Entran Silber & Quintana, ¿Buenas o malas noticias para el gobierno?

Gabriel Silber (DC) y Jaime Quintana (PPD)

De buenas a primeras, que las testeras del Senado y la Cámara dejen de estar en manos del PS suena bien a los oídos de Palacio. Pero aunque los nuevos presidentes, un diputado DC y un senador PPD, sean vistos como dialogantes y se cifren esperanzas en el "aura republicana" que -se asume- viene con el cargo, la sensación es un "está por verse". En el bloque gobernante saben que la oposición, al fin y al cabo, se juega la vida este año.


"No llegaron con los colores de pintura de guerra tan vivos como esperábamos", es uno de los comentarios que transmiten desde La Moneda ante el ánimo de la oposición en el arranque de este año político 2019, donde ambos bandos se juegan buena parte de su destino. La próxima semana comienzan los cambios de mando en el Congreso y -salvo tropiezos de última hora- ambas cámaras seguirán en manos opositoras. Los estilos y perfiles del diputado DC Gabriel Silber Romo, y del senador PPD Jaime Quintana Leal, ya tienen al gobierno y sus legisladores sacando cuentas y trazando líneas para lo que se viene. O puede venir.

De partida, y eso lo repiten en la Segpres, en las bancadas y en los partidos del bloque, les alivia que las dos corporaciones dejen de estar en manos socialistas, partido que el gobierno sindicó el año pasado como uno de los núcleos de la oposoción. La salida de la diputada Maya Fernández -aunque algunos parlamentarios gobiernistas rescatan que se dialoga con ella- y del senador Carlos Montes, al menos en el papel dicen, debería quitarle presión a la ya ambiciosa lista de objetivos de Palacio.

Esperanzas de paz en Silber, pero...

Siempre y cuando el denominado "acuerdo administrativo" con el Frente Amplio no se queme en la puerta del horno, Silber asumirá en dos martes más, el 19 de marzo. Llegará a un territorio que puede o no ser ingobernable para la oposición -por lo balcanizado del cuadro, partiendo por las fricciones frenteamplistas-, así que el desenlace y los términos del pacto que le permita ocupar la testera definirá en parte las expectativas unitarias del sector (pero también puede condicionar las relaciones si más tarde le cobran el apoyo).

El diputado así lo tiene claro y se ha empeñado en una suerte de "curso intensivo", reuniéndose con partidos como el Humanista y Comunes. Por lo mismo, una de sus metas es instaurar todos los lunes un "comité de coordinación legislativa" con toda la oposición.

Silber no es visto como un rostro belicoso para el gobierno, y en la mesa DC (que ha mantiene un particular canal abierto con Palacio) subrayan que está en la misma línea que el presidente Fuad Chahín. A eso, en el oficialismo le suman un factor tal vez intagible pero cierto: presidir cualquiera de las cámaras templa los estilos, una suerte de "aura republicana". Pero hay otros considerandos.

En paralelo, los diputados DC dejarán de ser liderados por Matías Walker, que cederá paso a Gabriel Ascencio (el único sobreviviente de los que quisieron acusar constitucionalmente a Augusto Pinochet en 1998). Sus pares del Senado serán conducidos por Yasna Provoste, que ni en una ucronía podría ser considerada cercana a La Moneda. Así que una de los aspectos que sí preocupan en el gobierno es que la presencia decé pueda o no ser más áspera con ellos.

En resumen, el diagnóstico arroja que hay condiciones como para esperar un poco de paz, pero en Palacio saben que llegados al área chica, cuando haya que entrar a discutir sus reformas esenciales (pensiones, tributaria, laboral y para qué decir isapres... que aún no ingresa), la oposición tendrá que ser oposición. Una cosa, dicen, es lograr aprobar ideas de legislar; otra, entrar a los articulados.

"Va a depender. La oposición tiene que tomar una decisión, y la DC tiene un rol que jugar: si se suma al coro de una oposición que tiene poco de articulación política y solo se opone por oponerse, será una pérdida para la DC. Si es así, con una oposición más dura, será más difícil la pega legislativa, y el gobierno -en minoría- tendrá que convencer al país de que las reformas son buenas", observa el líder de los diputados UDI, Javier Macaya.

El también ex jefe gremialista sostiene que "con Maya Fernández pudimos conversar temas importantes. En un país donde las urgencias las pone el Ejecutivo, y en el Parlamento se puede conversar, no creo que Gabriel Silber llegue a hacer las cosas más difíciles al gobierno. Espero que no sea así".

