Irene Montero, ministra de Igualdad de España: “La ciudadanía pide que defendamos las propuestas propias”

Irene Montero junto a Izkia Siches.

En Chile para asistir a la toma de poder de Gabriel Boric, la también ex parlamentaria de Podemos conversó en el podcast “El Café Diario”, de Spotify y La Tercera, sobre el vínculo de su partido con el Frente Amplio chileno y los desafíos de integrar un gobierno con sectores más tradicionales de la izquierda.


“Aprendí sobre militancia política y fui muy feliz”, recuerda Irene Montero (34), ministra de Igualdad del gobierno español, sobre sus estadías en Chile los años 2009 y 2011. “Ha sido una de las experiencias más importantes de mi vida”, recuerda hoy. Fue una beca mientras estudiaba psicología en Madrid lo que le permitió a Montero instalarse en el campus Juan Gómez Millas, de la Universidad de Chile, en momentos en que las movilizaciones estudiantiles cobraban fuerza.

Montero volvió el jueves a Santiago para asistir a la toma de posesión del gobierno de uno de los líderes estudiantiles de esa época, Gabriel Boric (a quien sólo conocería personalmente unos años más tarde, en Barcelona). Antes de abordar el vuelo a través del Atlántico, conversó con “El Café Diario”, el podcast de La Tercera y Spotify que de lunes a viernes aborda temas de actualidad.

En esa entrevista, abordó las afinidades entre los partidos y líderes que acaban de asumir el gobierno chileno y su partido, Podemos, colectividad nacida en 2014 como respuesta al movimiento de los “indignados” en España. “La sintonía es total”, afirmó Montero. “Estoy muy esperanzada con este ciclo y creo que vamos a ser capaces de construir alianzas fuertes porque el sistema económico y la organización de nuestras sociedades tienen una dimensión global muy importante”.

-Podemos irrumpió en la política española y ocupó espacios de poder en poco tiempo. También se les criticó la falta de experiencia e incluso arrogancia en su discurso. Algo que se ha repetido en Chile. ¿Qué lecciones compartiría ahora, en retrospectiva, con sus pares chilenos?

-Lo he podido conversar con compañeros y compañeras chilenas desde hace años. Es muy interesante que frente a la irrupción de proyectos que plantean que es posible hacer lo que desde las instituciones se decía que era imposible. En España, por ejemplo, proponíamos una subida del salario mínimo interprofesional y muchos economistas decían “bueno, cómo puede hablar esta generación que no tiene ni idea de política institucional, de la subida del salario mínimo; esto va a destruir la economía, habrá despidos masivos, se hundirá la economía”. Y el proceso que hemos vivido en España, y que seguramente ahora lo vivirán ustedes, es precisamente demostrar que nuestra acción política, aunque no tengamos tantos años de experiencia institucional, sirve para convertir en posible lo que hasta ahora nos habían dicho que era imposible. En España hemos subido el salario mínimo interprofesional en los últimos años, hasta los mil euros en este momento. Y no solamente no se ha hundido la economía, sino que la economía es mejor, sobre todo la economía de las familias.

-¿Reconoce errores? Porque de los errores también se aprende…

-Por supuesto que hemos cometido enormes errores. El principal de todos ellos las divisiones internas, que ha sido lo que la ciudadanía nos ha dicho con más rigor que la ciudadanía penaliza, que no quiere eso, quiere vernos trabajar desde nuestra diversidad y diferencia, pero unidas en objetivos comunes, que son estos, la garantía de derechos para todos puedan ser felices y desarrollar sus proyectos de vida.

Gobernar con los socialistas

Montero fue convocada en 2020 a integrar el gabinete del socialista Pedro Sánchez, después de que el PSOE alcanzara un acuerdo con la coalición Unidas Podemos -que integra su partido- para formar gobierno. Antes, en 2015, había sido electa diputada.

La inclusión de Unidas Podemos -la coalición que incluye a Podemos y otras fuerzas de izquierda, incluido el Partido Comunista Español- en el gobierno se materializó con una vicepresidencia y algunos puestos en el gabinete. Pablo Iglesias, uno de los fundadores de Podemos y quien fuera su líder más prominente, entró como vicepresidente segundo, pero renunció un año más tarde para postular a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Luego fracasó en esa elección.

La ministra Irene Montero -quien además es pareja madre de los hijos de Iglesias- ha estado en la primera línea de la cohabitación en el gobierno con la izquierda tradicional representada por el PSOE, tradicional blanco de las críticas de partidos como Podemos. Aunque la figura en Chile es a la inversa -es Apruebo Dignidad, la coalición que llevó al poder a Boric, la que ha invitado al gobierno al Partido Socialista-, Montero comparte reflexiones sobre lo que implica gobernar conviviendo con la diferencia entre las diferentes izquierdas.

“Estamos aprendiendo a construir una cultura de la coalición, donde por una parte mantenemos la absoluta lealtad entre los socios”, comentó Montero en su entrevista con El Café Diario. “La ciudadanía desde hace muchos años nos está pidiendo que construyamos entre diferentes, y que seamos capaces, por supuesto, de defender las propuestas propias y también llegar a acuerdos con otros. Por tanto estamos en un proceso de aprendizaje constante. A veces no es sencillo, pero creo que el objetivo común merece la pena”, agregó. “Creo que estamos demostrando que somos un gobierno que puede tener diferencias pero que trabaja por objetivos comunes que están siendo capaces de transformar nuestra sociedad en un sentido más democrático y que garantice derechos”.

Para aludir a las críticas desde los sectores más extremos de su propio conglomerado, Montero citó una frase recurrente de Iglesias: “Hacer política es cabalgar contradicciones”, dijo, “y ser capaz de expresar la posición propia y también siempre de escuchar a otras personas que tienen posiciones diferentes y por tanto construir juntas desde la diferencia y la diversidad. No soy ingenua, no siempre es fácil; exige diálogo y a veces exige asumir que hay disensos que son difíciles de resolver en una posición común. Pero creo que el momento que viven nuestras sociedades, al menos el momento que vivimos en España, es crucial. Nuestra sociedad no nos está pidiendo parches, nuestra sociedad es muy consciente de que hay problemas estructurales en nuestra economía, en nuestra forma de organización de la sociedad, en nuestra forma de organización, al final, de la vida, que requieren soluciones estructurales”.

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