Las urgencias presidenciales de Desbordes para compensar el tiempo perdido en su fugaz paso por Defensa

18 de Diciembre del 2020/ SANTIAGO Salida de Mario Desbordes desde el palacio de La Moneda, donde lo esperaba un grupo de militantes de RN con un lienzo como candidato presidencial a las primarias, en medio de la pandemia de covid-19. Fotos: JOSÉ FRANCISCO ZUÑIGA/ AGENCIAUNO

Los cuatro meses y 17 días que estuvo al mando de las Fuerzas Armadas no le permitieron ganar terreno pensando en la primaria ni un símbolo siquiera cercano a ese paseo en Mowag. Salió hoy porque un molesto Piñera lo impuso. Su prioridad es configurar equipos de campaña y un comando con la gente que tiene, y ganar una nominación por parte del consejo general de enero. Sus cercanos dicen que ya está preparado.


Querían llevar hasta gente en buses. Lo cancelaron porque con el virus encima era mala idea. Igual un grupo de la Juventud de RN y algunos de sus más leales se coordinaron para recibirlo a la salida de Palacio, porque los desbordistas incondicionales del recién renunciado ministro de Defensa tienen muy claro que debe ponerse el traje de candidato ahora mismo y correr contrarreloj para ganar el terreno pre-presidencial que no pudo conquistar como hubiese querido en los 4 meses y 17 días que le dejan la presea del más breve en ese cargo.

Tanto, que la primera urgencia que tiene Mario Desbordes Jiménez (52) es configurar distintos equipos para armar una campaña que tiene que partir de inmediato y al mismo tiempo batirse en varios frentes: subir en las encuestas, sobrevivir a esa selva indomable que es su partido, jugarse (y no equivocarse) en apoyar a postulantes a la constituyente y las municipales -sujeto a que RN no pierda puntos y no se lo cobren después- y enfrentar una primaria presidencial que aún no sabemos si será con tres, cuatro o cinco competidores.

Su gente esperaba darle cuerpo a un comando y equipos en enero, pero como los tiempos se le fueron encima, allá no hay nadie que no diga que ahora esa es su prioridad acuciante, y que en eso gastará el tiempo muerto de las fiestas de fin de año, además de aprovechar cuanta pantalla y micrófono pueda. Se le vino encima todo porque, al final fue un molesto Presidente -según Palacio- el que impuso que saliera hoy viernes y no el próximo lunes, como quería el exdiputado. Se lo dijo ayer, antes de la ceremonia en el Ejército. A Desbordes no le gustó.

Piñera -reconocen los íntimos del RN- no quería que se mantuviera por más tiempo el ruido de tener a un ministro renunciado por los medios hace días. Al mandatario, detallan en Palacio, le indignaba que ambos tenían un acuerdo para que se fuera en marzo, que luego se apuraran por el desorden en el partido, y que su gobierno ya estaba horquillado en demasía con tanta crisis encadenada como para además hacerse cargo de esto. Otros comentan que además se armaba un cuadro donde los que aparecían decidiendo eran otros y no él, justo cuando acusa un apoyo de 7%.

El saliente reconoció al despedirse en el Patio de los Cañones que “el Presidente tiene toda la razón, se empieza a producir una cuestión no adecuada” y hasta contó que “me dice Mario, tome una decisión: o se es ministro o se es candidato, o se es ministro o se está en la contingencia. Reconoció que “los plazos y los días los ha puesto el Presidente”, que “no fue decisión mía” y que “ya había demasiado ruido”. Pero, que “a mí no me ha manifestado molestia”.

Piñera se jugó en el Salón Azul la carta de las frases de manual: que le ”agradezco muy sinceramente”, que “reconozco y agradezco su capacidad, dedicación, compromiso y vocación de servicio público”. Destacó la “colaboración de las FFAA” en el plebiscito y en el estado de excepción constitucional y hasta -todo un récord en tan poco tiempo- “el desarrollo de una nueva política nacional de Defensa”. ¿Su futuro? Solo dijo en génerico que los ministros que salen (en plural, salió uno) “asumen otros desafíos”.

