La gran traición y el amor roto por el "comandante Emilio" en México

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Raúl Escobar ha debido comparecer ante las autoridades mexicanas.

Uno de los secuestros que se le imputan a Raúl Escobar Poblete es el de un empresario del que fue su íntimo amigo, Eduardo García Valseca. Ambos seguían unidos por un romance familiar que se quebró abruptamente cuando se conoció la identidad del exfrentista y a lo que se dedicaba clandestinamente en San Miguel de Allende.


Durante años, fue un niño muerto. Ramón Guerra Valencia nació en Puebla en 1975, pero falleció a los pocos meses. Su cuerpo fue enterrado; pero su nombre, no: el exfrentista Raúl Escobar Poblete lo tomó para armar su propia identidad: la de un agente inmobiliario y filántropo educacional mexicano. Así vivió por décadas, ocultando su pasado subversivo en Chile y su faceta de violento plagiador en el norte del continente, hasta que cayó detenido a inicios de junio de 2017 en San Miguel de Allende por el secuestro de una mujer. Desde ese día permanece recluido –se ha declarado inocente y ha acusado torturas- y ayer se conoció que se aprobó en primera instancia su extradición temporal a Chile por el asesinato del senador y fundador de la UDI, Jaime Guzmán.

Las dos vidas clandestinas que se escondían tras un afable burgués aún causan impacto y curiosidad en una de las ciudades más bellas de México. Ana Luz Solís, editora del periódico News San Miguel cuenta que ha acostado asimilar en su tierra la serie de máscaras de Raúl: "Él era un comerciante, vendía bienes raíces, remodelaba propiedades. Tenía dinero, pero era discreto, para nada ostentoso. Él era uno más en la sociedad acá, algunos creían que era costeño, por su acento. Se involucró muy bien, muy bien. Creo que porque sabía qué buscaba con sus contactos".

Su círculo era artístico, intelectual y de buen pasar económico. Precisamente en este grupo habría encontrado a una de sus primeras víctimas. Uno de sus amigos íntimos, según la tesis de la procuraduría mexicana, habría sido secuestrado por el exfrentista: el empresario Eduardo García Valseca, con quien el comandante Emilio incluso fundó un colegio y con quien seguía en contacto por un romance familiar.

La prensa mexicana ha consignado que García Valseca era propietario de un terreno en el sector de Atotonilco, a 12 kilómetros del centro de San Miguel de Allende. Ramón, en tanto, tenía por su profesión contactos inmobiliarios y ambos unieron sus capacidades para fundar un recinto con sistema pedagógico de origen alemán denominado Waldorf.

Todo marchaba bien, hasta que en junio del año 2007, García Valseca fue tomado prisionero cuando iba rumbo al establecimiento creado junto a su amigo Ramón. Durante más de siete meses vivió dentro de una caja de madera, un pequeño espacio en el que sólo podía permanecer de pie o acostado. Era vigilado de forma permanente por cámaras de televisión y sensores de movimiento y torturado con música: día y noche sonaba una misma canción. El relato sobre esos días consta en un libro y en una película: Rescate Millonario. Los detalles se asemejan a la narración de Cristián Edwards sobre sus días de encierro a manos del FPMR: un diminuto cubículo de madera donde la música "se mantuvo casi siempre a un volumen enloquecedor".

Tras su liberación, García Valseca se trasladó a vivir a Washington. Intentó por mucho tiempo averiguar quiénes habían estado tras su captura, sin embargo ningún grupo se atribuyó el secuestro. Raúl Escobar, en tanto, dejó de lado el proyecto educacional previo, pero siguió en la senda de la educación. Junto a otros socios –muchos de ellos ligados al mundo del arte-, creó el Árbol de la Vida. Presidió hasta su detención el Consejo de Administración porque para todos, afirma, Ana Luz, él era "esencialmente un hombre de bien". Su ex esposa, Marcela Mardones –hoy detenida en Chile- era conocida en México como Patricia Fernández. Ella era apoderada del recinto. Una imagen de febrero de 2017 la muestra en primera plana en una actividad escolar.

Cuando el reconocido empresario supo que Ramón no era su vecino mexicano, nacido el día 1 de enero de 1958, director de revista deportiva y domiciliado en la calle Agua número 34 colonia El Atascadero, sino que un prófugo chileno que estaba siendo investigado por su plagio en México, acusó traición y pidió que le devolvieran lo que había pagado por ser liberado.

Pero aquella vieja amistad no fue lo único que se quebró.

La periodista Ana Luz Solís afirma que una nieta de García Valseca sostenía desde hace un tiempo un noviazgo formal con el hijo mayor de Isabel Mazarro, la pareja de Escobar Poblete. Los había presentado Carlos Guerra Fernández, el hijo del comandante Emilio y de Marcela Mardones, quien también se encuentra indagado ya que su departamento en México habría sido usado en un secuestro.

-Ellos estaban enamorados y habían planeado partir a vivir a España. Tenían todo listo cuando estalló este caso y entonces pasó lo que tenía que pasar. Su abuelo, Eduardo, la mandó a buscar y se la llevó a vivir a Washington. Eso se acabó cuando todo se conoció, porque fue muy duro.

Búsqueda y captura

José Luis Vargas, quien fue uno de los primeros abogados de Escobar Poblete en San Miguel -el exfrentista ha cambiado varias veces de representante- sostiene que éste no tiene problemas en retornar al país, pero considera que la extradición otorgada en primera instancia es una "mala decisión, sobre todo por el tipo de delito consignado en la ficha roja de Interpol. Se trata de un homicidio con lapso de prescripción de 20 años. Por tanto ya no era válida dicha búsqueda internacional".

En Chile quien asumiría la representación del otrora subversivo, por petición de la familia, es el profesional Alberto Espinoza quien afirma que aun quedan pasos legales para que esta determinación sea ejecutoriada. Con todo, y pese a que Escobar Poblete querría retornar al país porque ha acusado tortura en México, Espinoza asegura que el escenario judicial acá es complejo: "Él en Chile parece estar condenado anticipadamente, la presunción de inocencia no opera, parece que está desprovisto de ese derecho, lo que es una situación muy adversa".

Espinoza además es crítico de las gestiones que ha realizado el Gobierno en esta causa: "El ministro de Relaciones Exteriores se ufana de hacer gestiones con autoridades en México, cuando en Chile este es un procedimiento de competencia exclusiva y excluyente de la Corte Suprema. El papel del Ejecutivo se limita a llevar los papeles, pero el canciller actúa como un gestor de intereses de la UDI", postula.

Celia Poblete, la mamá del comandante Emilio, no quiso referirse a la situación de su hijo: "Llame a quien quiera, pero yo no le voy a hablar", sostuvo.

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