Presidente del mayor gremio industrial venezolano: Países de Latinoamérica tienen que presionar para que salga Maduro

Juan Pablo Olalquiaga
Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria).

El dirigente de padres chilenos, pero nacido en el país del norte, asegura que la comunidad internacional debe pasar de las palabras a las acciones y pide más sanciones en contra del gobierno de Maduro, haciendo un llamado al propio presidente Sebastián Piñera. Pero también, hace una autocrítica desde el empresariado.


El próximo 10 de enero en Venezuela será una fecha clave. El reelecto presidente Nicolás Maduro, pese a todos los cuestionamientos que ha recibido su gobierno desde el exterior, está decidido a poner en marcha su segundo mandato presidencial de seis años.

Para el presidente de la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria), Juan Pablo Olalquiaga –gremio de similares características al de Sofofa en Chile– el balance de la administración del sucesor de Hugo Chávez no es nada alentador. Aunque hace un autocrítica desde el empresariado, el jefe del organismo sostiene que la comunidad internacional debe pasar de las palabras a las acciones y pide más sanciones en contra del gobierno de Maduro, haciendo un llamado al propio presidente Sebastián Piñera.

Con Chile tiene una especial vinculación: sus padres son chilenos. "Mi papá sale de Chile en 1958, cuando cae la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en Venezuela. El chileno, economista e ingeniero, trabajaba con Raúl Prébisch, un economista que trabajaba en Naciones Unidas y muy famoso de la época y conoce a algunos venezolanos que vivían en el exilio en Chile. En aquel momento le ofrecen a mi padre venir a trabajar a la naciente democracia venezolana y él decide partir por un periodo corto y regresar a Chile. Después como tantos otros nunca regresó. Entonces, yo nací en Venezuela y mi hermana también. He vivido toda mi vida en Venezuela. Ahora tengo doble nacionalidad, más que todo porque mi esposa está asustada con este proceso político y nos quiso sacar la nacionalidad chilena a mí y a mis hijos. Pero la verdad es que no tenemos intenciones de regresar, sino que seguir aquí".

¿Qué balance realiza el gremio de la actividad económica del país durante 2018?

La situación que estamos pasando no es nueva. Lo que pasa es que ha venido agravándose este proceso de destrucción de la economía de una manera muy acelerada. La gran depresión americana provocó una contracción del PIB del 27,6% en Estados Unidos. Venezuela ya tiene una contracción que sobrepasa el 50% de su PIB. Esa es la magnitud del drama por el que estamos pasando y refleja la mortandad de empresas industriales.

Nosotros somos de una agrupación gremial, donde lo que va quedando es el 20% de la cantidad de empresas que alguna vez hubo. A su vez casi la mitad de estas empresas están trabajando por debajo del 20% de su capacidad instalada. En términos desagregado podemos decir que lo que nos va quedando es algo así como el 4% de la capacidad de transformación que el país tuvo en un momento dado. Producto de esto el empobrecimiento y la hiperinflación es dramático en Venezuela. Tratamos de visibilizar esta situación, porque sumado a este complejo momento económico, tenemos la consecuencia de que somos un país que perdió la democracia, constitucionalidad y legitimidad. La presión internacional es a lo único que podemos acudir con el fin de salir del secuestro en el cual estamos.

¿Cuánto ha dejado de producir en Venezuela tras esta debacle institucional?

La economía venezolana estaba por el orden de los US$280 mil millones. Hoy se estima que es una economía que está cerca de los US$120 mil millones. Tienes una destrucción de US$160 mil millones en términos de lo que significa el PIB, que a fin de cuentas es la suma de las transacciones que se van produciendo en el país. Con eso cada quien compra menos y accede a menos servicios y una menor actividad. Esto al final se va transformando en pobreza.

La Encuesta de Condiciones de Vida respaldada por prestigiosas universidades, como la Universidad Católica Andrés Bello, Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar. Ellos hacen un estudio muy detallado sobre la situación e vida de una cantidad importante de encuestados. El 87% de la población está viviendo por debajo de la línea de la pobreza.

¿Cuál era el peso sobre la economía venezolana que tenían los asociados previo al recrudecimiento de esta crisis económica?

La manufactura representaba en Venezuela el 19% del Producto Interno Bruto. Eso ha venido cayendo y hoy es más o menos el 11%, pero en una economía mucho más contraída. En nuestro gremio está la Cámara de Industriales de Carabobo que es uno de los estados industriales de Venezuela. Está el estado de Zulia y Lara. De los 23 estados 11 de ellos concentran la actividad industrial. Hoy seguimos representando a unas 2.600 empresas, que si bien son muchas menos de las 12.000 que habían en un momento dado, no dejan de ser una cantidad significativa aún en las actuales circunstancias.

