Josefina Araos: “Sea cual sea el resultado, el gobierno tendrá una situación muy difícil”

14/12/2023 FOTOGRAFIAS A JOSEFINA ARAOS, INVESTIGADORA IES FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

La historiadora e investigadora del IES cree que el mejor escenario para Gabriel Boric es que gane el "A favor", porque podrá inaugurar una nueva etapa en las relaciones con la derecha y así avanzar en sus reformas. Lea usted por qué.


Para buena parte de la élite chilena, el día después del plebiscito será el momento más determinante. Sea cual sea el resultado, el Presidente Gabriel Boric tendrá que mover el barco en aguas turbulentas.

Josefina Araos, historiadora e investigadora del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), es parte de la nueva camada de intelectuales de derecha que ha venido observando los movimientos de la sociedad chilena en los últimos años. Su libro El pueblo olvidado es parte de ese trabajo investigativo.

Con el foco puesto en el oficialismo, Araos considera que el “A favor” es un mejor escenario para Boric y su gobierno, porque obligará a todos los actores políticos a dialogar y sellar acuerdos.

El plebiscito va a generar un nuevo escenario para el gobierno. ¿Qué caminos se abren y cuáles se cierran?

Sea cual sea el resultado, el gobierno tendrá una situación muy difícil. Ya ha sido bastante complejo gobernar, y aunque eso también les pasó a Sebastián Piñera y a Michelle Bachelet, a este gobierno le ha costado mucho más de lo que creyó.

¿Pensaron que sería más fácil?

Creo que sí. Descansaban en la esperanza de que el simple recambio iba a matizar las dificultades. Pero también que iban a tener más adhesión ciudadana. Recordemos que había una cierta fascinación cuando asumieron; se hablaba de la “boricmanía”. Probablemente, el Presidente creyó que eso iba a durar más. No fue así.

¿Qué tipo de liderazgo debiera ejercer después del plebiscito?

Es que pase lo que pase, el Presidente tiene el difícil desafío de asumir un liderazgo que asegure gobernabilidad. Eso significa cuidar las instituciones, administrar el Estado con eficacia y hacerse cargo de las cuestiones más cotidianas y elementales, en las que también han tenido severas dificultades. Mi impresión es que si gana el “A favor” puede haber circunstancias más favorables para configurar ese liderazgo.

JOSEFINA ARAOS, INVESTIGADORA IES FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

¿Por qué?

Tiendo a pensar que si gana el “A favor” la relación entre gobierno y oposición queda en un mejor pie. Una centroderecha derrotada, que siente que la izquierda decidió presentarlos como radicales, no ayudará a los acuerdos. Por lo tanto, aunque es evidente que en ningún caso el escenario es bueno para el oficialismo, mejora un poco si gana el “A favor”. Finalmente, obliga a todo el sistema político a emprender un proceso habilitador para implementar la nueva Constitución. Es decir, los obliga a sentarse a conversar.

Esa conversación se dará en Congreso. ¿Qué rol puede jugar ahí el Presidente? Podría quedar tironeado de lado y lado…

Ese es otro punto. ¿Qué pasa con la izquierda si ganara el “A favor”? ¿Cuánto va a tensionar la izquierda más ultra al Presidente? Porque si el desafío es dar gobernabilidad, superar las dificultades que han tenido para gobernar, van a tener que tragarse varios sapos y culebras para colaborar de alguna manera… O sea, el “A favor” puede permitir que esos grupos que tironean al Presidente tengan que colaborar.

¿O descolgarse?

Claro, también podría gatillar una ruptura que está contenida en sus dos coaliciones.

¿Boric no ha sido capaz de fortalecer la alianza con la centroizquierda?

Todas las coaliciones son difíciles. Pero no creo que el tema sean sólo las dos almas del gobierno. También tiene que ver con que el Presidente ha optado por mantener asegurado su tercio y no ampliar su base social. Tampoco generar alianzas políticas que le permitan asegurar gobernabilidad en el mediano plazo. Ese tercio sirve para ganar elecciones, pero no para gobernar.

¿Ese escenario podría profundizarse?

Es el riesgo. Puede significar una fractura muy fuerte en sus coaliciones. La pregunta es hasta qué punto el Socialismo Democrático está dispuesto a sacrificarse por este gobierno. ¿Cuál es su límite? Boric tendrá que tomar decisiones para ver si en estos dos años que le quedan de gobierno navega y sobrevive, o solamente flota.

