La encrucijada judicial de Ezzati, ad portas de asamblea de obispos que abordará abusos sexuales en la Iglesia

Ricardo Ezzati
Arzobispo Ricardo Ezzati.

El escenario que enfrenta Ezzati como imputado no tiene relación con alguna "delación" del mundo eclesiástico, sino más bien con una serie de documentos confiscados por el persecutor a cargo en el Tribunal Eclesiástico que dan cuenta de que los delitos contra menores denunciados ante el clero no han sido puestos a disposición de la justicia civil.


No fue el excanciller Óscar Muñoz Toledo el responsable de que el cardenal de Santiago Ricardo Ezzati Andreoli haya sido citado a declarar en calidad de imputado por la Fiscalía de Rancagua. O, al menos, no lo fue de forma directa. El religioso formalizado por delitos de abuso sexual, abuso sexual impropio y estupro reiterado en contra de menores de edad, aún no ha declarado en la causa que sigue el fiscal Emiliano Arias Madariaga y ni siquiera tiene fecha prevista para hacerlo. Su abogado Gabriel Henríquez explica que no han tenido acceso a la carpeta de investigación y que, por lo mismo, su cliente, quien se encuentra en prisión preventiva, todavía no presta testimonio.

Fuentes ligadas a la indagatoria confirman esta versión y añaden elementos adicionales. Tal como se preveía, la encrucijada judicial de Ezzati no tiene relación con "delación" del mundo eclesiástico, sino más bien con una serie de documentos confiscados por el persecutor  en el Tribunal Eclesiástico, que dan cuenta de que los delitos contra menores denunciados ante el clero no han sido puestos a disposición de la justicia civil, algo que queda en evidencia en el caso de Muñoz Toledo cuya autodenuncia se presenta en enero, sin que se realizara ninguna gestión ante tribunales por su superior, Ezzati. De hecho, Arias inició una investigación por oficio en su contra el 25 de mayo y en posteriores entrevistas dio cuenta de las aristas de la indagatoria: "El encubrimiento aparece con posterioridad a que el delito se comete. La hipótesis que está siendo investigada es si se ha favorecido habitualmente a malhechores", adujo.

Ezzati, a través de un comunicado, descartó ayer tener responsabilidad en esta causa: "Tengo la convicción de que nunca he encubierto ni he obstruido a la justicia, y como ciudadano cumpliré con mi deber de aportar todos los antecedentes que contribuyan a esclarecer los hechos", explicó.

El cardenal tiene cursada su renuncia ante el Papa debido a que ya cumplió los 75 años, sin embargo, ésta no se ha hecho efectiva, aunque la nueva situación podría acelerar los plazos, en particular porque un mes después de declarar el 21 de agosto, Ezzati debería presidir el Te Deum Ecuménico.

En tanto, desde el Arzobispado afirman que aún no hay novedades acerca de quién asumirá la defensa del cardenal. En la demanda civil del caso Karadima, su representación estuvo a cargo el Estudio Claro y Compañía, en lo específico los abogados José María Eyzaguirre García de la Huerta y Nicolás Luco Illanes. Eyzaguirre, conocido civilista, asegura que aún no los han contactado para revisar este nuevo frente de carácter penal.

En tanto, tal como publicó La Tercera PM, el departamento jurídico del Arzobispado ha monitoreado en detalle el caso, previendo que el Ministerio Público podría, como hizo, apuntar a Ezzati. De hecho en la audiencia de formalización de Muñoz Toledo estuvo presente el abogado Gonzalo Pérez Herrera.

Cabe consignar que no sería la primera vez que se persigue a obispos por eventual encubrimiento. A inicios de este mes en Australia, el arzobispo Philip Wilson fue condenado a doce meses de privación de libertad por encubrir abusos sexuales a menores al no haber denunciado a la policía los delitos, que había cometido en la década de 1970, el fallecido sacerdote pederasta James Fletcher.

Asamblea Extraordinaria

En medio de la polémica por Ezzati, la Conferencia Episcopal realizará desde el lunes 30 de este mes y hasta el viernes 3 de agosto en Punta de Tralca, una Asamblea Extraordinaria con la participación de todos los obispos del país donde se analizará la situación actual de la Iglesia Católica. Uno de los temas principales será precisamente el caso de los abusos sexuales por parte de integrantes de la iglesia, en particular tras el catastro al respecto que entregó la semana pasada la Fiscalía Nacional.

Sobre este asunto, a fines de junio a través de una editorial, Santiago Silva, presidente de la Conferencia Episcopal adujo que "invitaremos a un grupo importante de colaboradores para que nos ayuden a continuar en el discernimiento sobre los mejores caminos de renovación en la hora presente (…). Estos caminos que buscamos con empeño, caminos de verdad y justicia, reparación y acompañamiento, nos ayudarán a ser una iglesia cada vez más parecida a la que sueña Jesucristo".

En tanto, el portavoz Jaime Coiro aseveró que "el Papa hablaba de decisiones a corto, mediano y largo plazo, algunas le corresponden al Papa y ya las ha anunciado públicamente, otras le corresponden a cada obispo en su jurisdicción, a cada superior de congregación. Hay otras que les corresponden a todos los clérigos, otras que también les corresponden a los laicos. Las medidas que la Conferencia Episcopal de Chile va a proponer, las va a discernir y anunciar en la Asamblea Plenaria Extraordinaria".

Cabe consignar que a inicios de este mes en Australia, el arzobispo Philip Wilson fue condenado a doce meses de privación de libertad por encubrir abusos sexuales a menores al no haber denunciado a la policía los delitos, que había cometido en la década de 1970, el fallecido sacerdote pederasta James Fletcher.

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