¿Han tenido algún tipo de conversación como empresarios con sus pares de Chile para poder mejorar la situación de producción?

Conidustria pertenece a la Asociación de Industriales Latinoamericanos (AILA), de la cual soy también vicepresidente. Este organismo presidido por Manuel Herrera, un empresario mexicano, tiene o agrupa a todas las asociaciones en todos los países. Chile también forma parte de AILA. El gran grueso de los países latinoamericanos y en las reuniones periódicas que se han formado, he tenido vínculos con empresarios de distintos países. Los chilenos poco han estado presente en estas reuniones, pero esa sería la instancia de tener contactos con empresarios y gobiernos de otros países.

¿El error fue haber pensado que él (Chávez) iba a estar poco tiempo en el poder?

El error fue haber pensado que Chávez, quien intentó dar un golpe de estado iba a ser una persona que iba a respetar los principios democráticos. Otro erro fue que los partidos políticos debilitaron la visión sobre sí mismo a través de sus propias peleas y hayan sido percibidos por la ciudadanía como unas personas incompetentes y corruptas abrió el camino para que un individuo como Chávez asumiera la presidencia.

¿Y el error del empresariado?

Sostener a esos políticos y no haberse dado cuenta que en la medida que no se sostienen personas que pueden dar cuenta de que han tenido trayectorias transparentes y valores, uno está jugando con circunstancias que traen resultados como los que estamos viviendo.

¿Tomarán contacto con Sofofa de Chile?

Lo que he hecho es que por medio de un comunicado  en coordinación con AILA puedan difundir la información sobre el estado de la industria en Venezuela. De manera tal que haya un buen nivel de visibilización sobre lo que está pasando, y mucho con el propósito de que los distintos países latinoamericanos y muy especialmente los industriales pongan interés en presionar a sus gobiernos para que la presión internacional actúe sobre Venezuela. Hay mucha presión internacional sobre Venezuela, no hay duda.

El presidente Piñera ha sido muy enfático de reconocer a Venezuela como una dictadura que ha venido asesinando mucho. Esas palabras han sido muy reconocidas y estamos muy agradecidos por eso. Pero aparte de eso hacen falta acciones y, por ejemplo, sanciones que se vayan poniendo sobre el país. Así como las sanciones que han venido poniendo Estados Unidos, la Comunidad Europea y Panamá. Hace falta que más países latinoamericanos se vayan sumando acciones a sus palabras con el fin de presionar la salida del régimen actual y que pueda transitar a la democracia, y dentro de eso comenzar un periodo de reconstrucción del país y de la economía.

¿Cuál es la autocrítica que hace el empresariado de Venezuela sobre la actual situación política y económica por la que atraviesan?

Los procesos políticos complejos por el que pasó Venezuela están construidos sobre la base de muchos desaciertos de muchas personas. Venezuela cometió grandes errores y uno de ellos fue el desprestigio de la política como mecanismo de convivencia. Eso permitió el ascenso al poder del difunto Hugo Chávez, que fue quien comenzó este proceso de destrucción institucional y que nos ha traído a esto.

Por supuesto, los políticos van siendo respaldados por empresarios que los van financiado. Así es que creo que hay errores que se cometieron y normalmente en Venezuela, como en todos los países, no se percibe como un error. Se percibe como empresarios que van sosteniendo a políticos de forma tal que obtener privilegios en un futuro gobierno. Eso pasó aquí, en Chile, Estados Unidos y en todas partes con los grupos de lobby. Pero en ese proceso, creo que muchos empresarios respaldaron al difunto Hugo Chávez, creyendo que lo iban a poder dominar, pero no pudieron. Chávez fue lo que fue. Destruyó el país institucionalmente. Duró mucho más de lo que debió haber durado como consecuencia de que le tocó uno de los periodos de crecimiento del precio del petróleo más importante que ha habido en la historia.

¿Cuán relevante fue el alza en el petróleo para la gestión de Chávez?

El precio del barril pasó de US$4 a US$150. Esto le permitió a Venezuela tener unos ingresos con los cuales fue comprando todo lo que quería y no solamente en términos materiales, porque cuando iban desapareciendo muchas industria, el gobierno fue capaz de comprar los productos que dejaban de producir en el país. Fue comprando también conciencias y votos de otros países de la región a través de enormes subsidios. Aquí hay un proceso complejo, donde hay una responsabilidad de muchos ciudadanos venezolanos, pero donde esto se ha extendido con una compra de conciencias en el exterior de una manera muy importante.

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