Señales de la DC y de exmilitantes falangistas alimentan tenue esperanza de ministro de Educación frente a acusación

El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en los pasillos del Congreso este martes, luego que parlamentarios de oposición anunciaran que pedirán interpelarlo.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila.

Marco Antonio Ávila podría quedar a sólo dos votos de salvarse si los cinco diputados DC y otros cuatro del grupo Centro Democrático Unido (integrado por independientes y militantes del recién constituido Partido Demócrata) se inclinan por rechazar o, incluso, abstenerse frente al libelo.


“Recibir al Ministro de Educación, señor Marco Ávila Lavanal, para que se refiera a la agenda de educación sexual impulsada por la cartera”, decía una convocatoria para hoy lunes, a las 14:50 h, de la comisión especializada de la Cámara.

Sin embargo, en las últimas horas, el secretario de Estado envió sus excusas señalando que no podría asistir por razones de agenda.

La temática que iba a tratar la Comisión de Educación era sensible. Precisamente uno de los ejes de la acusación constitucional presentada contra Ávila, se sustenta en los programas de formación sexual y afectiva que promueve el Mineduc.

A días de que se vote el libelo en la Cámara, donde se prevé que el resultado será estrecho, la inasistencia de Ávila era una forma de evitar exponerlo a una sesión compleja.

Desde el Ejecutivo remarcan que el ministro quiere dar la pelea hasta el final. Y, a pesar de que el oficialismo parte desde abajo para rechazar la acusación, en las últimas horas han comenzado a darse algunas señales que alimentan la esperanza de que el ministro de Educación pueda salvarse gracias a diputados de grupos no alineados, es decir, que no se declaran de oposición ni tampoco se inscriben en la alianza gubernamental.

“Yo, personalmente, aún no logro descubrir la falta constitucional del ministro en cuestión”, dijo el diputado Miguel Ángel Calisto (exmilitante DC), hoy integrante del subcomité Centro Democrático Unido (CDU, que agrupa a otros dos exfalangistas que hoy son parte del recién constituido Partido Demócrata, Joanna Pérez y Jorge Saffirio, además de Érika Olivera, quien también milita en la misma nueva colectividad).

“Estamos revisando detalladamente el libelo acusatorio entendiendo la gravedad de las acusaciones... Aún no hemos resuelto una posición común, sin embargo quiero ser muy claro, que como ha sido siempre nuestro comportamiento en estos asuntos, seremos rigurosos tal como lo hicimos en el gobierno anterior y no ocuparemos las acusaciones constitucionales, una de las especiales herramientas de fiscalización, para revanchismos políticos”, agregó Calisto.

El presidente de la DC, Alberto Undurraga.

Por su parte, en una entrevista en Radio Universidad de Chile, el diputado y presidente DC, Alberto Undurraga, dijo -a título personal- que “en el caso de la acusación que se está haciendo contra el ministro Ávila que no se configura ninguna infracción a la Constitución de la República, por lo tanto, no tiene mérito la acusación constitucional”.

Si bien en un punto de prensa posterior, Undurraga y el jefe de los diputados de la DC, Eric Aedo, salieron a precisar que la bancada (que incluye a cinco parlamentarios) aún no resuelve cómo votar, la señal del presidente falangista era otra noticia esperanzadora para el titular del Mineduc.

De hecho, Undurraga confirmó que su postura era personal, pero que haría esfuerzos para que la opinión de los legisladores DC fuera unánime.

Adicionalmente, el timonel de la DC exigió al gobierno que alineara a los legisladores del PC para que apoyen a un militante de la Falange para el próximo período en la presidencia de la Cámara.

Si los cuatro votos del grupo CDU y de los cinco DC (Undurraga, Aedo, Ricardo Cifuentes, Héctor Barría y Felipe Camaño) se inclinan por rechazar o, incluso, abstenerse frente a la acusación, el ministro Ávila llegaría a una base de 75 a 76 votos, es decir, una feble mayoría que lo dejaría a dos respaldos de salvarse.

Hoy el oficialismo tiene una base de 64 votos, que podría crecer a 67 si se confirma el alineamiento de, al menos, tres independientes asociados a sus bancadas (Camila Musante, Mónica Arce y Félix González).

La gran duda, sin embargo, es la presencia de la diputada Catalina Pérez, a quien su partido (Revolución Democrática) le suspendió su militancia luego de que dos personas cercanas a ella se vieran involucradas en un cuestionado modelo de financiamiento de la Fundación Democracia Viva de parte del Serviu de Antofagasta. Si bien Pérez presentó licencia médica hasta el 23 de julio, igual podría ir a votar el próximo miércoles para darle al oficialismo una base de 76 votos contra el libelo.

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