Juan Pablo Hermosilla: “Una convención constituyente llena de abogados va a matar el sistema"

FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

El abogado defensor de las víctimas de Karadima entra al debate del proceso constituyente, criticando a su propio gremio: "Debimos haber anticipado lo que pasó. Y no solo no lo hicimos, nos terminamos convirtiendo en los defensores del status quo".


El lunes, a través de Twitter, el abogado Juan Pablo Hermosilla volvió a escribir una idea que venía pensando desde hace un rato. “Proceso constituyente no debe quedar en manos de la misma élite que es responsable de la crisis”, posteó el 1 de marzo. Y a eso agregó: “Deben incorporarse ciudadanxs (sic) que representen el anhelo por una sociedad igualitaria y libre, tolerante y progresista. No debe llenarse de abogados".

En conversación con La Tercera PM, el defensor de las víctimas de Fernando Karadima, detalla la crítica a su propio gremio. Cree que una eventual convención constituyente no puede estar “llena de abogados” y que en ésta se deben priorizar a “personas comunes y corrientes”. Para Hermosilla, si eso no ocurre, “esto se va a tergiversar y va a volver a producirse la sensación de que aquí hubo una tremenda oportunidad perdida”.

A raíz de que algunas personas han declarado su interés de ser parte de la eventual convención, usted ha reiterado su llamado a que ésta no debe “llenarse de abogados”. ¿Por qué?

Es muy importante tener presente este concepto de que no hay que confundir dos roles que son distintos. Los expertos, imaginémonos un profesor de derecho constitucional, un abogado experto en justicia, o una persona experta en aguas, en fin. Esa persona podría cumplir un rol social muy importante apoyando el proceso de toma de decisiones pero aquí lo más relevante es realizar un proceso constitucional en que se restaure la soberanía popular y la soberanía constitucional en la forma más intensa posible para que sea lo más legítimo. Desde ese punto de vista es importante decir lo obvio y es que debieran formar esa convención constituyente ciudadanos comunes y corrientes, con cariño por el país, con preocupación de las cosas públicas, pero ciudadanos comunes y corrientes: profesores, ingenieros, qué se yo, empleados de alguna empresa, gente que represente de verdad a las personas que sufren el poder del estado.

¿Y que los abogados solo se preocupen de cosas técnicas?

Los que tenemos conocimiento en temas constitucionales o en temas que son relevantes para la discusión que se viene, creo que tenemos que ponernos a disposición de esta asamblea o convención constituyente, para que nos escuchen si lo estiman pertinente, pero creo que sería muy grave y muy dañino para este proceso que la convención terminara siendo formada por políticos y expertos porque eso va a ser parte de la élite y aquí lo que ha entrado en crisis es precisamente la elite y en parte el conocimiento experto, por lo tanto creo que es fundamental para no dañar la legitimidad del proceso constituyente, el que no perdamos de vista este factor de que aquí tienen que haber ciudadanos comunes, tiene que haber personas que representen las distintas realidades del país y no expertos que representan justamente, al final, solo a la elite. Una convención llena de abogados va a matar el sistema.

¿No hay conciencia de eso?

No se está leyendo bien esto porque he visto a muchas personas que sin duda tienen que aportar a la discusión, pero una cosa es aportar a la discusión y otra cosa es meterse adentro de la convención constituyente. Creo que aquí, como digo, no hay que confundir los dos roles, creo que toda aquella persona de derecha, izquierda o técnica que tenga conocimientos útiles para lo que se viene, tiene que ponerse a disposición de la asamblea o convención. Pero eso no significa que entre a ser parte porque si es así vamos a repetir el mismo error que es confiar en una élite intelectual en este caso o política para que resuelva el problema cuando es esa misma élite es la que ha fracasado en formular las soluciones que la gente demanda.

Es probable que varios abogados constitucionalistas postulen e intenten...

Es que eso no lo encuentro bueno.

¿A qué se refiere?

Es que yo le tengo temor a mi profesión porque los abogados nos llevamos la pelota para la casa. Los abogados transformamos las discusiones políticas propias de una sociedad democrática en discusiones técnicas, descalificamos a la gente que no conoce al detalle de la historia constitucional, la historia legislativa o la historia política chilena y pretendemos imponer nuestro criterio y en esta vuelta tenemos que hacerlo distinto. Y la forma de hacerlo distinto -y por eso que he dicho por Twitter varias veces que tengamos cuidado que no se llene esto de abogados- es que los abogados igual que los economistas en esta vuelta tenemos mucha responsabilidad. Nosotros debimos, como elementos dentro de la sociedad, haber previsto esto que pasó y no lo hicimos. No solo no lo hicimos, nos terminamos convirtiendo en los defensores del status quo y eso es muy antinómico con todo lo que está pasando. El foco aquí tiene que ser en positivo, que la convención constituyente se encuentre integrada por personas del espectro de ciudadanos que normalmente no son escuchados. Si eso no ocurre, esto se va a tergiversar y va a volver a producirse la sensación de que aquí hubo una tremenda oportunidad perdida.

