Orazio Potestá, experto peruano en narcoterrorismo: “Se ha querido vincular a Pedro Castillo con la línea tradicional de Sendero Luminoso y eso es errado”

El candidato presidencial izquierdista, Pedro Castillo, intensifica su campaña en las ciudades de Perú. Foto: Reuters

Sin embargo, a raíz del ataque del domingo en Perú, que dejó 16 muertos y que se atribuye a supuestos remanentes de la guerrilla, el académico dijo a La Tercera que “el candidato más perjudicado” sería el abanderado izquierdista de Perú Libre.


A dos semanas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, una brutal masacre terrorista, aparentemente causada por remanentes de Sendero Luminoso en una remota y selvática región de Perú, irrumpió el domingo con toda crudeza en la polarizada campaña electoral del país andino, trayendo a la memoria los episodios de la descarnada violencia política de décadas pasadas.

La ministra de Defensa, Nuria Esparch, confirmó la noche de este lunes que el atentado en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) dejó 16 personas muertas, incluidos 10 hombres, cuatro mujeres y dos niños.

Foto: Referencial | Twitter @CCFFAA_PERU

En el marco del proceso electoral, Esparch pidió “no utilizar la muerte de 16 peruanos para la campaña”, luego que en el lugar del ataque se hallaran panfletos que conminan a la población a anular el voto en el balotaje del próximo 6 de junio y que advierten que “¡quien vote por Keiko Fujimori es traidor, es asesino del VRAEM, es asesino del Perú!”.

Según la prensa local, este ataque podría sacudir la recta final de la campaña presidencial cuando el candidato de izquierda, Pedro Castillo, aventaja en las encuestas a la derechista Keiko Fujimori, en particular debido a las acusaciones dirigidas contra el abanderado de Perú Libre de afinidad con Sendero Luminoso.

“Según la manera cómo se han ido acomodando las cosas en esta campaña, el candidato más perjudicado sería Pedro Castillo”, señala en esta entrevista con La Tercera el experto peruano en narcoterrorismo Orazio Potestá. Sin embargo, el académico de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad de Lima manifiesta sus dudas sobre la participación de Sendero Luminoso en el ataque del domingo. “Creo que siempre hay que dejar una ventana abierta para el ingreso de las llamadas ‘conclusiones no esperadas’”, destaca.

Keiko Fujimori se reúne con conductores de mototaxi en Lima, el 20 de mayo de 2021. Foto: Reuters

¿Qué impacto puede tener este ataque en la campaña presidencial, a dos semanas de la segunda vuelta?

Creo que el impacto final aún está por determinarse. No obstante, uno de los ejes de antagonismo de esta campaña ha sido el rechazo al comunismo-terrorismo, en clara alusión al candidato Pedro Castillo, del partido Perú Libre, y quien estaría acompañado de gente que simpatiza y colabora con Sendero Luminoso. En esta campaña había un antagonismo del tipo “nosotros” (no al terrorismo) contra “ellos” (sí al terrorismo) que se recrudecerá y que enturbiará más la elección, si es que no se colocan ciertos candados de convivencia que permitan, al menos, la elaboración de una “agenda mínima”.

A su juicio, ¿a cuál candidato favorece o perjudica más este ataque? ¿A Keiko Fujimori o a Pedro Castillo? ¿Por qué?

Aunque todavía se discute si este ataque fue ejecutado por Sendero Luminoso o si constituye una venganza del narcotráfico o del narcoterrorismo, definitivamente terminará beneficiando a alguno de los dos candidatos. Y ese candidato beneficiado será aquel cuyas propuestas hayan contenido estrategias testeadas en la lucha contraterrorista. Si Keiko Fujimori logra conseguir que sus voceros activen y recoloquen en el debate la importancia del orden interno y de la seguridad nacional, ella será la que más ventaja saque de esta tragedia. Recordemos que el fujimorismo tiene entre sus activos históricos el haber derrotado al terrorismo en los 90, al menos en el campo militar, con una política de “mano dura” y de “orden”. Y precisamente ambos conceptos han sido muy utilizados por Keiko Fujimori en esta elección.

¿Qué puede hacer el candidato más perjudicado por este ataque para aminorar o revertir esos eventuales efectos adversos?

Según la manera cómo se han ido acomodando las cosas en esta campaña, el candidato más perjudicado sería Pedro Castillo. Este candidato tendría que deslindar políticamente con los parlamentarios de su partido, recientemente elegidos, que han sido sindicados como portavoces en la sombra de Sendero Luminoso. Tendría que desmarcarse con más vehemencia de lo que fue el terrorismo en el país y mostrarse más empático con las víctimas del VRAEM, zona en la que se produjo el ataque. Y en realidad, esto aplica a todas las víctimas de la subversión en el Perú, en más 20 años de combate. Con Castillo se ha producido un fenómeno llamado “terruqueo” y que implica ser acusado de terrorista, incluso sin pruebas. El “terruqueo” es una etiqueta que se ha convertido en una pesada cruz para Castillo, y pienso que no podrá deshacerse de ella en poco tiempo. El otro camino para aminorar el daño del “terruqueo” es la victimización, pero el votante ha aprendido a rechazar este tipo de maniobras, por lo que ya no funcionan en el Perú.

El fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y su esposa y la segunda líder, Elena Iparraguirre, en una prisión naval de alta seguridad en Callao, el 11 de septiembre de 2018. Foto: Reuters

En 2011 y en 2016 Sendero Luminoso perpetró ataques en vísperas de los comicios generales. ¿Qué efectos tuvieron esas acciones en los resultados electorales?

Hubo acciones en todas las elecciones, y la más recordada fue la ocurrida el 17 de mayo de 1980, cuando Sendero Luminoso quemó ánforas electorales en la localidad de Chuschi, en Ayacucho. Se trató de la primera acción de dimensión nacional de Sendero Luminoso. Casi siempre eran acciones de propaganda, caracterizadas por la entrega de volantes y pintas en favor de la lucha armada. En unos pocos casos ha habido tantas muertes como las de ahora. Con relación a los efectos en los resultados electorales, se podría decir que han sido mínimos y de carácter local, porque la agenda política y programática siempre se ha enfocado en lo que pasaba en Lima. Lo que hacían estas acciones era cohibir al votante y a las autoridades en campaña, pero siempre en el ámbito cercano y no nacional. Solamente un hecho de gran envergadura, en muertes y en daños, podía cambiar este tropismo, y eso es lo que ha ocurrido con este atentado.

Usted ha dicho que el ataque del domingo “se presta a la sospecha”, ya que no sigue la “línea” actual de Abimael Guzmán, que renunció a la “lucha armada” después de ser capturado en 1992. ¿Quién podría estar detrás de este ataque entonces?

Creo que siempre hay que dejar una ventana abierta para el ingreso de las llamadas “conclusiones no esperadas”. En esta campaña, ciertos sectores han querido vincular al candidato Pedro Castillo con la línea tradicional de Sendero Luminoso, es decir, con Abimael Guzmán y su cúpula, y pienso que eso es errado. Desde su celda en la Base Naval del Callao, Guzmán está plenamente conforme con la lucha política que actualmente está desarrollando Sendero Luminoso, ciertamente con otros membretes y organizaciones. En este marco, resulta ilógico hacer un atentado que apunta más a una “mexicanización” de la violencia, que al desarrollo de una estrategia desde y para la política. Por eso pienso que este ataque podría responder más bien a dos tipos de intereses: al narcotráfico o al narcoterrorismo, o a algún grupo mafioso que intente beneficiar a algún candidato.

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