Saludo de manos y multitudes: El Papa Francisco se rehúsa a usar mascarilla en el Vaticano

Los fieles se bajan la mascarilla para tomarse una selfie con el Papa Francisco durante una audiencia pública limitada dentro del Salón Pablo VI hoy en el Vaticano.

El Pontífice celebró hoy una audiencia general, donde recibió a familias con niños, parejas y religiosos a los que se acercó sin un cubrebocas, que desde ayer es obligatorio en espacios públicos y cerrados.


El Salón Pablo VI al interior del Vaticano fue donde hoy el Papa Francisco recibió a una multitud de fieles en una audiencia pública limitada. A pesar que desde ayer es obligatorio utilizar mascarilla en espacios abiertos y cerrados al interior de la Ciudad del Vaticano, el Pontífice y sus colaboradores más cercanos no utilizaron ningún dispositivo de protección contra el Covid-19 durante la ceremonia, ni cuando se acercaron a los 500 fieles, momento en que tampoco se respetó el distanciamiento social y quedó captado ante las cámaras presentes.

El Papa Francisco entrega su bendición en el salón Pablo VI con motivo de la audiencia general semanal en el Vaticano.

El gel desinfectante después de los saludos se transformó en la única parte que se cumplió del protocolo Covid. Según el diario español La Vanguardia, un asistente era el encargado de entregar el jabón al Papa cada ciertos minutos, pero esta persona no portaba mascarilla, misma situación que se replicó en el personal de seguridad y los fotógrafos del Vaticano.

La Santa Sede, que cada año recibe a miles de turistas, estuvo cerrada por 189 días por la pandemia y las audiencias retomaron durante la primera semana de septiembre. Una de las imágenes más llamativas se dio en marzo, cuando Jorge Bergoglio realizó una ceremonia inédita con la bendición Urbi et Orbi en una desierta plaza de San Pedro ante la expectativa de los creyentes que seguían la ceremonia en redes sociales.

Tradicionalmente, la audiencia de los miércoles se realiza en el patio exterior, pero debido a la lluvia se trasladó a un salón cerrado, donde bajo la atónita mirada de algunos de los fieles presentes que sí debían utilizar cubreboca, el Papa dio la bienvenida a niños y besó en las manos a un sacerdote que es capellán en una cárcel. Tampoco utilizaron precauciones los miembros de la Curia Romana, que acompañaban a Francisco. Hasta ahora se desconoce el motivo de la resistencia del Pontífice a utilizar mascarilla, con la que se le ha visto en público solo en una oportunidad.

El 9 de septiembre, Francisco utilizó una mascarilla blanca cuando iba al interior del vehículo que lo transportaba al Patio de San Dámaso, pero al llegar a la audiencia se retiró la protección para saludar a “500 feligreses que lo esperaban”.

El Papa Francisco se quita la mascarilla cuando llega en automóvil para celebrar una audiencia pública limitada en el patio de San Dámaso en el Vaticano el 9 de septiembre de 2020.

Según el diario español El País, el Papa -que se definió en pandemia como “Papa enjaulado”- emitió un mensaje posterior en el que solicitó a las personas mantener las distancias en medio de aplausos.

La prensa local sostiene que en los encuentros privados en el Vaticano, el Papa no utiliza mascarilla, pero respeta la distancia social. Pero hoy quedó en evidencia que tampoco se respetó el metro y medio de distancia instaurado entre las sillas del lugar puesto que a la llegada del Pontífice las personas se acercaron raudamente generando “peligrosas” aglomeraciones.

Entre los protocolos que estableció el Vaticano en mayo aparece que en el ingreso hay indicaciones para que los visitantes respeten la distancia durante la fila. Al interior, Sanidad e Higiene del Gobernatorato desinfecta ambientes con sustancias de limpieza específica para no dañar “superficies valiosas” y la limpieza es “cotidianamente”. Además, de no intentar tocar al Papa.

Los fieles asisten a una audiencia pública limitada del Papa Francisco en un Salón Pablo VI casi vacío en el Vaticano.

La preocupación de las altas cúpulas en el Vaticano y en Italia radica en que Francisco, de 84 años, forma parte del grupo de riesgo frente al virus. De acuerdo con la información oficial, el Vaticano registró 12 casos positivos, por lo que han realizado exámenes preventivos al Papa y hasta el momento todos han dado negativo al coronavirus.

Justamente ayer, el Gobernatorato de la Ciudad del Vaticano -donde hasta 2018 habían 618 residentes, incluyendo los miembros de la Guardia Suiza- publicó un decreto en el que se establece la obligatoriedad del cubreboca “cotidianamente en todos los lugares al aire libre y también en los espacios de trabajo en los que la distancia no pueda ser garantizada siempre”. Esta medida se extendió en el Estado pontificio y en todas sus sedes extraterritoriales.

El Papa Francisco en septiembre junto a creyentes en el Patio San Dámaso.

A esto se suma que Italia -uno de los países más golpeados por la primera ola del virus y que actualmente registra 330 mil casos y 36 mil fallecidos- también impuso la obligatoriedad de la mascarilla hasta el 31 de enero de 2021 para frenar el aumento de contagios, que en las últimas semanas alcanzó una medida de 2.600 nuevos casos diarios. Además, el ministerio de Sanidad italiano adelantó que aumentarán los controles debido a que las “aglomeraciones son un riesgo real que no podemos permitirnos” y para esto desplegarán al Ejército para la vigilancia.

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