Más allá de cómo hayan quedado realmente las relaciones entre el Presidente y el ahora exministro que fichó a fines de julio como parte de un operativo para apagar la crisis de Chile Vamos y el gobierno, agravada por el primer retiro del 10% de pensiones -el que Desbordes apoyó tempranamente-, el tiempo dirá cómo se las arreglará el ahora candidato para hacer campaña lejos de un gobierno que va de salida y con el magro respaldo ya conocido.

Volviendo a lo urgente, primero está ganar tiempo. Entre los desbordistas reconocen ahora algo que él mismo confesó antes en la interna que le pesaba. Que como ministro no podía sacarle brillo al cargo y ganar puntos pensando en la presidencial, campo que se le abrió cuando quedó fuera de juego Manuel José Ossandón. Le pesaba, y esto se lo oyeron decir, que en vez de subir en las encuestas, retrocedía. Se repetía en el ambiente una y otra vez la vieja pregunta de si al aceptar el cargo había hecho un mal negocio y si dilapidaba lo que había ganado luego del acuerdo del 15/N que hizo posible el plebiscito.

Uno de los suyos reconoce que podría haber sacado algo de provecho si las Fuerzas Armadas hubiesen tenido que salir a controlar desmanes, y que ahí Desbordes podría haber mostrado “criterio político”. Pero no sucedió. Fue un paso por Defensa sin subirse a la Mowag.

Pasada esta página, ahora debe asignar roles y armar un estado mayor para la campaña. Algo de terreno estaban avanzando sus más cercanos, partiendo por el filósofo, académico y columnista Hugo Eduardo Herrera, consejero suyo, y Pablo Matamoros. Este último fue asesor digital de la Presidencia en Piñera Parte I, es director de la consultora de marketing AMNA y su entusiasta asesor. Ambos, junto a la presidenta y cofundadora de Chile Mujeres Verónica Campino, estarán a cargo de un staff para dibujar las propuestas programáticas del nuevo candidato, relata uno de sus incondicionales.

Otras voces recalcan que al “instinto político” de Desbordes ahora urge darle contenido y sustento en distintas áreas, como la economía y una larga lista.

“Desde hace tiempo que yo al menos y con Mario hemos estado trabajando una propuesta política. Tiempo atrás hicimos un documento constitucional con Rafael Prohens, y esos tres ejes son las bases para una propuesta política. No es que Mario esté improvisando: está preparado”, dice Herrera.

Camilo Morán, su ex jefe de campaña a diputado y quien lo reemplazó en el Congreso, detalla que “lo importante es ahora es el despliegue de Mario acompañando a los candidatos a municipales y constituyentes. Tenemos varias batallas acá, algunas electorales y otras intelectuales y las tenemos que ganar todas. Para eso contamos con el mejor candidato presidencial de Chile Vamos”.

Morán forma parte de lo que esperan sea un equipo político, en el que listan -dicen otros- a la subsecretaria de Prevención del Delito Katherine Martorell, al subsecretario de Segegob Emardo Hantelmann y al subsecretario de Agricultura José Ignacio Pinochet. También incluyen a los dirigentes RN Andrés Maureira, Javier Molina, Víctor Blanco, Samuel Valenzuela y al alcalde José Miguel Arellano. Y a otros como los integrantes de la Comisión Política Guido Benavides y Rodrigo Barco. Y claro, sus diputados leales como Andrés Longton y otros.

Con ellos y otras y otros encarará enero y febrero. Su gente dice que no van a esperar a marzo para hacer campaña municipal (la elección de concejales será la vara que mida si RN sigue o no liderando la coalición en eso) y constituyente, porque el tiempo corre. Aún les queda por designar un jefe de campaña, un jefe de comunicaciones, un coordinador parlamentario, y definir qué roles tendrá cada uno en el aparato.

Su primera valla será lograr que lo proclamen sin contratiempos en el Consejo General de RN del 5 de enero, dejando en el camino al senador Francisco Chahuán, con la penalidad de que será telemático y no presencial. La duda es qué hará la disidencia a Desbordes, porque uno de sus más cercanos dice que, conociendo al partido, “ahí puede pasar cualquier cosa”. Como sea, él dijo hoy que “si llego a ser candidato de RN a la primaria es para ganar”.

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