Hubo una discusión, que se ha dado en los últimos periodos legislativos, sobre la profesión que predomina tanto en el Senado como en la Cámara. La mayoría son abogados y varios criticaron que personas del ámbito de la cultura, como por ejemplo el diputado Florcita Motuda, llegaran a ocupar un escaño. ¿Por qué ahora debe ser distinto?

He sido muy crítico de la labor de Florcita Motuda, no me gusta lo que él ha hecho, pero eso puede ser que él no haya trabajado con toda la seriedad que merece un cargo de representación popular. Pero el concepto que ha estado detrás es que no podemos ser los mismos de siempre y en particular los que somos los guardianes del status quo: los abogados. Entonces ahí es donde yo tengo confianza, en que esté lleno de gente común y corriente, de personas que trabajan anónimamente, que adoren el país, que son grandes patriotas y que no son estúpidos y se van a tomar esto en serio. Y además las cosas que no saben tendrán que preguntárselas a personas que si saben o estudiarlas, pero eso no significa que transformemos esto en una especie de nuevo congreso con los mismos defectos del Congreso, o sea, lleno de abogados y puros políticos profesionales. Eso va a crear una decepción y va a ser grave. Creo que aquí está lleno de personas expertas en derecho constitucional, de cientistas políticos que tienen que ser muy generosos y ponerse a disposición del proceso constituyente. Eso es distinto a decir que estén adentro.

De hecho, la reforma al capítulo 15 establece la creación de una secretaría técnica que tiene que estar compuesta por personas de “comprobada idoneidad académica o profesional”. Para ti, los abogados deben estar solo en esa instancia...

Lógico. Lo que no quiero que haya es una descalificación. En mi caso, llevo muchos años haciendo clases, tengo cierta experiencia en conocimientos particulares, en ciertas áreas, pero eso no significa que yo esté más capacitado que una persona común y corriente de tomar ciertas decisiones sobre cuál es la estructura del Estado, o cómo quiero que se distribuya el poder dentro de un nuevo sistema político. Una de las características de esta crisis, es que aquí ha habido un colapso y una crisis del conocimiento experto. Miremos la credibilidad que tenían históricamente los economistas y nosotros los abogados en Chile y no fuimos capaces de proveer la salida de las soluciones en los momentos necesarios para evitar esta crisis. Nosotros tenemos que, con humildad, ponernos a disposición del tema los que podamos y tengamos interés, pero no meternos adentro. Tenemos que dejar el espacio para que entre gente fresca, gente que sea de verdad distinta a las que han ejercido el poder directas o indirectamente en los últimos treinta años.

¿A qué se refiere con que también entró en crisis el mundo experto?

Los abogados, por omisión, no decimos cosas que alteran la realidad. Por ejemplo, hemos planteado históricamente en las escuelas de derecho que, en la práctica, el único modelo de Estado es el que tenemos hoy día, con alternativas parlamentarias o semi parlamentarias, pero nada más. Y eso no es cierto. Cuando uno mira a Suiza, cuando uno mira a Canadá, Nueva Zelanda, o Estados Unidos, hay modelos políticos que funcionan con mucho más poder hacia abajo en manos de los ciudadanos y de las comunidades locales y muy poco poder hacia arriba y eso nosotros nunca lo hemos enseñado, nunca lo hemos mostrado. Por eso que tengo temor a que muchos abogados dentro de la convención constituyente defiendan el modelo en vez de dejar que la ciudadanía sea la que decida cual es la mejor forma, escuchando a los expertos que corresponda, pero tomando ellos la decisión.

Y a su parecer, ¿cuál es el perfil que debería tener la mayoría de las personas de la convención?

Tiene que ser un grupo lo más representativo del ciudadano común y hay que dejar de creer que el ciudadano común es estúpido, flojo, lo que sea. A mí me ha tocado trabajar en muchos eventos los últimos meses con ciudadanos comunes y corrientes que están más enfocados que muchos de los expertos que yo conozco. Entonces creo que acá es fundamental dejar espacio a las personas comunes y no creer que esta es una convención de especialistas en derecho constitucional o de expertos en política.

¿Pero crees que hay coincidencia en el gremio de abogados de esto?

No, yo creo que hay pocos. Justamente creo que están más conscientes las mujeres abogadas que mis colegas hombres abogados, es mi impresión nomás pero tienen menos consciencia por lo mismo que estoy diciendo, en nuestra profesión somos muy poco autocríticos, tenemos unos toques de soberbia que de repente hace que no trabajemos bien con ciudadanos comunes. Empezó a ser una especie de pesadilla imaginarse una convención constituyente llena de abogados, cuando representamos a un porcentaje mínimo de la población total.

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