¿Tomar el timón más fuerte?

Claro, y para eso el Presidente queda en un mejor escenario si gana el “A favor”. Porque si gana el “En contra” se van a profundizar las dificultades con su mundo y la oposición. En cualquier caso, lo que venga ahora exige que el Presidente quiebre con ciertas dinámicas instaladas.

¿Por ejemplo?

Necesitamos un Presidente que deje de estar tan presente en redes sociales. A él se lo va a evaluar por el resultado de sus acciones. Tiene que mostrar que está trabajando muy en serio y asegurar condiciones para avanzar en reformas importantes. Eso requiere una disposición que, hasta el minuto, no tengo claro que exista en el Presidente.

¿Esa disposición no dependerá también de quién sea el liderazgo que tenga al frente? Por ejemplo, José Antonio Kast.

Si gana el “A favor” y José Antonio Kast quiere ser Presidente, debiera estar obligado a mostrar disposición a los acuerdos para avanzar en reformas importantes para la ciudadanía.

También hay voces que dicen que si gana el “A favor”, la derecha de republicanos no tendrá incentivos para allanarse a los acuerdos…

La pregunta es qué republicanos. Porque de lo que nadie se hace cargo es que el Partido Republicano también ha vivido su propio proceso de enfrentamiento interno. Eso no se ve del otro lado. Hay bases enojadas porque consideran que republicanos cedió demasiado. Entonces, ¿qué republicanos ganan con el “A favor”? ¿El que se moderó o los más radicalizados que se descolgaron? Eso exige una caridad interpretativa a la que parece que no está dispuesta la izquierda.

JOSEFINA ARAOS, INVESTIGADORA IES FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

¿Reformas?

Si gana el “A favor”, ¿el gobierno tendrá que dar por enterradas sus reformas?

Es bastante difícil que avancen sus reformas, pero hay otros temas relevantes, como la salud. Dicen que la gente que está en isapres es una minoría, pero si colapsa el sistema se va a sobrecargar Fonasa y el costo lo pagará la mayoría. Además, muchos de los que están en isapres son parte de una clase media esforzada que se saca la cresta para poder pagar y tener una mejor salud. Esa es una población que se puede radicalizar si colapsa el sistema.

¿En qué sentido?

En que pensarán que el gobierno dejó morir las isapres porque le importaba más su bandera ideológica. Por lo tanto, después del plebiscito el gobierno debería concentrarse en resolver ese tema incluso antes que la reforma previsional.

Si gana el “A favor”, y el oficialismo es derrotado por tercera vez, ¿tendrá posibilidades de avanzar?

Mi duda es hasta qué punto pueden seguir fortaleciendo el proyecto de la nueva izquierda sin revisar cuestiones muy profundas de su proyecto. Si ellos aspiran a tener una mayoría, tienen que hacer una revisión crítica de su diagnóstico y de sus propuestas. No veo otro modo de que el Presidente pueda fortalecerse. Manteniéndose tal cual, no puede.

¿Eso implicaría traicionarse a sí mismo?

En estos dos años se le ha dicho que está permanentemente renunciando y traicionándose a sí mismo. La pregunta es ¿cómo te apropias de esa renuncia?

¿Y cómo tendría que hacerlo?

Mostrando que no lo haces a tu pesar, sino porque te convenciste de que había una lectura equivocada. Desde ahí, te dedicas a administrar las otras crisis, como seguridad, economía y salud. Ese el liderazgo que tiene que asumir el Presidente después del plebiscito.

¿Pero en la práctica cómo se encarna eso?

Necesitamos un Presidente que salga a decir: “Voy a construir consensos con la derecha no porque esté de acuerdo con ella, sino porque estoy comprometido con las necesidades de la sociedad, y voy a estar dispuesto a hacer renuncias dolorosas en la medida que me permitan asegurar el bienestar de la mayoría”. Esa disposición puede ayudar a generar mejores condiciones para lo que queda de gobierno.

¿Lo ves posible?

…Mi sensación es que los tironea demasiado la convicción de la superioridad de su propio proyecto antes que ese mandato. Pero la humildad es un buen camino. Hace que las renuncias no parezcan inconsistencias, sino que sean el resultado de un proceso de comprensión y de apostar a lo único firme: la adhesión de la gente.

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