Senador Rojo Edwards: “El problema del triunfo del ‘A favor’ es que implica probablemente hasta una década de incertidumbre asegurada”

El senador republicano, Rojo Edwards. Fotos: Dedvi Missene

A contrapelo del Partido Republicano, que está mayoritariamente por el "A favor", el parlamentario defiende su posición de rechazar el texto elaborado por el Consejo. El legislador afirma que está dispuesto a asumir los costos políticos y que "existe una mayoría de republicanos que está "En contra" de la nueva propuesta de Carta Magna.


El parlamentario republicano Rojo Edwards da esta entrevista acompañado de cuatro de sus asesores. Tiene estudiado completamente el texto que propuso el Consejo Constitucional y, en base a ello, argumenta su postura “En contra” para el plebiscito del próximo 17 diciembre.

Al igual que Edwards, durante estos días un grupo de diputados harán público su apoyo por el “En contra”. Entre ellos se menciona a los exrepublicanos Gloria Naveillán y Gonzalo de la Carrera, al ex-PRI Enrique Lee, a los ex-PDG Yovana Ahumada y Víctor Pino y a los integrantes del Partido Socialcristiano Francesca Muñoz, Sara Concha y Roberto Arroyo.

En este escenario, el parlamentario de la Cámara Alta asegura que “estoy disponible a asumir si existiera cualquier costo que implique defender la libertad”.

Se sabía que usted está por el “En contra”, pero esta semana reforzó su postura. Esto a contrapelo del resto de la derecha que está por el “A favor”. ¿Por qué?

En esta Constitución, por diseño, los consejeros tuvieron muy poco tiempo para hacerla. Y, por lo tanto, si uno revisa las bases de la institucionalidad y su funcionamiento la Constitución quedó con muchos forados y muchos problemas que no fue posible arreglarlos por tiempo. A mi juicio, esta es una Constitución de incertidumbre y de forados.

En contenido hay muchas de las ideas de la derecha: Defensoría de las víctimas, libertad de elección e inexpropiabilidad de los fondos. ¿Cuáles normas no le gustan?

La Constitución tiene que analizarse como un todo y es más que la suma de sus partes. Lo que hay que revisar es su funcionamiento en general. Algunos ejemplos de forados. Para la Constitución actual el Estado se limita a reconocer derechos que las personas ya tienen por ser anteriores al Estado. En esta Constitución, en este Estado socialista propuesto, es el Estado el que otorga esos derechos y promete progresividad. El problema es que así como el Estado entrega los derechos, los puede quitar. En el artículo 74 letra R deja a ley simple, o sea mayoría de los parlamentarios presentes. Con esa ley simple se puede restringir y limitar cada uno de los derechos y libertades fundamentales. Y además se le entrega la posibilidad al Presidente para en solitario tomar medidas respecto a leyes que regulen derechos y libertades fundamentales como se ve en el artículo 25. O sea puede restringir derechos y libertades fundamentales sin ni siquiera hablar con el Congreso. O sea, hoy día se necesitan 26 senadores para imponer, por ejemplo, una ley que quiera imponer una verdad oficial o atacar a los colegios subvencionados. Pero con esta Constitución se puede hacer con ley simple.

En la oposición dicen que los que están en la derecha por el “En contra”, están al mismo lado que el Partido Comunista. ¿No le incomoda esto?

Más allá de las caricaturas. El gran problema del triunfo del “A favor” es que implica probablemente hasta una década de incertidumbre asegurada. No cierra nada. Primero, porque obliga al Presidente a enviar 30 leyes que nos vamos a demorar años en discutir. Segundo, un izquierdizado Tribunal Constitucional va a tener la potestad de zanjar toda diferencia de interpretación. Tercero, vamos a tener que adecuar muchas leyes, las cuales podrán ser interpretadas utilizando los miles de documentos de los tratados firmados por Chile, los documentos anexos que no tuvieron de obligación democrática. Y cuarto, porque antes de que terminemos de implementar este texto, la izquierda ya habrá culpado de todos los males de Chile en la Constitución y exigirá un nuevo cambio. El triunfo del “A favor” genera una incertidumbre que no genera el “En contra”, porque hoy día la izquierda no tiene la fuerza suficiente para plantear un tercer proceso.

