuya construcción había quedado inconclusa.

“Aproveché de entrar de inmediato en los temas concretos: ‘También le traigo el comprobante del pago con los depósitos de las cuotas recibidas del Estado de Chile para la construcción del nuevo teatro y el centro de eventos’. Tomó el papel y me dijo: ‘Aquí hay algo que no me cuadra. El depósito es por 20 mil millones de pesos y el Estado ha entregado 24.500 millones’. La respuesta me desarmó...”.

Kreutzberger también añade que el Mandatario le comentó que nunca estuvo de acuerdo con la edificación del nuevo Teatro Teletón, a lo que él respondió que tenía razón, “las cosas que parecían importantes hace 10 años hoy no lo son”. Eso sí, Piñera le entrega una noticia alentadora: el aporte de Fonasa a la Teletón aumentaría de siete mil millones de pesos al año a 11 mil millones. “Por dentro yo estaba feliz como un niño”, acota el animador.

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Pero la alegría, según se desprende del libro, fue fugaz. En horas se desencadenaron los hechos que terminaron en toque de queda, estado de emergencia, saqueos y en la quema de un tramo importante de la red del Metro de Santiago, lo que al retroceder a ese fin de semana, Don Francisco califica como “dos de los días más tristes de mi vida”.

Pero también se aventura en un diagnóstico del estallido: “(...) En Chile existe una profunda inequidad y por esta razón los sectores más vulnerables de la sociedad tienen muy poca esperanza de salir del círculo del que nacen (...). En resumen, la gran brecha social de los chilenos y las promesas incumplidas hicieron sonar con fuerza en todos los sectores del país las cacerolas de la disconformidad”.

Más adelante en el libro, en otro capítulo titulado La llegada a los 80, el rostro de Sábado Gigante teoriza en torno al plebiscito del 25 de octubre, donde ganó la opción Apruebo y se dio inicio al proceso de una nueva Constitución. “Fue una fiesta democrática y ejemplar”, califica en torno a los sufragios -el texto se escribió antes de los resultados del 15 y 16 de mayo-, aunque luego se pregunta si los nuevos rumbos del país, incluyendo la Asamblea Constituyente, podrán satisfacer todas las demandas y necesidades de los sectores más diversos.

Después, remata: “Hay que agregar a lo anterior que Chile se ha transformado en un país rabioso y enfrentado, donde todo intento de diálogo se convierte en una batalla verbal llena de intolerancia, acusaciones y descalificaciones. Las razones deben ser muchas y las explicaciones también, pero en este ambiente enrarecido y tóxico es difícil avanzar, porque todo se mira a través del cerrado prisma político individual”.

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De algún modo, todo el escenario social y político precipitado desde 2019 le sirve para vincularlo con su obra mayor como figura pública: la Teletón, afectada y golpeada como todas las instituciones por los acontecimientos del último tiempo.

Cuando sucede el estallido social, apenas faltaba poco más de un mes para la cruzada solidaria de 2019. El libro se sumerge en un frenético relato por las tormentosas horas en que debieron definir qué hacer con el evento televisivo, el que finalmente fue postergado para abril del año siguiente.

Una de las escenas más singulares sitúa a Kreutzberger en una reunión en su casa con Karla Rubilar, en ese entonces ministra secretaria general de Gobierno de Chile. Ahí el rostro televisivo le plantea que, debido a las turbulencias sociales, no están dadas las condiciones para levantar una Teletón en esa temporada. Rubilar le dice que, en efecto, sería imposible disponer de una debida cantidad de carabineros para la protección del espectáculo.

Kreutzberger cree que Carabineros sufre de algo que califica como “el síndrome de Augusto”: lo acontecido durante la dictadura militar, según cuenta, sigue condicionando la imagen de la institución en el presente. Eso sí, en el libro el conductor de inmediato equilibra y asegura que “el péndulo se fue para el lado opuesto”, y que los uniformados se enfrentan en las calles a “violentistas, encapuchados y anarquistas”, quienes “en ocasiones se escudan mañosamente en los derechos humanos”.

Los cambios que sufrió aquella Teletón, incluyendo dos estudios que decían que para una parte mayoritaria de los consultados lo mejor era no llevarla a cabo, son descritos por su protagonista como un golpe abrumador y gigantesco. Eso sí, el alivio lo recuperó cuando la emisión benéfica de abril de 2020 finalmente terminó siendo un éxito absoluto y superó la meta establecida.

“No pude detener mis lágrimas”, cuenta, aunque luego matiza: “El éxito de la Teletón fue impactante y, por lo mismo, debió dejarme tranquilo y bajar mis intensidades, pero no fue lo que ocurrió”.

Quizás esa frase resume buena parte de Con ganas de vivir, donde el animador también alude a temas tan diversos como su sobrepeso, la demanda de paternidad de 2011 y su encuentro con mandatarios de EE.UU. Es el retrato de un hombre que una y otra vez se niega al retiro, y al final, pese a que todos le sugieren que ya ha sido suficiente. Pero, para él y pese a todo, la carrera aún no termina.

El libro está editado por el sello Aguilar. Tiene 400 páginas y un precio de $16.000. Se puede encontrar en tiendas y ebook.

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