Su par RN, Alejandro Santana, ve a Silber "como un diputado opositor, pero que entiende que hay un bien superior y que no se quedará pegado con los fanáticos ideologizados del Congreso. Hay un grupo de fanáticos ideologizados que están en varias bancadas, especialmente en el Frente Amplio". No desconoce que "la oposición está obligada a votar según sus matices y convicciones. Pero otra cosa es negarse, como se ha amenazado, a legislar proyectos relevantes. Lo primero es aprobar la idea de legislar en cada caso, y creo que Silber da esas garantías".

Más esperanzado suena el Evópoli Luciano Cruz-Coke: "La Presidencia de la Cámara implica una labor de carácter corporativo que debe ofrecer garantías a todos los sectores políticos y creo que la llegada de Gabriel Silber se sujetará a ese parámetro histórico y tradicional. Tiene tareas relevantes como persistir en la mejora en asuntos de transparencia y de percepción ciudadana en las qué hay déficits de largo tiempo qué hay que abordar con decisión".

Quintana: ¿Queda muy poco de la retro?

Jaime Quintana, el  padre de la recordada retroexcavadora con que el 2014 amenazó con derribar los cimientos de la primera administración piñerista, llegará su cargo el martes 12. Y esa será la primera duda a despejar: si queda todavía algo de ese estilo o no. Hace mucho que dejó de usar la frase "Arriba de la retro" en su estado de WhatsApp y tal parece que no llegará con ese sello al cargo; en el gobierno subrayan que su perfil es más dialogante.

"Fue una mala frase que dijo entonces y que estaba en toda la Nueva Mayoría. Pero mi experiencia personal es que se puede conversar con él, y espero que se mantenga", dice la senadora UDI Jacqueline van Rysselberghe.

Y el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, ya ha acordado rondas de reuniones periódicas con él. Y se vienen encontrando desde el año pasado.

Blumel, comentan en La Moneda, también tiene -o espera tener- sus fichas puestas en el senador PS Alfonso de Urresti, que acompañará a Quintana en la testera. Se conocen desde que el ministro trabajaba en la municipalidad de Futrono (Región de Los Ríos) cuando el socialista era juez de policía local, antes de su vida parlamentaria.

Pero la gran esperanza, dicen en el Ejecutivo y su sector, es la comparación con el saliente Montes, a quien ven como una figura directa, pero menos dúctil y flexible. Creen que con Quintana será más fácil dialogar y así lo creen incluso algunos senadores. Tal vez por eso lo que señalan delante de la grabadora suena más auspicioso.

"En lo personal tengo una muy buena relación con Quintana; me ha tocado trabajar algunas cosas. Es diferente a la imagen hacia afuera, es una persona con quien uno puede conversar. Y espero que eso mantenga en su rol, porque él representa al Senado completo, no solo a su partido", agrega la jefa UDI, aunque advierte que "espero que haga lo que tiene que hacer: no manipular la mesa. Eso es posible que suceda. Y que sea absolutamente institucional: que cumpla el reglamento, y no que lo adapta a las necesidades de un sector".

Quien también se lleva bien con Quintana es el RN Andrés Allamand. "El tiempo lo dirá. Es un rol fundamental del presidente del Senado y de las mesas del Senado generar instancias de interlocución con el gobierno y con las fuerzas que los respaldan", dice, y apunta que "Jaime Quintana y Alfonso de Urresti, más allá de las posiciones que han tenido antes, debieran tener la mejor disposición a efectuar esa articulación para sacar proyectos importantes para el país".

Pero, pero, el ex ministro advierte que "a partir de la presidencia de Carlos Montes se estableció un doble rol de quienes ejercen ese cargo. El institucional y uno de articulación política de la oposición; habrá que ver si Quintana insiste en ese doble rol, o si se mantiene en el desempeño institucional de su cargo".

Uno de los que ve la mitad súper llena del vaso, y que se declara optimista, es el senador Evópoli Felipe Kast: "Veo en Jaime Quintana una evolución positiva en el último tiempo, hace rato que no lo veo hablando de retroexcavadoras".

Pero al margen del paralelo con Montes y  la lejanía de la retroexcavadora, a Quintana también le urge bregar por la unidad del sector. Para su asunción -en su discurso incluiría anuncios sobre transparencia interna, ítem que dejó heridos tras la gestión del senador PS- le ha reservado sitio especial al jefe PS, Álvaro Elizalde, y al del PPD, Heraldo Muñoz. En el gobierno, aunque en el papel les parezca cierto alivio el recambio, tampoco desconocen que eso traerá tensiones.

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