El senador Rojo Edwards. Fotos: Dedvi Missene

¿Este texto es peor que la Constitución vigente?

Sí. Por ejemplo, el Estado socialista de derecho va a forzar un crecimiento elefantiásico del Estado. Yo quiero una Constitución que nos permita crecer, que nos permita, si así lo estimamos, reducir impuestos. El problema no es entonces los derechos y libertades como están redactados. El problema es el funcionamiento general. Por lo tanto, esta Constitución es la Constitución de la incertidumbre y de los forados. Los republicanos siempre dijimos que Chile no necesita una nueva Constitución, necesita volver a crecer y meter presos a los delincuentes.

Desde Chile Vamos replican que si no se cierra el proceso constituyente, es un tema abierto y que le estallará a otro gobierno.

Lo que hace que los pueblos se manifiesten es que no satisfagan sus derechos y que no se puedan proveer buena calidad de vida. La Constitución no cierra esos problemas. Por lo tanto, es mucho más grave el “A favor”, porque incluso si pudiésemos implementarla, ¿quién nos garantiza que la izquierda no culpe de todos los males de Chile a la Constitución escrita supuestamente por los republicanos y con eso favorezcan un nuevo cambio?

Republicanos se declaró oficialmente por el “A favor” y usted es la voz disidente.

Esta Constitución crea un Estado socialista democrático de derecho. Eso nunca ha estado en los principios republicanos. Nosotros creemos en un Estado subsidiario y creemos que las personas tienen los derechos y el Estado tiene que respetarlos, y no que el estado es omnipoderoso y entrega derechos y promete progresividad. Yo no creo que crear derechos colectivos de pueblos originarios que están indefinidos sea parte de los principios republicanos. Es más, cuando estos derechos colectivos choquen con el derecho a la propiedad en el “Wallmapu”, va a tener que ser el Tribunal Constitucional el que lo resuelva. Yo temo por la situación de La Araucanía y la Macrozona Sur. Este texto va a judicializar los derechos sociales. Vas a poder demandar al Estado en la Corte de Apelaciones y todo eso va a ser pagado por los contribuyentes. ¿Qué significa, por ejemplo, que las personas nacen iguales en dignidad y derechos? ¿Significa eso que el no nacido no tiene igualdad en sus derechos y su reconocimiento de dignidad?

¿Su postura disidente no puede perjudicar al líder republicano, José Antonio Kast?

Solamente la mitad de los senadores podemos enfocarnos puramente en el largo plazo porque no tenemos reelección en este ciclo, a diferencia de la otra mitad de los senadores, de los diputados, alcaldes, concejales. Yo en lo personal, por defender las ideas de la libertad, evidentemente estoy disponible a tomar los costos que eso conlleve, porque es lo más importante. La Constitución es más importante que toda candidatura senatorial, presidencial o la popularidad de cualquier partido político.

¿Cuál es el costo para el partido si fracasa el proceso? Los republicanos lideraron, y si se rechaza la izquierda va a decir que perdieron las ideas de la derecha.

Por ese riesgo desde hace tiempo nosotros pedimos que se plebiscitara internamente la posición del Partido Republicano. Existe una mayoría de republicanos que está en contra, es mi opinión, y el triunfo del “En contra” no va a poder ser capitalizado por ningún sector.

¿No ha pensado en irse del partido?

Yo estoy disponible a asumir si existieran cualquier costo que implique defender la libertad, y esta Constitución es una Constitución que va a generar un crecimiento elefantiásico del tamaño del Estado, nos va a sobreendeudar y eso va a afectar la libertad, se van a judicializar los derechos sociales.

¿Pero va a renunciar?

La pregunta está contestada.

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